Diccionario A-I

DICCIONARIO COSMORREFLEXIVO

Autor: Héctor Luis Conesa Hernández. 1997-2016

PREFACIO

Mi nombre es Héctor Conesa. Uno más como vosotros. Nacido por aquí cerca del mediterráneo. Privilegiado por haber podido pensar y expresarme libremente.

Os presento el Diccionario Cosmorreflexivo.

Los siguientes textos son fruto de la reflexión, de la improvisación y de la inspiración.

Desarrollados la mayor parte desde el año 1997 hasta la actualidad.

Inevitablemente contagiados de otros libros, experiencias de unos u otros, de mí y de largas conversaciones con personas queridas. Mi homenaje a Rajae, Héctor padre, Héctor primo, Miguel, Diego, Iván, Eva y Maite. Por su animosidad a que siguiera escribiendo.

Encontrarás citas, ensayos cortos o ensayos más largos. Preguntas, muchas preguntas. Incluso confidencias. ¿Cómo mantener separada la reflexión de lo personal?

Los textos no tratan de erigirse como ninguna verdad. Son más fruto de “lo que se me ocurre” que de una comprobación exhaustiva. Me siento un buscador y un soñador y como tal expreso lo que siento. 

Encontrarás desde el compartir vivencias mías convertidas en propuestas hasta raciocinios, elucubraciones y filosofías varias, ciertas o no ciertas.

He tenido el atrevimiento de tocar temas espirituales y psicológicos. Que lo haga no significa que esté a la altura de lo que cuento, pero sí de estar intuyendo algo de certeza o posibilidad en lo mencionado. Como se podrá ver, me declaro creyente en muchas ocasiones. De raíz cristiana. Pero muy libre. No me adscribo rígidamente a ningún credo, ni a las normas de ninguna religión y sí he pasado mucho tiempo investigando y leyendo a autores de la consciencia y de metafísicas muy variadas. De cualquier manera no pienso que mis creencias y conjeturas sean más verdaderas que otras o las opuestas.


Hay mucho cuestionamiento, replanteamiento y crítica (constructiva incluso) hacia el sistema socioeconómico actual. Se toca lo cotidiano, las cuestiones que más nos preocupan a las personas en el día a día, como el amor, el dolor, el deseo o las relaciones. Los ensayos que desarrollan los temas socio-ambientales los he situado en otro blog, en la siguiente dirección: http://hecomapas.blogspot.com.es/p/hecoensayos.html

Cada escrito está elaborado sobre un concepto. De ahí que cada texto se presente con una palabra. Este es mi diccionario de cosmovisiones, cajón de sastre de hace tiempo.

Puedes pasearte por todas las palabras del índice y escoger la que más te apetezca. Todos los textos están consecutivamente ordenados en el orden alfabético de cada palabra que los presenta. Verás que lo he dividido en dos secciones. La primera que va de la letra A a la I. Y la segunda que va de la letra J a la Z.

Inspiración y espiración. Exploración y reflexión continua. Un mundo de nubes de pensamientos.

Conforme más me pregunto más preguntas salen.

El tono afirmativo, en ocasiones vehemente, no es más que la expresión de lo que siento. Podrá ser verdad o no verdad, pero es posible que palabras, frases y párrafos sirvan de provocación a seguir interrogándonos sobre la existencia y a nunca conformarnos con las verdades estandarizadas.

Al leer las palabras, a muchos nos evocarán conceptos muy diferentes a los escritos. Es así, porque el significado que queríamos explorar en la palabra, va en varias ocasiones, más allá de las ideas más popularizadas que tenemos sobre ella. En otras ocasiones, simplemente porque manejamos significados metafóricos. Y en otras tantas, porque hemos querido explorar un lado nuevo de la palabra o un significado menos usado.

Si te resuenan algunas de estas palabras es porque tal vez tú también podrías haberlas escrito.

Es posible que todo pueda ser, pero habrá que tener la valentía de buscarlo y descubrirlo.

Es posible que cada cual tenga su verdad.

Es posible que todo sea posible.


INDICE

ABORTO · ACEPTACIÓN · ACTIVISMO · ACUMULAR · ADMINISTRADORES · ADULTOS · ADVERSIDAD · AMENAZA · AMIGO · AMOR · ANIMALES · APARIENCIA · APERTURA · APRENDER · APREHENDER · ARQUITECTURA · ARMAMENTO · ARROGANCIA · ARTE · ARTIFICIAL · ARTISTA · ASTRO · ATENCIÓN ·  AVANZAR · BANALIDAD · BANQUETES · BIBLIOTECA · BRISA · BUSCAR · CALOR · CAMBIO · CAMINO · CANTIDAD · CAPITALISMO · CERCANÍA · CEREBRO · CIENTÍFICOS · CÍRCULO · CIRCUNSTANCIAS · CIVILIZADO · COCHES · COHERENCIA · COMIENZO · COMPASIÓN · COMPLEJIDAD · COMPRENSIÓN · CONCRECIÓN · CONDICIONAMIENTO · CONFIANZA · CONFLICTO · CONFRONTACIÓN · CONOCIMIENTO · CONSCIENCIA · CONSECUENCIAS · CONTACTO · CONTRADICCIÓN · CONTRASTE · CONTROL · CONVERGENCIA · CONVERSACIÓN · CONVIVENCIA · COOPERACIÓN · COTILLEAR · CREAR · CREATIVIDAD · CRISTAL · CUALIDAD · CUESTIÓN · CULPABILIDAD · CURIOSIDAD · DEBATE · DÉBIL · DELICIA · DEMOCRACIA · DENTRO · DEPRESIÓN · DESACELERANDO · DESCUBRIMIENTO · DESEO · DESFASE · DESGASTE · DESPERTAR · DESPILFARRO · DIFERENCIAS · DIFERENTE · DIGNIDAD · DINERO · DILEMA · DIRECCIONES · DISEÑO · DISONANCIA · DISTANCIA · DISTINTO · DIVISIÓN · DOLOR · DOS · DUALIDAD · DUDA · DULCE · ECOLOGÍA · ECONOMÍA · EDAD · EDADES · EDUCACIÓN · EGO · EGOÍSMO · ELECCIÓN · EMOCIONES · ENAMOR  · ENAMORAMIENTO · ENFERMEDAD · ENTENDERSE · ENTRE · EQUILIBRIO · EQUIVOCACIONES · ERRORES · ERUDICIÓN · ESCENARIO · ESCURRIDOS · ESFUERZO · ESPERANZA · ESTIMULADOS · ESTUPIDEZ · ÉTICA · EUREKA · EVOLUCIÓN · EXCEPCIONES · EXISTIR · ÉXITO · EXPECTATIVAS · EXPERIENCIAS · EXPUESTO · EXTREMOS · FELICIDAD · FINES · FÓRMULA · FRACASO · FRAGMENTACIÓN · FUERZA · FUTURO · GASTRONOMÍA · GENERALIZAR · GÉNESIS · GIGANTISMO · GOBIERNO · GRATIFICACIÓN · GUERRERO · HABLAR · HABLÓ · HERIDO · HÉROE · HIPÓTESIS · HISTORIAS · HISTÓRICO · HUMANO · IDEA · ILUSIÓN · ILUSORIO · IMAGEN · IMPORTANCIA · IMPRESCINDIBLE · INCONDICIONADO · INCONDICIONAL · INDIFERENTE · INDIVIDUALISMO · INFANCIA ·  INFORMACIÓN · INSOMNIO · INTEGRACIÓN · INTELIGENCIA · INTERACCIÓN · INTERÉS · INTERRELACIÓN · INTOLERANCIA · INVENTOS · JUEGO · JUEZ · JUGUETES · JUZGAR · LEGALIDAD · LENGUAJE · LIBERTAD · LIMITACIONES · LOCURA · LÓGICA · LUCES · LUCHA · LUGAR · LUJO · LLAMAMOS · LLAVES · MADUREZ · MAGIA · MALDAD · MANHATTAN · MATRIMONIO · MAYORÍAS · MEDICINA · MEDITACIÓN · MEJORAR · MENSAJE · MENTE · MIGRACIÓN · MODELOS · MONSTRUO · MOTOR · MÚLTIPLES · MULTIPLICANDO · MUNDO · MURCIA · MÚSICA · NATURALEZA · NAVIDAD · NECESIDADES · NOTICIARIOS · NÚMEROS · OBJETO · OBSERVACIÓN · OBSERVADOR · ODIO · OLOR · OPCIONES · OPINAR · OPORTUNIDAD · ORAR · ORGANIZÁNDONOS · OSCURIDAD · OSTENTACIÓN · PACIENCIA · PARA · PAREJA · PARTO · PASADO · PASATIEMPOS · PASILLO · PASO · PATERNALISMO · PAZ · PENSAMIENTOS · PENSAR · PERCEPCIÓN · PERDÓN · PEREZA · PERSPECTIVA · PESIMISMO · PIANO · PLACER · PLÁSTICO · PLENITUD · PODER · POLÍTICA · POR QUÉ · POSESIONES · POSICIÓN · POSITIVO · PUENTES · PRECIO · PRESENCIA · PRESENTE · PRESIENTO · PRINCIPIOS · PROACTIVIDAD · PROBLEMAS ·  PUEBLOS · PUENTES · PUESTO · QUÉ · RADIOGRAFÍAS · RAPIDEZ · RAZÓN · RAZONAR · REALIDADES · RECETA · REHABILITAR · REITERACIÓN · REIVINDICACIÓN · RELACIÓN · RELATIVIDAD · RELEVANCIA · RELIGIONES · REPARTIR · REPERCUSIÓN · REPETITIVO · REPRESENTACIÓN · RESPONSABILIDAD · RESUMEN · RETO · RUEDA · SABIO · SALVAR · SALUD · SANACIÓN · SANO · SENTIDOS · SEPARACIÓN · SER · SEXUALIDAD · SIENTO · SILENCIO · SISTEMA · SOCIEDAD · SOLUCIÓN · SONETO · SONRISA · SUFICIENCIA · SOÑAR · SUPERACIÓN · TEATRO · TECNOLOGÍA · TECNOLÓGICO · TENER · TIEMPO · TIRANOS · TOTALIDAD · TRABAJO · TRANQUILIDAD · TRANSCENDENCIA · TRANSICIÓN · TRASCENDENTE · TRIUNFO · UNIDAD · UNIVERSOS · UTOPÍA · VELEIDAD · VER · VERDAD · VERDADES · VEZ · VIDA · VÍNCULOS · VIVIR · YO?


ABORTO

“Elegir tener hijos... Es opcional antes de que existan.
Una vez que existen, la cuestión es permitir que se desarrollen y crezcan o no.”


ACEPTACIÓN

Resignarse es decir SI por fuera mientras se dice NO por dentro.

Aceptar es decir SI por fuera mientras se dice también SI por dentro.

Resignarse no es lo mismo que aceptar.

Muchas veces se confunden ambos términos.

El que se resigna sufre, el que acepta... se libera.


ACTIVISMO

Al querer mejorar el mundo lo juzgamos, creamos resistencia, dejamos de aceptar y muchas veces no perdonamos.

¿Cómo se compatibiliza ésta aguerrida, necesaria y apasionada carrera del activismo con la mansedumbre de la espiritualidad y del simplemente estar en paz con uno mismo?


ACUMULAR

La avidez de experiencias ilusorias… El dinero es el canje.

Acumular dinero para obtener poder y acceso al mayor número posible de experiencias ilusorias.

La avidez de la cantidad y de la cualidad, como cantidad de lo mejor.

La avidez es por lo externo.

Lo interno desconoce la carencia.

Lo interno es el solemne territorio del ser, donde lo temporal de lo ilusorio es irrelevante.


ADMINISTRADORES

Político: Administrador de intereses

Médico: Administrador de medicamentos

Profesor: Administrador de datos

Agricultor: Administrador de fitosanitarios

Cooperante: Administrador de subvenciones

Directivo: Administrador de órdenes

Policía: Administrador de multas

Arquitecto: Administrador de normativas


ADULTOS

Los niños juegan.

Los mayores hablan.

ADVERSIDAD

1. Nos pasamos la vida juzgando nuestra vida en base a si se adapta o no a una novela en concreto que decidimos imaginar previamente. Cuando, realmente, el objetivo más relevante de cada experiencia es desarrollar un tipo de ACTITUD MENTAL.

2. Hay tres escalas de trabajo espiritual, en las que tendremos que lidiar con la adversidad:

            1. La de la convivencia inmediata.

            2. La de hacer bien tu profesión.

            3. La del activismo global o fraternidad universal.

3. Este mundo es engañoso. Te hace creer que la felicidad está en los fenómenos, en la complacencia y en recibir atención. No te ates al teatro efímero del mundo.

Las expectativas te esclavizan. Eliminarlas te libera y deja espacio para la aceptación y, por tanto, para amar incondicionalmente. El acompañamiento amoroso te libera. Que las expectativas te fallen ayuda al desapego y por tanto a que se dé la PRESENCIA.

Nuestra única necesidad es amar incondicionalmente, una necesidad espiritual. Vinimos al mundo a eso. Da igual lo que pase fuera de ti, lo que ocurra. Ámalo, acéptalo.

Las necesidades del EGO te encarcelan al cuerpo.

4. Detrás del miedo, como si fuera una única moneda, se esconde la delicia de la aventura.

5. Los pensamientos, que son consecuencia de los fenómenos y los diferentes puntos de vista, son los que crean interminables conflictos entre las personas. No hay maldad. Solo diferencias.

6. Nuestro objetivo vital es la unión con nuestros hermanos. No la comodidad individual. El apego a esa comodidad crea resistencia frente a la fraternidad a la que estamos llamados. Estamos destinados a estar unidos y, por tanto, a solidarizarnos con los más desestructurados y expulsados del sistema.

7. Cuando algún delincuente te afecta, choca contigo, te invade o roba, pone en evidencia la separación que vivimos los seres humanos, te pone en contacto con quien más necesitado está (no solo materialmente sino mentalmente). Toda una oportunidad para amar. Toda una prueba para hacerte avanzar en la unión. La paciencia es uno de los resultados. El amor, el medicamento frente al miedo. En el fondo, rechazar a un delincuente es rechazar a un hermano necesitado. Nos recuerda que los más privilegiados no estamos solos en este mundo y que urge construir otra sociedad-mundo. Ese es nuestro destino espiritual: la unión.

8. Cuando alguien hace daño a alguien, en el fondo está demandando el ser amado.

9. Los problemas siempre son una falta de amor. Y la mejor técnica para superar la falta de sentirse amado es amar. Y se ama cuando das. Cuando das tu amor.

10. Cuando has aprendido-alcanzado una actitud amorosa ante determinado fenómeno, se te retira el fenómeno instantáneamente y se te pone otro delante, para que sigas evolucionando. De ahí lo importante de desapegarnos de los fenómenos. Solo están como vehículos. El siguiente fenómeno será un nuevo reto para seguir amando, para amar más, y más, cada vez más.


AMENAZA

Un nuevo dolor, una nueva contrariedad, un nuevo conflicto genera miedo y rechazo. La novedad incómoda crea pavor. Y más cuando puede llegar a ser algo que irremediablemente se convierta en compañero durante el resto de nuestra vida.

Sin embargo es sólo cuestión de tiempo, que integremos la nueva circunstancia como un miembro más de nuestro cuerpo hasta convertir lo incómodo en rutinario, lo doloroso en empuje constante hacia el fortalecimiento y la sabiduría.

Sólo la novedad atemoriza. Cuando deja de serlo pasa a naturalidad.


AMIG@

La primera vez que l@ conocí era un extrañ@. Una nueva persona llegando a mi vida.
Al principio su rostro me era ajeno. Pero en un tiempo que no sabría atisbar a decir, pasó de desconocido a mi amig@.

Ese momento mágico en el que una persona más del mundo pasa a ser una única persona de tu mundo.

Esos momentos que cuentas desde que empiezas a tener consciencia. El paso iniciático del espacio corporal al espacio existencial social.

Y luego, será sumar calendarios, donde los días son personas y donde tu espacio mental va amueblándose en un sinfín de paredes que se estiran para dar más y más cobijo.

Me gustaría tener a todos mis amigos siempre cerca.

Que nunca hubiera adiós ni hasta luego.

Poder caminar juntos, contemplando, compartiendo, mirando las estrellas, en un sentirnos cerca perpetuo.

Tristes son las horas en las que la distancia pretende, con amenazas de indiferencia, borrar la huella.

Pero alegre es el reencuentro en el cómo si fuera ayer.

Ese como si “el como si fuera ayer” reconciliase, reconfortase y amansase mi corazón hasta la sonrisa de los párpados caídos.

¡Ahí está de nuevo. Otra vez juntos!

Dispuesto a seguir explorando el universo.

La distancia siempre es temporal.

Y aunque me quieran convencer de lo contrario, la amistad, eterna.


AMOR

El Amor conecta en un orden superior. Sinapsis de las cosas, puente de luz, guía. Integra, no depende de imperativos conductuales, brota del estar en paz consigo mismo y de la confianza en el universo (la llamada providencia cristiana), transciende lo que se espera socialmente, acepta, te lleva (sin premeditación), fluye en el instante presente.

Es injusto porque no entiende de razones o castigos. Siempre ofrece bondad para lo que no es bondad. El Amor es lo más injusto que existe.

La Revolución del Cambio desde el Amor, como todas las revoluciones que más se acercan a la integralidad, necesitará tiempo.

Hasta llegar al Amor puro hay que desbaratar muchas emociones.

El Amor sirve más para caminar que para llegar.

Amor sin vacaciones es lo que llamamos disciplina.

El trabajo es la manifestación del Amor.

Las razones son justificaciones de los miedos. El miedo es el antagónico del Amor. El Amor no entiende de razones sino de actitudes.

Amar es un estado, no un verbo. ¿El mismo estado donde aparece la sabiduría? "Estar en el Amor".

El Amor se recupera desde la acción de "el dar" no desde la pasividad de "el que llegue". Siempre da alegría ocurra lo que ocurra, sin emitir juicios.

Deja de "imaginar" siempre ese más. Porque siempre habrá un más "posible". Por eso no desea lo que no es sino que se hace amigo de lo que es, de lo que ocurre.

Amarme a mí mismo es estar en paz conmigo mismo.

Y si sientes que te flojea el Amor, vuelve a darlo. A cualquiera. A los cercanos, los lejanos, los desconocidos, humanos, animales o vegetales. Vuelve a sonreír.

Frente a la mente que razona, el amor que perdona y participa.

Ama hasta morir. Morir la razón, el miedo, la necesidad, la duda, el deseo, la ignorancia.

Al vivir en un mundo des-integrado, de separación, aparecen infinidad de nombres. Si existiera la Integración, en nuestras sociedades la palabra Amor serviría para definir muchas cosas y los diccionarios seguramente pesarían mucho menos.



ANIMALES

¿Dudas sobre si los animales merecen respeto o si tienen dignidad y derechos?

Haz la prueba.

Imagina a tu perro o mascota en cualquiera de las situaciones de explotación animal de las que nos servimos para entretenernos, abrigarnos, alimentarnos o experimentar para el “avance” de la ciencia.


APARIENCIA

Los fenómenos que parecen suceder hacen el papel de servir de vehículos de aprendizaje.

En sí, estos fenómenos no tienen más importancia que las virtudes espirituales que se fraguan dentro de nosotros ante la vivencia de estos fenómenos.

Y curiosamente esas capacidades espirituales que desarrollamos desde nuestra apuesta y esfuerzo por el aprendizaje y la mansedumbre nunca van solas.

No estamos solos en ese proceso de evolución. Siempre hay una Segunda Parte que viene hacia nosotros como un regalo y que nos ayuda a subir el escalón.

¿Por qué poseemos ya, si no, regalos tan claros como nuestro cuerpo?

¿Acaso nuestro propio cuerpo y capacidad de sentir y almacenar datos es mérito de nuestro esfuerzo?

¿O qué pasa cuando a veces sentimos de pronto con tanta lucidez cuestiones que en principio nos costaban de alcanzar?

¿Y cuando, tras nuestra espera y esfuerzo, incorporamos una nueva actitud en nuestras vidas?
Cambiar de actitud es uno de los mayores milagros que existen.

Tras el velo de la apariencia se desvela la realidad de la gran telaraña de la unidad.

Hay demasiadas cosas invisibles que claman por salir a la luz.

Hay demasiada magia en este mundo como para creer que sólo es real lo que vemos.


APERTURA

Podrá sonar de una u otra manera, ser o no ser cierto.

Pero como yo digo, abrirnos a nuevas nubes de posibilidades nos da la oportunidad de poder más tarde, con tiempo, valorar si esta o aquella posibilidad en verdad tenía sentido o no.

¿Y acaso existe una manera diferente de construir y crecer en conocimiento si no es dándole una oportunidad de veracidad a lo que en un primer instante siempre es desconocido?


APRENDER

Podemos aprender de dos formas.

Incorporando lo definido como una imagen más o interrogándonos sin límite sobre ello.
Las  palabras te llevan a asociar más allá en vez de definir sólo.

En el aprendizaje, el manejo asociativo del conocimiento de las cosas va generando los esquemas asociativos de pensamiento que permite aprender verdades más profundas.
Cuando ya hemos adquirido los esquemas no necesitamos las formas.

¿Qué pasa cuando nos quedamos anclados a las formas y en vez de pasar a ser sabios nos quedamos en eruditos?

¿Acaso no aprendemos sobre una disciplina desde el estudio y la práctica de otra?
La relación de las cosas está ahí.

Si las vivimos las aprehendemos.

Si las observamos (por acotación de los sentidos) las desmembramos en aspectos.

¿No llamamos con demasiado atrevimiento aprender a un simple adiestramiento de puntos de vista?

¿Sería posible que el conocimiento no fuera más que una fragmentación de la realidad?

¿No será realmente el aprender un experimentar a través de las emociones, para entender las relaciones de las cosas?

¿No será el aprender un recordar?


APREHENDER

Cuando archivamos conocimientos en libros, con la pretensión de transmitirlos o almacenarlos también los separamos de nosotros. El verdadero conocimiento se vive, se siente en el presente, se mantiene flotando en la consciencia, es contemplado y no razonado, observado y no juzgado, practicado y experimentado más que evocado.


ARQUITECTURA

¿Cuál es la diferencia entre organismo y mecanismo?

Si hablamos de vivo o inerte, en la naturaleza el reconocimiento es inmediato.
Pero si hablamos de algo transformado por el ser humano, tal vez, la diferencia resida entre arquitectura y máquina.

La arquitectura es una de las pocas creaciones del ser humano que aspira a ese carácter orgánico que posee el organismo. Una combinación de partes funcionales en armonía con cierta inclinación a la belleza y cierta integridad estructural. De otro modo no existiría. De todo ello resulta la unidad. Como algún célebre arquitecto renacentista dijera de la belleza, aquello a lo que no se le puede añadir ni quitar parte sin cierto deterioro del todo.

Pues eso es Arquitectura. Algo más una suma de las partes. Por lo tanto un organismo unitario donde cada porción mantiene una relación con el resto. Diríase casi objeto de aspiración holográfica.

Y por eso me gusta comparar la arquitectura con el cuerpo humano. Toda una suerte de conductos venosos y nerviosos, comparables a la fontanería y la electricidad. Donde una perfecta estructura articulada en movimiento sostiene el edificio entero. Un edificio lleno de habitaciones con funciones definidas. Y todo envuelto en una perfecta fachada elástica, transpirable y adaptada al entorno. 

Pero altamente curioso es que todas estas partes están tan íntimamente imbricadas que ninguna podría sobrevivir sin la otra. Eso es lo que diferencia al organismo del mecanismo.
El arquitecto, cuando realmente crea arquitectura da comienzo a una danza. Una danza donde lo abstracto y lo concreto se dan la mano. Donde la poesía envuelve el número. Donde la célula es materia y espacio.

Finalmente sólo sabe que ha hecho arquitectura cuando la unidad se hace cierta. Y si realmente es una, entonces ya no es máquina, es organismo.

Entonces vive, palpita.

Entonces, hágase y es hecha…

La Arquitectura.


ARMAMENTO

Un conflicto armado es algo multi-causal.

Algo encadenado donde la inercia, el rencor, la supervivencia, la necesidad postergan lo que parece incomprensible para los que nos hallamos fuera como observantes.

Ponerse de acuerdo es una de las experiencias más difíciles del ser humano. Por esa razón y tantas razones se alargan y alargan las conflagraciones.

Sin embargo hay un elemento, que me cuesta creer que tenga que ver con la inercia, con la dependencia, con el condicionamiento. Son las armas.

¿De dónde salen las armas? ¿Quién las fabrica? ¿Quién manda fabricarlas? ¿Quién las promociona?

¿La última persona o personas que promueven la fabricación de armas se encuentran en la misma compleja y triste situación que los miembros de los bandos enfrentados?
¿Cuánto tienen que perder los fabricantes y traficantes de armas por dejar de dedicarse a lo que se dedican?
¿Tan difícil es?
Sin armas…
no habría guerras.


ARROGANCIA

La arrogancia está a la vuelta de la esquina.

Ella se disfraza de buenas acciones, o de méritos, o de palabras cautivadoras.

Ella está al acecho, como lobo vestido de oveja.

Cuando menos lo esperas, te atrapa.

Cuando el alma parece crecer hasta su máxima expresión, ella llega en silencio. Un solo gesto, un despiste, y entonces se manifiesta: la mirada equivocada.

“El mirarse a sí mismo.”

Un solo error de planteamiento: la dirección de la mirada.
Porque…

una mirada que mira al mundo, contempla;



una mirada que mira a Dios, trasciende;



una mirada que mira lo que place, crea apego;


una mirada que mira al prójimo: juzga o idealiza;


y una mirada que mira así mismo, te derriba con falta de autoestima o confunde con el disfrazado engreimiento hasta entorpecer el camino.

Tan sólo un leve giro del pensamiento, una mirada en la dirección que acaba en tu propia imagen y las mejores de las intenciones… se profanan al ponerles nombre.

La cuerda floja de descubrir las maravillas del ser sin caer en la emoción de verse así mismo con esas maravillas descubiertas. Ese es el objeto de vigilancia. La diligencia y la disciplina de no torcer el ojo más de la cuenta, ni más tiempo del necesario.

Por eso, siempre queda el mirar hacia delante.

Porque la cuestión es…

el mirar.

Tantas veces, el mirar.

Arrogancia. La mirada errada.


ARTE

Cualquier trabajo o comportamiento realizado con Amor y perfeccionismo puede ser considerado una obra de arte.

Si el arte se ha relegado tradicionalmente a las Bellas Artes, ¿es porque estas encuentran fácilmente almacenables y exhibibles los objetos escogidos a laborar?

¿Por qué las artes priman lo inherente a los sentidos, por encima del hecho y la funcionalidad?

¿Es el arte una alternativa al vivir o un perfeccionamiento de la vida misma?


ARTIFICIAL

La separación es esencia de lo artificial.

La emoción que da el separar lo “natural”.

Y el poder que da el volver a juntarlo convertido en mercancía.


ARTISTA

Arte. La difícil frontera entre lo conocido y lo desconocido.

El artista tiene que conformar algo lo suficientemente desconocido para que sorprenda, y por tanto emocione, y lo suficientemente conocido para que no resulte incomprensible.

Así pues, el artista se convierte en una especie de puente entre lo cotidiano y lo ideal. Y a la vez es reflejo directo del sentir colectivo y social de una época y geografía concretas.
Hacer arte es cabalgar entre dos mundos, entre el Cielo y la Tierra, entre el cielo y la tierra. A expensas de perder uno u otro o ganar los dos.

El arte da la mano a lo efímero con lo imperecedero. Un respiro al mundo denso del que formamos parte y una ventana hacia otras posibilidades.

Artista no es sólo el que crea, sino el que sabe mirar.

A veces, simplemente un buen seleccionador de formas sobre la paleta del mundo. El artista selecciona, combina y evoca. Más que crear de la nada une lo existente.

Y aunque muchos piensen que crea, no es más que un canal, un vehículo de algo que yace en potencia y espera a ser manifestado al siguiente segundo.

Artista. Un oficio que no se elige, sino que es inevitable que suceda, cuando sucede.

Tan cargado de ideas que parecen pertenecerle, cuando realmente es él el que pertenece a ellas.


ASTRO

Cada ser humano es un mundo, un planeta, un universo, un espacio. Una estrella. Un astro.
Todo ocurre dentro. Todo ocurre fuera. Tanto ocurre.

Por eso en lo más recóndito de cada cual bullen encendidos océanos de fuego, donde lenguas de magma chocan y se abrazan. Pasiones de dos tintes. Sed de conocimiento. Potencial para seguir creando mundos y después contemplarlos.

Gravitando alrededor de cada persona se despliegan otros universos, otros mundos, una miríada de planetas, tan vivos como el primero.

Entre todos trenzan familias, grupos, sistemas. Entre grupos galaxias. Y así hasta más.
Parece como si al mirar el cielo por la noche, estuviéramos mirando a la humanidad.
Cuando, al caminar por la calle observo una y otra, y otra más, a tantas personas, también caminando, cada una con sus preocupaciones y ocupaciones, con sus propios lazos afectivos, sus miradas personalísimas del mundo y sentimientos...

Y como alrededor de ellas se despliega todo un mundo infinito con infinitas posibilidades y potencialidades…

Y como desde ellas parten multitud de hilos que a su vez construyen historias junto a otras personas…

Es cuando se me hace difícil no imaginar que cada ser humano ya es en sí un universo colmado en permanente estado de expansión. Tan profundo como el mismo cielo nocturno que se extiende hasta las fronteras del cosmos.

Un cosmos que contiene a su vez multiversos, omniversos, universos, galaxias, sistemas y a nosotros. No sé dónde está el principio y el final, donde comienza la finitud o la infinitud. Pero llego a sospechar, que tras estos pellejos con huesos yacen estrellas, cuyas extremidades se extienden hasta los eones de la existencia.

Resultamos tan profundos, tan sagrados. La luz atrapada.

Apenas hemos empezado a entrever quienes somos.

Espero que éste sea el siglo del verdadero nacimiento. Del astro que se reconoce.

Y que nuestra mirada, como la luz, atisbe veloz y sin freno lo insondable.

Y como el agua sobre el fondo del cántaro, llene cada resquicio del misterio.


ATENCIÓN

En este veleidoso mundo de los fenómenos, la única “realidad” que se sostiene ¿es aquella que yace fríamente fuera de la observación inteligente o aquella que es observada atentamente?


Leí una vez algo así como: ¿Hace ruido el árbol que cae en medio del bosque y no es oído por nadie?


En nuestra sociedad, curiosamente, sabemos, tan bien, que es precisamente la observación lo que confiere realidad a las cosas, que empresas, políticos, personas, buscan constantemente la atención de los demás. Y no siempre por arrogancia, sino para que aquello que piensan exista.

Sólo la atención confiere, en tantas ocasiones, existencia a las creaciones del ser humano.
Parece que cuántas más veces es mirado, escuchado o tocado algo, más parece existir, porque al final todo es mente. Es la mente la que sostiene el mundo. Esa mente tan inmaterial que parece dar vida a ese mundo que parece tan sólido.

¿Vive la literatura de los libros cerrados? ¿Existe la música del vinilo arrinconado? ¿O los planos de la más bella catedral que no se construye?

Es este inacabable juego de atenciones las que parecen construir y enhebrar este mundo de ilusiones.

Competimos, nos desconsolamos, nos enorgullecemos. Siempre en busca de la atención. Cómo en un último intento ahogado de querer dar más solidez a lo que tan sólo vuelve a ser una ilusión, al modo de los sueños que nunca podemos traernos con nosotros al despertar.
Tan inasible, tan escurridiza. La ilusión.

Esa zorra vieja que aún cree sobrevivir y triunfar a través del reconocimiento.

Que clama su última… ¡atención! antes de desmoronarse en el mar del olvido.


AVANZAR

Podré avanzar más rápidamente si no me quejo a cada paso. Si no me enorgullezco a cada logro conseguido.


BANALIDAD

Vivimos en un mundo de extremos.

Y hasta nos atrevemos a pensar que un extremo puede ser más digno y más importante que el otro. Pero… Si atenemos a profundizar la esencia de la existencia ¿Seguro que es así? ¿Tan diferentes son los polos de nuestra realidad? ¿O acaso son, incluso, lo mismo?

Consideramos trascendental e importante el preocuparnos por la justicia social y medioambiental. Donde hay pobreza aparece solidaridad. Donde hay abuso aparece defensa. Donde hay contaminación aparece el ecologismo. Donde hay ignorancia aparece la cultura, el conocimiento, la profundización.

Y por otro lado, las sociedades desarrolladas han conseguido alcanzar cotas impresionantes de superficialidad. Lujo, fama, poder, comodidades sin límite, entretenimiento, moda, tecnología al servicio del capricho y la adrenalina. Cuando se tienen satisfechas las más básicas necesidades los intercambios que se hacen empiezan a arriesgar en convertirse en algo banal.

Sin embargo. Ambas realidades no son más que los extremos del mismo hilo.
El hilo de nuestro mundo físico. O ilusorio, si nos atenemos a que por muy tangible que parezca está sometido a la temporalidad constante y a la vida emparentada con la muerte.
El hilo de la evolución de la ilusión y del tiempo.

Podremos y debemos luchar por evolucionar como especie hacia un bienestar y armonía completos y para todos los seres.

Pero si sólo nos atenemos a valorar la existencia desde el punto de vista físico, desde la apariencia de lo que nos aportan los sentidos y nuestra propia materia, arriesgaremos a convertir el futuro en una ilusión más.

El ser humano saciado y complacido de todo logro material, tecnológico y social podría convertir la percepción de la vida en la más absoluta banalidad. (Ya está ocurriendo). Porque precisamente al final del hilo físico no encontraremos más que ilusión, más ilusión, otra vez ilusión, nueva ilusión.

Temo una futura sociedad avanzada, donde la pobreza, la enfermedad, los accidentes y la desgracia hayan sido superados. Y donde tan aburridos ya, por tenerlo todo logrado, sigamos desarrollando las artes, cuna de la ilusión, hasta vivir la vida como una continua recreación de nuevas combinaciones de las formas, de manera vacía e ilusionante. El alma humana borracha del más supino juego sensorial y mental.

Sin embargo, como creo que nuestra existencia no es sólo física, apelo al espíritu.

Sólo con la compañía del espíritu, de las más profundas introspecciones hasta los profundos lares del alma, hallaremos el verdadero sentido del existir. Qué siempre antecedió, precedió y estuvo por encima del mundo físico.

Podremos seguir entablando batallas, dialécticas o reales, sobre que es o no es importante en este mundo físico, pero sin espíritu, estaremos condenando todas nuestras luchas a la más majestuosa obra de banalidad del ser humano.

Mi  esperanza en él.

Siempre, el espíritu.


BANQUETES

Pobres animales.

Cada vez que a los humanos les da por celebrar algo,

ellos caen de manera multitudinaria.


BIBLIOTECA

El gran libro de los libros.

Allí donde se juntan todos los conocimientos para formar el Conocimiento.

Donde cada ejemplar es una palabra. Cada hilera un párrafo. Y cada sección un capítulo.
Te das cuenta al mirar sus catálogos, fondos o pasearte con la vista por todos sus estantes.
Parece que al asir cada título estuvieras deletreando cada palabra del otro gran libro, que esta vez es contenedor de todos los demás, el edificio de la biblioteca.

Ese gran libro de tapas espesas y polvo añejo, de estilo arquitectónico variado y que aspira al tiempo sin fin.

Saber que allí se encuentra todo ese conocimiento ya es un conocimiento en sí.

Releer títulos y títulos debe dar como la sensación de seguir el hilo conductor de una historia propia. Así pues, ¡los títulos juntos se convierten en una historia! ¿Qué pensará de esto el bibliotecario?

Cuando me paseo y me siento en una biblioteca me convierto en libro, en parte de la historia y entonces las palabras de este viejo y gran libro palpitan y se renuevan de vida.

Biblioteca. El único libro que puedes literalmente habitar.


BRISA

Me encanta la brisa.

La fresca que no enfría.

La misma que se viste de sol en invierno o sale con la tarde.

Esa que insiste en acariciarte sin permiso.

La que miras con los ojos cerrados y balancea tu mente hasta la relajación.
(Si. Esa que sacude tus pensamientos al ritmo del mecido hasta vaciarte.)

Esa que trae notas del horizonte, cargadas de campo o de mar.
(Alguna vez de jazmines)

Esa que se cuela por los resquicios de la gran ciudad hasta matar el ruido

Esa brisa que es un respiro y un alto en la monotonía y el furor.

La hermana menor del viento que insiste en ser regalo.

La que es paseo, quietud y coronación del día.
(Y de la noche)

La que silba en silencio.

La que me devuelve a mí mismo.

La que es aliento, vida y paz.


BUSCAR

Es usual cuando asistimos a momentos de nuestra vida en los que tenemos que tomar decisiones, buscar trabajo, encontrar pareja o nuestro sitio en el mundo, el recrear constantes escenarios y experimentar una continua duda de cuales de esos escenarios deberíamos elegir.

Y sin embargo la respuesta a cuál debe ser nuestro siguiente paso, tantas veces, vuelve a encontrarse en decirle “SÍ” al reto que tenemos en ese mismo instante delante de nosotros. Siempre, siempre hay un reto, o una posibilidad que nos está ofreciendo la vida de la manera más personalizada y ejemplar posible. Aunque parezca magia parece como si, más allá de nuestras decisiones conscientes, existe o nos precede un diseño, que como una alfombra roja se va extendiendo constantemente delante de nosotros a cada paso que damos.

No existe ninguna crítica y dubitativa elección que tomar sobre un panorama imaginado, sino un solo reto, un solo escalón, un solo zapato, delante de nosotros, que espera ser calzado. Y tantas veces nos obstinamos en no querer verlo por pereza, miedo u orgullo.

“El siguiente paso ya está dado. La cuestión es si estamos dispuestos a vivirlo.”


CALOR

El sonido del calor tiene un nombre, Chicharra.


CAMBIO

La esperanza de cambio para el mundo reside en los curiosos, humildes e inconformistas.
El verdadero cambio se da cuando se entiende.

Entender es transformarse.


CAMINO

El reconocimiento inmediato con cada pisada. Unas  resbalan, a otras se aferra uno, otras tienen un breve apoyo, con otras descansas y cuando estás pisando una, ya acabas con ella para pasar a la siguiente y así seguir haciendo camino. Y si te paras a pensar, a temer o desconfiar de la siguiente pisada ya se te han pasado otros cien años sin darte cuenta porque el camino se hace sintiendo con rapidez y sin pensar demasiado.

El Amor es un manantial de agua que corre sobre las piedras. Cuando te sueltas y te dejas llevar eres feliz y cada vez se acelera más la velocidad de tal manera que si en algún momento te intentas aferrar a alguna piedra el golpe puede llegar a ser mucho más fuerte. Pero una vez que has descubierto el placer de dejarte llevar ya no hace falta que vuelvas nunca más a las piedras.

Dejarte llevar. Confianza en las cosas. Agradecer, valorar y abrirse a cada detalle, situación y persona que te vayas encontrando en la vida.

Y dedicarse a vivir como quien avanza hacia delante con los ojos cerrados sintiendo la brisa en la cara, sin pararse a pensar en lo que ha pasado.

Es cuestión de dejarse vivir con confianza como el que se deja caer de espaldas sabiendo que lo van a coger.


CANTIDAD

Cantidad es inversamente proporcional a calidad.

O dicho, también, calidad es cantidad de atención.

Somos seres limitados por el tiempo y por el espacio. Y por tanto la cantidad de atención que podemos brindar al mundo es también limitada.

Si amar es relativo a dedicar atención y si calidad es cantidad de atención…

Para dos sujetos que den la misma cantidad de amor al mundo. Dedicando uno el amor a más objetos y el otro a menos objetos, ocurre que la calidad de amor (cantidad de atención) del dedicado a menos objetos será mayor que el dedicado a más objetos, a los que no puede prestar la misma atención individualmente. Ambos dan la misma cantidad de amor. Pero el hecho de que uno dé amor a más objetos no significa que sea más amoroso. Los dos son igualmente amorosos pero los dos decidieron manifestar su amor de manera diferente.
Por ello no es más meritorio el gran activista que salva a millones de personas en un día que la madre que cría a siete hijos durante media vida. Ni es más meritoria la madre de los siete hijos que la que cría uno sólo toda la vida. Ni es más meritorio la de un hijo que el monje que se retira a un monasterio a vivir la presencia, renunciando a todos los placeres. Siendo en todos los casos la intensidad del amor ofrecida al mundo la misma.

Y además, tendríamos que terminar de definir qué es exactamente el amor. Siquiera si es realmente dar atención o es estar en paz con uno mismo, o aceptar, o fluir, o reconectarse con nuestra esencia.

¿Qué es realmente el amor para que unos se sientan ingenuamente más amorosos que otros?


CAPITALISMO

Actuación des-sincronizada de varios individuos buscando el beneficio particular.


CERCANÍA


Cuánto menos tengo más me acerco a quién soy.



CEREBRO

La máquina que conecta lo infinito con lo finito.

Un milagro continuo, su funcionamiento.

Capaz de dar sentido a lo ilusorio. Capaz de dar sentido a las relaciones. Las relaciones entre varios cerebros y las relaciones entre cerebro y entorno. La relación consigo mismo. Principio de la interrogación.

Misterioso, cuando flojea y se sale de lo planeado.

Misterioso cuando la memoria, que es su lenguaje, se desvanece.

Misterioso cuando la inteligencia, que es su motor, divaga.

Misterioso cuando las emociones, el pulso del espíritu, se desbocan.

Misterioso cuando subconsciente, enerva al cuerpo.

Y pese a ello vuelve a sí mismo, como la claridad tras la oscuridad, como el sol tras la lluvia.
Pero tan grande.

Grande en tan pequeño espacio.

Intrépido. Ambicioso. Creador.

Fuerte, resistente y sensible.

Esa máquina mágica e intrincada que brilla con luz propia y reina múltiples mundos.
Esa puerta de lo concreto a lo abstracto.

El corazón que late con ritmo propio.

Cerebro. Fortaleza y santuario.

Cerebro.

La sede del alma.


CIENTÍFICOS

Nombrar y clasificar las cosas no es hacer ciencia ni da derecho de propiedad sobre lo nombrado.

A veces el lenguaje nos llega a confundir suplantando a la misma realidad que nombra.

Las ideas, descubrimientos y revelaciones no pertenecen a nadie, están ahí.


CÍRCULO

Sabemos cuándo se ha cerrado el círculo cuando el continuar en su trayectoria nos lleva a pasar por el mismo sitio. Lo que en las vivencias se llama “repasar” o comprobar que los nuevos datos y experiencias empiezan a repetirse y ya no constituyen nuevas lecciones a aprender.

Un camino se ha clausurado.

Un camino ha llegado a su fin y culminación.


CIRCUNSTANCIAS

Hoy somos ricos. Mañana pobres.

Hoy hombre. Mañana mujer.

Hoy fracaso. Mañana tengo éxito.

Hoy me da pereza. Mañana soy imparable.

Hoy soy egoísta. Mañana soy amoroso.

Y sin embargo, nos identificamos tanto con lo que tan sólo es un vestido más.


CIVILIZADO

Pensar y ser “civilizado” es privilegio de quién tiene sus necesidades básicas satisfechas.
Escalofriantemente paradójico es que precisamente muchos de los que llamamos “incivilizados” sean precisamente los que trabajan en paisajes “incivilizados” para que los “civilizados” puedan tener satisfechas sus necesidades básicas y por tanto se sientan “civilizados”.

Extraño este mundo donde el norte y el sur se dan la espalda pero no pueden vivir el uno sin el otro.

Un mundo de productores y otro mundo de consumidores.

Un mundo de los que piensan y otros de los que sudan.


COCHES

Parecerá una tontería. Pero cada vez que en la ciudad donde vivo los coches decrecen en número por sus calles en los días festivos noto una relajación comparable a la de estar en un pueblo.

¿No será que realmente el mayor problema de vivir hacinados en grandes ciudades no seamos el número de personas sino el de coches rodando, haciendo ruido, escupiendo humo y llenando el ambiente de cargas electrostáticas hasta la histeria?

(Y que esta locura prosiga porque son muy pocos los que tienen cojones de enfrentarse a sus hábitos e inercias y cambiar el volante por el manillar de una bici, un billete de metro o por darle uso a sus zapatos)


COHERENCIA

Lo mejor que me puede ocurrir es estar en contacto con el resto de personas. Porque gracias a ellas las mil partes de mi ser encuentran su reflejo y las mil maravillas del mundo penetran dentro de mí.

Contactar es relacionarse, relacionarse es conocerse, conocerse es crecer.

Cuánto más contacto, más cordura.

Cuánto más contacto, más realidad.

Cuánto más contacto, más coherencia.

Coherencia. Coherencia. Coherencia. El termómetro que nos mantiene cuerdos en cualquiera de los sistemas de experiencia vital por los que transitemos.


COMIENZO

La creatividad nace de una primera desobediencia


COMPASIÓN

¿No es la ira hacia los que peor lo hacen una forma de soberbia encubierta?

La soberbia de saberte o pensarte que tu perspectiva es mayor que la del otro.

La compasión hacia quién más sufre también se puede demostrar hacia quién causa más sufrimiento, pues aquel que hace daño también está necesitado. Necesitado de claridad, de conocimiento, de consciencia, de despertar, de tiempo, de comprensión, de dar amor.

Aquellos que más daño hacen necesitan tanto igual o más consideración, paciencia y atención que aquellos que reciben el daño.

Este trasiego por la humanidad es una aventura compartida de crecimiento.

La lucha por un mundo más justo, lejos de convertirse en un cabreo incesante, desgastante, juicioso e impaciente debería ser una demostración de amor incondicional hacia todos sin excepción.

Amor incondicional práctico y aplicado.


COMPLEJIDAD

Fachas o izquierdosos, jipería o pijería, policía o manifestantes, pro abortistas o pro vida, altos responsables corruptos o ciudadanos populacho, Iglesia o existencialistas, paternalismo de colectivos o emprendeduría individual, bancos o hipotecados, empresarios o trabajadores, activistas o espiritualistas.

Según nos adscribamos a un núcleo de convicciones o ideas hermanadas vemos al bando opuesto como el culpable o carente de razón. ¡Queda terminantemente prohibido aceptar idea alguna (aunque esté repleta de sentido) del bando opuesto al que me adscribí! Ese lema implícito social reza por doquier. Aunque nadie todavía lo elevara a la pancarta.

Parece que es más fuerte la fuerza que impera en cada grupo que la capacidad de llevar la crítica hacia la autocrítica o hacia el páramo del término medio o la combinación de ideas de uno y otro lado. El subconsciente colectivo del subgrupo manda.

Incluso la mayor parte de las guerras intelectuales (con gran repercusión en la realidad, para lo malo y lo bueno) se sustentan sobre la obstinación de los amigos y los enemigos, de la plena razón o la nula razón, dejando de lado la más comprensible y esperable razón, la mezcla de todo, los errores y aciertos de cada bando, la complejidad. La complejidad subyacente a todo este conglomerado llamado mundo. Porque el mundo es complejo, aunque sea porque somos muchas cabezas pensantes tratando de ponernos de acuerdo. Y eso nunca fue simple.
¿Tanto cuesta escuchar el punto de vista contrario? ¿Tanto cuesta matar ese gusanillo de apegos mentales llamados punto de vista? ¿Hallar riqueza en la yuxtaposición de lo mejor de cada parte? ¿Ser justos, más que apasionados y emocionales?

¿Queréis una opinión?

Justo esa que os empecináis en no escuchar.


COMPRENSIÓN

Juzgamos lo que menos conocemos porque si realmente lo conociéramos no lo juzgaríamos, lo comprenderíamos.

CONCRECIÓN

La concreción lleva asociado el sufrimiento.

Concreción es delimitar esto frente a lo otro.

Si es ésto no es aquello.

Ello supone siempre un choque, desde algún punto de vista.

Y el choque, desazón.

En un mundo de continuas concreciones, la contrariedad es rutina diaria.

Es inevitable.


CONDICIONAMIENTO

Nos sorprende ver como los pájaros siguen su curso en bandadas dirigidos por fuerzas naturales superiores a ellos.

Observando nuestra rutina diaria ¿Tan diferentes somos a ellos?


CONFIANZA

Porque confío en el Universo confío en mí, porque confío en mí confío en el Universo.


No esperar, no buscar.



CONFLICTO

Ahora resulta que tengo este problema con esta persona que antes no tenía. ¿Qué hago?
La mayor parte de las veces nos obstinamos en querer cambiar a la otra persona.
Sin embargo, desde un nivel de perspectiva mayor, alguien que nos crea algún tipo de conflicto, frustración o tensión, pone en evidencia que uno de los dos necesita ser amado con más fuerza en ese momento.

Tú a ti mismo en esa aventura de pulirte y aprender.

O la otra persona que no es consciente de lo que hace.

O incluso los dos.  


CONFRONTACIÓN

¿Por qué en los discursos del derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo, nunca se mencionan los derechos del no nacido, pero si vida, incluso sintiente a partir de cierto número de semanas?

¿Por qué los amantes de la tauromaquia que poseen animales domésticos como un perro son tan indiferentes en compasión hacia el toro, que alberga exactamente la misma capacidad de sentir que su mascota? ¿Por qué justificar la tortura en nombre de la tradición, la cultura y la pretendida extinción del toro de lidia?

¿Por qué estamos a favor completamente de todo lo pronunciado por la derecha y en contra de todo lo pronunciado por la izquierda o viceversa? ¿Por qué no saber ver lo admirable y criticable de cada facción?

¿Qué identidad construimos como forofos de un equipo cuando la identidad que une a sus componentes se basa en acuerdos económicos, para nada relativos al origen y procedencia geográfica del equipo? ¿Qué sentido deportivo tiene el basar la alegría siempre en la tristeza del bando contrario?

¿Cómo somos capaces de calzar y disfrutar cualquier tipo de lujo en medio de una familia humana tan llena de carencias? ¿Tan lejos nos quedan los desconocidos y más necesitados?
¿Por qué le llaman religión cuando parece una secta? ¿Por qué le llaman secta cuando podría ser religión? ¿Por qué el ateísmo se ve a sí mismo como racional o lógico? ¿No podría ser otro tipo de creencia? ¿Por qué ser libre pensador puede ser tildado de hereje? ¿Por qué vivir una religión desde el corazón debe ser algo trasnochado? 

¿Cuántas cosas aceptadas unilateralmente dejan tantas veces de lado al otro?

¿Cuánto de sentido tiene lo consensuado?

¿Qué es el sentido común?

Y sobre todo…

¿Para quién?


CONOCIMIENTO

Con demasiada frecuencia el conocimiento está tan mal repartido como el dinero.



Con demasiada frecuencia a los que más saben les falta sabiduría. Tal vez porque la emoción de verse así mismos con tanto conocimiento (orgullo) les hizo olvidar que las verdaderas cuestiones no estaban en la superficie, sino que siempre, siempre acaban estando en el aspecto moral del ser humano. Y para mirar de frente el aspecto moral se necesita humildad y dejar de lado ciertas emociones. Tomarse con seriedad y rigor el conocimiento. Conectarlo, siempre, sea el que sea, con su contexto inmediato y con el contexto aparentemente más alejado, la globalidad.


Es importante preguntarse siempre: ¿Cómo se relaciona esto que estoy tratando con la globalidad? Abandonar los parcialismos, los reduccionismos y las etiquetas de “yo soy esto o aquello”, “yo me dedico a esto y lo demás no es asunto mío”, “lo importante son mis hijos y los demás ya se apañarán”.

La búsqueda de conocimiento requiere atreverse a no terminar nunca de seguir preguntándose, sin dar por terminadas las respuestas.

Existe un tipo de pragmatismo, que es el disfraz y diplomacia con la que se viste el egoísmo y el orgullo, que se ríe de aquellos que, reivindicando el aspecto moral de las cosas, son tachados de ñoños e ingenuos.



Pragmatismo, que a veces experimentan aquellos “hombres” de conocimiento y altas responsabilidades, que sintiéndose que saben mucho desprecian los discursos “antisistema”.


Y si estos discursos existen es porque este sistema sigue perpetrando y permitiendo que muchos seres humanos y sintientes se hundan en el sufrimiento mientras que los que más pueden hacer siguen justificándose que no puede ser de otra manera, que no hay alternativa, que ya llegarán, después de vivir su historia, a donde estamos nosotros, los más acomodados.
Son personas para los que la palabra espiritualidad no es más que superstición y poesía o sólo domingos, son personas que se ríen de las virtudes del alma, que no de la del “hombre” de éxito. Son personas que amparadas en su “amor” condicionado, olvidan que no es suficiente.


¿Para qué tanto conocimiento, si olvidan lo que significan las palabras Sabiduría y Amor incondicional?



CONSCIENCIA
¿Somos el último eslabón de la mayor obra de evolución de la materia del universo, donde el azar ha llegado a combinar la materia subatómica hasta el punto de hacerle cobrar consciencia intelectiva y esta consciencia intelectiva ser capaz de elevarse sobre sí misma a un grado mayor de evolución a través del Amor? 


¿O es justamente al contrario? ¿Nuestra consciencia siempre precedió a lo que llamamos Universo y se recrea y recrea en este a través de la dimensión del tiempo?



Personalmente, me siento un ser espiritual teniendo una experiencia humana, más que un ser humano teniendo una experiencia espiritual.



Hace ya mucho tiempo, como menciono en mis dos ensayos (ALMA y CREENCIAS), llegué a una conclusión: el alma existe, existió y existirá. La consciencia precede y sucede a la materia hasta animarla o abandonarla.
Y si hubo un antes de mi cuerpo y un después, posiblemente no haya un final para la consciencia que piensa y lo habita. Posiblemente, mi consciencia, también sea eterna.
Para mí, hoy en día, no es una creencia, es una constatación, una realidad con más visos de ser racional que pensar que mi consciencia es un subproducto efímero de la materia. Cosa que hasta ahora no ha sido demostrada. (Por lo que aquellos que así lo vieran también lo hacen en base a optar por una creencia o hipótesis determinada, además de demostrar su nulo contacto con experiencias transpersonales o parapsicológicas).
Pero por lo pronto…
Soy consciente de mí mismo.
Existo.
¡Qué gran poder!
Pero no soy consciente del origen de mi consciencia, del momento en el que empezó a existir.
Mi amnesia o ignorancia pone de manifiesto algo. Soy algo particular. ¿Soy contingente? No me creé a mí mismo pero existo. Por lo tanto, otro Algo tuvo que crear mi consciencia. Ese algo, superior a mí, tiene por fuerza y lógica que ser más inteligente que yo y albergar, también, consciencia propia. Suponiendo que fuese tan sólo una inteligencia más, también creada, seguiría necesitando de otra causa para su existencia. Y si este hecho se repitiese hasta el final, tendríamos que acabar llegando a una inteligencia suprema y única, que algunos llaman Dios. Lo mismo sería aplicable a los múltiples objetos atómicos que pueblan nuestro universo.
Aparecen, entonces, muchas preguntas.
¿Por qué Dios decide crearme?
¿En qué modo Dios me crea?
Si mi origen yace en Él. ¿Es mi retorno a Él el plan sumo y último de mi existencia?
Tras múltiples lecturas he hallado dos grandes paradigmas.
El primero. Que fuéramos creados por Dios como almas perfectas. Y dentro de este paradigma encuentro dos opciones.
La una… que dentro de esta perfección decidiéramos bajar a la Tierra para manifestar nuestra divinidad y luz en medio de este estéril y violento universo. Tal cosa, cara hacia nuestro entorno, permitiría inyectar orden al caos, Amor en la frialdad. Y cara a nosotros mismos, nos permitiría experimentar y conocer nuestra esencia amorosa y luminosa, a través de la dualidad de la sombra y la luz. El calor sólo se puede experimentar cuando previamente se ha conocido el frío. Al conocer el mal, refuerzo el bien, con más madurez y conocimiento, en mi persona.
La otra cosa… que por alguna causa primigenia hubiésemos olvidado quienes somos y acabáramos percibiéndonos a nosotros mismos como almas separadas de Dios o incluso separándonos. Ya fuese por un error de percepción o por un mal uso de nuestro poder como seres espirituales.
El segundo paradigma. Que fuéramos creados por Dios como almas imperfectas. Y que a través de distintas experiencias a través de los eones de nuestra existencia como consciencias, fuéramos evolucionando, aprendiendo y pasando de la más absoluta imperfección a la más alta perfección y luminosidad. Reencarnación, transmigración, viaje cósmico. El entusiasmo de superarse. La gran aventura de sabernos infinitos con un gran viaje por delante, donde todo siempre irá y será para mejor, donde nuestra naturaleza eterna nos hace invulnerables.
Dentro de esta segunda opción la pregunta sería ¿Por qué Dios nos crea imperfectos y permite que atravesemos en nuestro viaje por el universo tal número de sufrimientos?
Entonces pienso que la más lógica transición entre la nada de nuestra existencia, antes de haber sido creados y la máxima divinidad, de vuelta a nuestro Creador, pudiera ser precisamente el perfeccionamiento. Y reconocer tal perfeccionamiento nos llevaría a reconocer la necesidad de una imperfección previa.
Y luego sigo pensando que lo que nos ha estado permitiendo pasar de la imperfección a la perfección durante tanto tiempo es precisamente una particularidad especial de la consciencia que es consciente de sí misma: la libertad. Es precisamente el precio de ser libres el poder optar por ser imperfectos. Donde hay libertad siempre hay opción de elegir algo diferente a la perfección. Y es en ese momento donde la imperfección se hace dramáticamente existente.
Pero, lo sorprendente y extraño, es que si aceptáramos este último planteamiento. ¿No estaríamos rindiendo culto al ego, a la individualidad? ¿Realmente el fin último de nuestra existencia es el engrandecimiento virtuoso y moral de cada una de nuestras individualidades? Si es el retorno a Dios lo que importa. ¿No resulta altamente competidor hacerlo desde el refuerzo de nuestra identidad individual? ¿Una identidad individual frente a Dios? ¿Tal vez tratar de ser mejores? ¿Mejores que qué? ¿Mejores en atributos psicológicos? ¿No son estos atributos psicológicos consecuencia de un mundo divido, ajeno a la unidad? ¿Mejores dentro del mundo de la división? ¿Mejores tal vez que Dios? ¿Qué… Dios? ¿O solamente iguales? ¿Iguales? ¿Eso es posible? Tampoco sé si esta particular mezcolanza de atributos psicológicos perfeccionados es un símbolo o instrumento para precisamente acercarnos más a Dios. Podría ser. Sí.
O por otro lado, y siguiendo la línea del primer paradigma expuesto ¿El segundo paradigma, el de la evolución, sólo representa el juego del ego disfrazado de espiritualidad y fuimos, somos y seremos siempre perfectos, como hijos de Dios y sólo nos queda recordarlo y manifestarlo?
Cuánto más mejoramos y hacemos evolucionar el mundo ¿Más engrandecemos la Creación de Dios o más competidores nos hacemos frente a Él? (Imaginemos que Su Cielo es la unidad pura, carente de división, de tiempo y contraste y el universo un subproducto creativo de sus hijos.)
Sea lo que fuera, parecería que el sentido y destino de mi consciencia de algún modo siempre fuera ligado al de mi Creador y a la práctica del don sumo creador, el Amor y el anhelo de Perfección.
Sea lo que sea, pues, Amor y Perfección parecen escritos en el código primigenio de nuestra consciencia y actuar en tal sentido pueda considerarse como parte de lo acertado.


La verdadera cuestión tal vez no estribe en la forma de la pregunta sino en la respuesta. Porque sea cual fuere la pregunta, la respuesta tiene muchos visos de ser la misma para todos estos postulados.

Vinimos para Amar, para practicar el Amor.

De tal manera que la verdad que buscamos se convierte más en una acción o actitud con la que vivir la vida que en un dato informativo a encontrar. De esta manera la conjetura intelectual o pregunta existencial queda resuelta y disuelta en el silencio, al ser menos importante que la respuesta, puesto que la respuesta es la verdadera cuestión. De la pregunta que se convierte en silencio aparece la respuesta, el triunfo del Amor, una vez más.
Elucubraciones, hipótesis... Para algunos simples entretenimientos mentales, evasiones de la terrenalidad, fantasías dirán algunos. Para mí preguntas y más preguntas. Simplemente me cuestiono. Me replanteo si lo que me ofrecen mis sentidos e intelecto humano es todo lo que hay. Reivindico que seguramente haya algo más, porque mi ignorancia es grande.
Y si hay ignorancia es porque hay algo más por conocer.
El misterio, que por no tener respuestas no significa que no oculte algo.
La falta de pruebas no evidencia nada.
Somos algo más de lo que percibimos y existe algo más de lo que percibimos. Y posiblemente en lo que no percibimos se encuentren las respuestas a las grandes preguntas.
Nos queda algo pendiente.
Cuestiones imperiosas y cruciales. Pues de las respuestas que se pudieran derivar, dependería el enfoque de la realidad, el saber qué cosas merecen más mi atención. A fin de cuentas, sigue en juego el acortar o alargar mi vuelta al Creador.
Una sola vida carece de sentido cuando relega al terreno de lo efímero cuánto se pueda experimentar en ella, incluida la felicidad. ¿Es transcendente lo que es temporal? ¿Queda siquiera a la altura de nuestra consciencia, posiblemente eterna, la felicidad efímera de este mundo, siempre amenazada por el sufrimiento?
La felicidad física. Tan defendida como único y último fin de nuestra consciencia humana. ¡Pero tan… efímera!


Es posible que resulte atrevido y arrogante querer entender quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, porque tal vez mi cerebro sea demasiado pequeño para poder albergar tamaño conocimiento. Pero entonces ¿Por qué, si quiera, nacen estas preguntas, dentro de mí?
Presiento que estamos llamados a Volver.
Presiento que será a algo bueno. La marca profunda en mi consciencia que anhela lo bueno no puede ser casual e irrelevante.
Presiento que existe una felicidad más grande que la felicidad física.
Tal vez en vida. Algunos místicos lo llaman despertar. O tal vez, tras la vida.
Pero, a fin de cuentas…
Volver.
La pregunta es:
¿Cuál es la mejor o acertada manera?
O la respuesta es:
Tal vez no haya que hacerse ninguna pregunta sino experimentar mi propio silencio y sentir.

CONSECUENCIAS

Haga lo que haga habrá consecuencias. Para bien o para mal, según dictaminen diferentes juicios o puntos de vista.

Sólo puedo ser fiel a mí mismo y hacer lo que sienta, desde la positividad. Y perdonar a los que difieran de mí o no respondan a mis expectativas. Y perdonarme a mí mismo por pensar que hay algo que perdonar y porque en algún momento yo también haré daño.

Al vivir en este mundo no puedo evitar ser responsable, que no culpable.

Si omito, hago.

Si actúo, hago.

Es imposible no hacer. Y que no haya consecuencias.

Las consecuencias son parte de la densidad de este mundo, de la maraña y telaraña de acontecimientos inevitablemente conectados por casi infinitas hebras.

A lo mejor, deberíamos poner en su lugar la lógica de este mundo: ilusión orquestada al servicio de la experiencia espiritual. Todo es un medio y no un fin. El fin es amar por encima de todo. Contemplación frente a tomarse demasiado en serio la vida.


CONTACTO

Reivindico el contacto.

Ese contacto que olvidó una sociedad tan pendiente de sus pensamientos, de sobrevivir y de los acontecimientos.

Ese contacto, que pasa página tras el destete.

Ese contacto que sólo entiende el que todavía no entiende.

Ese contacto que sustituyen razones y premios o castigos.

Ese contacto que se olvida en los rincones de la rutina.

Ese contacto que las personas cambiaron por palabras y más palabras.

Ese contacto que aún custodia el sol de invierno cuando te acaricia o el mar del verano cuando te rodea.

Ese contacto que es sexo para todos y para todas sin condición social, ni oficios, ni permisos, libre y sentido.

Ese contacto que colma, consuela, fortalece y devuelve la respiración.

Ese contacto que nunca debió perderse y que debería siempre volver a empezar y no acabar.

Ese contacto que pide renovarse como la luna nueva pasa a llena.

Ese contacto que es tacto, tan denostado, el más invisible de los sentidos.

Ese contacto por el que habría menos guerras, menos heridas y más risotadas.

Ese contacto que encuentra las cosquillas, el deleite, el gemido y el suspiro.

El contacto que toca y no hay más.


CONTRADICCIÓN

Ser capaces de ver los tonos grises, los pros y los contras.

Ser capaces de convivir con lo imperfecto de cualquier discurso intelectual, de cualquier realidad observada, sabiendo ver con humildad lo que menos y lo que más nos gusta.
Ser capaces de compartir el fuego de nuestra morada con lo ambivalente.

¿Por qué empeñarnos en desterrar lo uno y abrazar lo otro?

¿Qué pasa cuando comprobamos que lo otro, al cambiar el punto de vista, también podría ser lo uno?

Nada es perfectamente ideal ni nada es perfectamente despreciable.

Lo importante, tal vez sea, saber ver, saber tamizar, admitiendo lo que consideremos digno y reparando lo que no, mientras convivimos con todo a la vez. Sin por ello elevar al trono lo vivido o abandonarlo en el sótano de los despojos.

Toda realidad y todo discurso guardan en sí, lo más elevado y lo menos elevado o simplemente son el blanco de puntos de vista diferente que un día lo harán “bello” y otro día “feo”.

Pasa con las religiones, con las personas, con las ideologías, con las culturas, con la realidad misma.

¿Qué es aceptable y qué no lo es?

Nada que se pueda medir con la mente es extremadamente “bueno” o extremadamente “malo”. En el mundo de la ilusión todo es un discurso más que una realidad. Un laberinto donde se abrazan sus mil paredes por abajo y por arriba, donde los caminos que parecen separarse comparten muchas veces el mismo tramo.

Y si vemos paradoja, contradicción, desilusión o enamoramiento…  a fin de cuentas es porque todo… sigue siendo una ilusión.

Lo real… nos supera.


CONTRASTE

El bienestar y placer de unos y la barbarie de otros.

No puedo dejar de pensar tanto en Siria, Oriente Medio y los suburbios de tantas capitales del mundo, como en tantos lugares de África asolados por los conflictos bélicos.

Pero es que cuando de repente vuelve a ocurrir algo como un gran terrremoto en alguna parte del mundo entonces ya termino por no entender nada.

El ser humano puede ser responsable de muchas atrocidades, pero cuando es la propia naturaleza, el propio planeta el responsable... 

¿Cómo nos dirigimos moralmente a este? 

Este, impune, altivo, por encima del bien y del mal, capaz de destruir lo que las personas tardaron siglos en levantar, de llevarse por delante vidas, dejando huérfanas a tantas personas.
¿Cómo le pedimos responsabilidades al planeta Tierra?

¿Quién se ha creído que es?

A ver si resulta que este mundo de bello sólo tiene la mirada que le imprimimos nosotros como seres espirituales y va a resultar que el universo conocido es violento por naturaleza y de angelical tiene sólo quien lo habita. (O simplemente, no merece la pena entronizar nada tan cambiante como este mundo).


Sea lo que sea me sigo sintiendo sensible.


¡¡Tanta violencia me duele profundamente y me indigna desconsoladamente!!


CONTROL

En un mundo “impermanente”, compuesto de trillones de variables interaccionando y combinándose, querer controlar es ingenua aventura.

Cuánto más bienestar promete la materia, más se despista el alma.

Acá, donde se huye de lo incómodo y donde se ansía lo placentero, donde la consciencia se identifica con lo observado, el paraíso no es más que una ilusión.  O si se quiere bien entender no es más que el Amor y Actitud que cada uno decide regalar al mundo. Cuánta más contrariedad, más motivo para Amar.

Entonces ¿Qué es este mundo? ¿Una catapulta, una excusa para practicar el único paraíso que el alma puede controlar, que es la bienaventuranza que nace del corazón de cada cual? 
¿Habéis observado a los que más tienen? ¿Quieren tener más?

Hay una cosa que da la falsa ilusión de control sobre el mundo observado, el dinero. Hasta tal punto que cuánto más dinero, más puedes controlar. Pero más se te escapa. Y entonces, buscas más control. El alma padece de ansiedad e insatisfacción crónica.

¿Habéis observado a los que menos tienen? (No los que padecen la miseria sino los que conviven con lo justo, los austeros voluntarios incluso)

A veces, se les ve sosegados. Hacía ya mucho tiempo que la batalla del mundo “impermanente” les ganó. Sólo les quedó la paz de la aceptación. Y ahí, tal vez, sea el reino donde el alma es libre. Ese reino invisible, donde al ser imposible controlar nada material, externo y observado, el alma vuelve a reencontrarse con su autenticidad.


CONVERGENCIA

Los pueblos indígenas del mundo conviven en comunidad. Un éxito social y ejemplo de apoyo mutuo y relación con el medio. Son pocos en número y cada individuo tiene una forma de pensar similar a su aledaño. Tienen estímulos informativos limitados a su contexto natural y tradicional.

La humanidad, o llegará a ser una gran colectividad, o acabará arrastrándose por el fatigoso y lastrado camino del individualismo, conformando el peor de los paisajes.

Opino que la humanidad está destinada a conformar una gran unión, que lleva en sus genes la vocación de llegar a ser un gran grupo de seres humanos, que nacimos para la fraternidad, para estar unidos, para converger en una consciencia mayor de grupo.

La cuestión más paradójica que nos toca vivir ahora es la siguiente.



Vivir en la mayor parte del planeta, hoy en día, supone vivir recibiendo millones de estímulos informativos. El desarrollo de la globalización o la era de la información han creado un caldo tan grande de información que cada individuo, como nunca antes en la historia, posee en su cerebro una cantidad de datos inmensa.


¿Qué supone ésto?

Que la combinatoria de datos en cada individuo es radicalmente diferente al resto. Simplemente porque estadísticamente sería muchísima casualidad que en varios individuos viniera a coincidir exactamente la misma combinatoria de información (exceptuando sectas y grupos afines de único pensamiento, claro). Con lo cual, tenemos a millones de individuos con millones de combinaciones diferentes de información en su cerebro. ¿Qué está ocurriendo? Que actualmente, como nunca antes en la historia (valga la redundancia), tenemos a un conjunto inmenso de personas con formas de pensar absolutamente genuinas, singulares y diferentes.

Resulta que, ahora más que nunca, necesitamos crear lazos cooperativos, comunitarios y colectivos fuertes para plantar cara al libre y despiadado mercado capitalista, para acercarnos un paso más a esa humanidad de seres unidos, y sin embargo, encontramos, en muchas plataformas y colectivos, que las diferencias, fricciones y segregaciones en grupos menores están a la orden del día.

¿Cómo narices arreglamos este galimatías?

¿Cómo se conjuga la libertad, independencia y creatividad individual con el consenso de grandes colectivos y grupos?

¿Cómo se unifica el criterio político de individuos básicamente diferentes para confluir en una participación ciudadana viable y madura en valores, que sea capaz de pilotar el barco de un país, de manera eficiente?

Haciendo camino. Supongo.


CONVERSACIÓN

¿Qué pasa cuando las palabras llenan un encuentro entre personas?

Palabras que marcan, señalan al simple lenguaje, más que a la realidad misma que pretenden definir.

¿Es entonces cuando el “ser” es sustituido por la mente?

¿Es entonces cuando ese silencioso ser que aspira a ser encontrado vuelve a quedar más envuelto por los vericuetos de la mente?

¿Es entonces, cuando en vez de seguir caminando hacia delante y acercarnos al Todo, volvemos a retener nuestro paso, para seguir atrapados en pasatiempos, disgregación y fisura?


Conversación: Dícese de la repetición del pasado, la vanagloria del sí mismo, el juicio al ajeno o el intercambio de conocimientos, la poesía y el humor abrazados o la expresión más profunda de los sentimientos y la comunicación entre diferentes.


A veces, frugal, otras excitante. Algunas, innecesaria, muchas más sobrante. Tantas, revitalizadora. Síntoma del “Homo emocionalis”. Posiblemente el verdadero “Homo sapiens” no necesite poner palabras a lo que es, lo consabido o lo que se comparte.


CONVIVENCIA

Enclaustrados en cuerpos diferentes y por tanto diferentes puntos de vista y diferentes posiciones en el espacio. Y además en constante interrelación.

La fricción es natural, inevitable.

Cualquier relación humana es compleja. Más que esperar a que sea confortable en todo momento lo que hay que aprender es a gestionar la diferencia y la fricción.

Perder la vergüenza en la comunicación con el otro.

De hecho, convertir en un hábito disciplinado la inmediata comunicación de lo que nos molesta sin tono de culpabilizar sino tono de motivación y compresión.

Ponerse en el lugar del otro.

No asustarse por las tensiones aparecidas. El miedo lleva al resentimiento.

Tener siempre una palabra de perdón, de pedirlo y de darlo.

No cansarse de tocar, abrazar, acariciar, besar. La mente, demasiadas veces se habitúa a discursos basados en “el tener razón” y olvida el cuerpo. La mente es adictiva al pasado, a lo que ocurre, a sí misma. Olvidando que la vida, más que un continuo razonamiento debe ser una celebración.

Afortunadamente la memoria no es tan fuerte y tras la tormenta vuelve la calma. Pasa tan a menudo.

Acuerdos, negociaciones, compasión, respeto, independencia alternada con lo común. Variables fundamentales para que la fricción inevitable no se convierta en huida.
Somos humanos. Somos complejos. Mitad animales, mitad ángeles. Y sobre todo somos víctimas del determinismo encadenado de circunstancias que provocan la llegada de otras, casi como destino, tendencia, inercia y lo inevitable. Por ese motivo necesitamos ser compasivos. Con nosotros mismos y con los demás. Entendiendo que la lucha sólo es del guerrero interior y contra las pulsiones interiores que nada bueno traen. No es una lucha contra nadie ni contra el mal. Es la lucha por ganar la sabiduría propia en medio de los mayores huracanes.

Y aunque parezca a veces que se va a perder todo, como por arte de la providencia, vuelve a amanecer y renovarse el tiempo y nuestro interior.

Y la vida sigue.

Y los amigos siguen siendo amigos y la familia sigue siendo familia. Y los compañeros de trabajo siguen siendo compañeros de trabajo. Y los vecinos siguen siendo vecinos.

Y esta extraña existencia humana, como por arte de magia, crece, evoluciona y no pierde la esperanza.


COOPERACIÓN

¿Sería posible que el único camino posible para la humanidad hubiera sido el que ha existido?
Porque tener que aprender de los errores (como humanos que son) a tan grandes escalas colectivas lleva tiempo y eso se llama historia.

Ahora sabemos que la competitividad no es el camino.

Nos queda la cooperación.

Tan sólo desde la cooperación de los pueblos podremos llegar a “integrar” a todos los seres humanos en un “Ser Humano Realizado”: “El Ser Humano Integrado”.

Cooperar, aportando ideas como complementarias a las otras, no sustitutivas como “el todo o nada”.

Aumento del contacto entre seres humanos al modo de las sinapsis neuronales en una evolución como progresivo acercamiento al Orden.

Orden supone mayor número de relaciones entre cosas separadas.

Orden supone riqueza de asociaciones entendiendo estas como la propia coherencia de los procesos simultáneos. Cuánto más conexiones de individuos hay mayor es la inteligencia de la humanidad.

Lo contrario son prejuicios, individualismo, fragmentación, xenofobia, racismo, partidismo, guetos, clases sociales, económicas e intelectuales, fundamentalismo religioso, nacionalismos, fanatismo, ideologías.

Tejer nuevos conceptos e ideas, yuxtaponer cosas antes separadas, todo hacia formas más perfectas.

Así, igual que el hidrógeno evoluciona a átomos más complejos, hacemos evolucionar la humanidad con nuestra mente creadora.


COTILLEAR

Cuánta falta hay de leer.


CREAR

Llamamos crear a manipular, combinar, invertir o cambiar de lugar objetos de este mundo de ilusión.

Crear, crear, eso es cosa de lo que precede a la existencia.


CREATIVIDAD

Dícese de la desobediencia hacia lo conocido y el atrevimiento de juntar cosas que antes yacían separadas para lograr algo nuevo con sentido.


CRISTAL

(Relato de ciencia ficción)

Tuve un sueño.

De la tierra hasta el cielo.

Recorriendo sinuosamente las empinadas paredes de roca de los Pirineos, soñé despierto.

Al paso veía como el agua retozaba fina y relajada por la piedra lustrosa. Y no contenta la piedra con su inerte forma, daba aún cobijo a la espesura, que por doquier, engalanaba sus variopintas formas. No pude evitar sonreír. Veía arquitectura por todas partes, terrazas, remansos, paredes, cubiertas, fachadas. Y de la más exquisita forma concebida. Llena de diversidad, sorpresa, giros, cambios de direcciones. Una arquitectura realmente divertida, donde lo sólido se combinaba con lo orgánico.

Me fascinaba al mirar como la Pachamama había levantado tamañas formas hasta casi tocar el cielo. Grandes montañas sólo erigidas por las fuerzas de la naturaleza, sin más intermediario que el movimiento del magma del interior de la tierra. No hubo mano que cambiara las cosas de sitio para levantar esas montañas. Esas montañas se hicieron así mismas solas.

Y entonces me pregunté como lo había conseguido la Tierra. Un proceso físico-químico. Una recreación al mando de los átomos y sus combinaciones.

Pero. ¡Cuántos miles de años para conseguirlo! Claro. ¡Vaya resultado! Ni las pirámides ni los más altos rascacielos.

Y seguí pensando. Si pudiéramos nosotros los humanos, hacer lo mismo.

¡Acelerar el proceso de la naturaleza para construir montañas! Y qué pudiéramos decidir la forma final de estas nuevas y artificiales montañas.

(La tecnología humana siempre se ha caracterizado tantas veces por imprimir más velocidad a procesos que naturalmente no lo habrían conseguido. Evidentemente con sus aciertos o errores y efectos secundarios. Pero, bueno. Soñar, por ahora, es ecológico.)

¿Dónde se encuentra la génesis de ello? En la manipulación de los ladrillos más microscópicos que existen, en los átomos y sus hijos menores subatómicos.
Estamos hablando de un sistema constructivo revolucionario no basado en la colocación y acopio de materiales como hasta ahora se hacía, sino por la solidificación progresiva de la materia en el espacio, a modo de las precipitaciones cristalinas.

La cuestión aquí radicaría en ser capaces de acelerar el mismo proceso de la naturaleza y pudiendo decidir qué posición del espacio ocuparía cada molécula.

Los cristales que se forman en la naturaleza como los cristales de sal o de nieve o de cuarzo, podrían ser la más bella referencia para este nuevo y revolucionario sistema constructivo.
¡Edificios de cristal! Y no me refiero de vidrio sino de cristal de verdad. La película de Supermán es la mejor ilustración  para ello. Cómo de un cristal semilla se originaban verdaderas catedrales.

Una tecnología así resultaría altamente delicada. Pues si cayera en manos equivocadas, todo el poder usado para conformar la posible futura morada del ser humano podría también convertirse en armas o peores e inimaginables escenarios no concebidos hasta ahora por nadie.

Por todo ello, en mi elucubración fantástica, continué imaginando. Imaginando un camino más ambicioso todavía. Y es que este tipo de manipulación de la materia, tan complejo ya en sí, pudiera llevarse a cabo con la interacción de la mente, reto todavía más ambicioso. De tal manera, que sólo pudieran asistir a estos partos arquitectónicos las mentes altamente preparadas psíquicamente. Y ello muy posible y altamente asociado a un desarrollo espiritual avanzado, como los yoguis de la India. Entonces tendríamos los “Hacedores de Cristal”. Serían los nuevos arquitectos del futuro. Químicos, Alquímicos y a la vez Chamanes de la materia. Construir sería “Hacer Cristal”.

Imaginemos un escenario tan espectacular. Edificios levantándose a sí mismos. Por ejemplo saliendo del mar, el mayor caldo de sales disueltas que existe en el mundo.
Edificios de sal. Edificios de cristal. Edificios de cuarzo. Edificios de la más noble materia existente.

La Era del Cristal daría así su aparición. Con todo un nuevo baluarte de tecnologías herederas de esta concepción del control de la materia. Desde arquitectura hasta transporte, mobiliario, objetos, etc.

Es previsible que necesitáramos altas cantidades de energía. De ninguna manera posibles a través de nuestra rudimentaria y actual manera fósil y radiactiva de obtener la energía. Estaríamos hablando de energía de punto cero y libre o mejor, todavía, de energía psíquica.


En un panorama así encontraríamos los cristales “Estacionarios” y los cristales “Transicionarios”.


Los Estacionarios serían aquellos para los que la forma final sería constante, como estamos acostumbrados a experimentar. Objetos que previsiblemente siguen ahí con la misma forma. Podrían ser factibles para una “protoépoca” cristalina. Más convenientes para estadios de la evolución humana más materialistas.

Los Transicionarios abrirían la puerta a una nueva concepción de la relación con nuestro entorno. Las formas cristales, por el mismo motivo y forma que las originan, podría cambiar a nuestra voluntad constantemente. Dando así lugar a formas que variarían de acuerdo a nuestras necesidades precisas del momento. Desde la propia envolvente arquitectónica hasta cualquier utensilio que necesitáramos.

Pensar en esta nueva forma de construir sería confirmar que las formas resultantes no van a estar tan limitadas como las actuales formas arquitectónicas. Las formas resultantes serían tan libres como lo fuera nuestra imaginación. Evidentemente primeramente limitados por la presencia de la fuerza de la gravedad. Pero podemos imaginar tranquilamente que la conquista de la forma curva sería plena aquí. Formas orgánicas próximas a la biología, a la geología y al movimiento del viento.

Si en un subsiguiente estado avanzado de tecnología futura, el ser humano hubiese conseguido manejar por fin la fuerza de la gravedad, las montañas flotantes de Pandora de la película Avatar serían algo más que una novela de ficción. Es previsible que en algún futuro hayamos llegado al conocimiento íntimo de los gravitones. Y en este contexto de física, saber manejar la gravedad, muy posiblemente nos llevara a saber manejar la estructura íntima del espacio-tiempo. La relación entre ambos aspectos del universo es conocida desde hace tiempo. Pudiendo manipular la gravedad y el espacio tiempo y añadiendo a ello una tecnología como la del cristal, altas dosis de energía y la interacción de la mente con la materia, las posibilidades de recreación de escenarios se nos estarían escapando ahora con casi total seguridad. Serían impactantemente fabulosos.

Habríamos llegado a una concepción de la arquitectura tan holística, que no sabríamos diferenciar la frontera entre arquitectura, transporte, mobiliario, objetos, herramientas, vestido. Incluso entre deseo, necesidad, consecución, función, arte, colectivo, individual, etc.
Imagino colosales catedrales de cristal flotando en los cielos en íntima combinación con la espesura de los bosques y cataratas de agua, en esferas que aparecen y desaparecen sobre verdes praderas, en ciudades submarinas, ciudades espaciales, en puertas a cualquier rincón del universo, en megalópolis de luz. Y todo ello habitado por seres humanos lo suficiente evolucionados para poder vivir en un paraíso físico de tal magnitud y saber manejar con responsabilidad este control ¿último? de la materia.

Habríamos dado paso a la arquitectura de la luz, del arco iris.

Una justa prolongación material de la evolución espiritual del ser humano, donde la realidad es transparente, donde el movimiento es instantáneo, donde el Hacer Cristal podría convertirse en una continua afición artística y oficio rutinario.

El adiós, tal vez, a la lucha contra la entropía. Conceptos como desgaste, mantenimiento y falta de higiene quedarían relegados al pasado. Estamos ante una nueva y revolucionaria colonización del entorno material, donde el universo material se acerca a su ¿máxima? pureza.

Todavía sueño con ello.

Recuerdos del futuro.

Formas cristalinas de la más exquisita geometría y a la vez sinuosa forma. En constante transformación. Formas de cristal cambiando, uniéndose, desapareciendo, apareciendo, con destellos de luz en todas las direcciones y sempiternos arco iris trenzándose los unos a los otros en un glorioso espectáculo. Mientras, las bandadas de aves elevándose y rodeando esas pirámides invertidas y brillantes, que de un lado para el otro del cielo flotan sobre la tierra, casi en la aparente deriva, como buques insignes. De lo más colosal a lo más pequeño.
Veía como de esos grandilocuentes edificios se desglosan pequeñas esferas que caen en cascadas hacia la tierra, para así hacer un curioso recorrido y baile entre los árboles del bosque. A veces el cristal ni se ve y las personas parecen flotar en el cielo. Otras veces desaparecen instantáneamente y vuelven a aparecer en el otro extremo…

Luz, transparencia, armonía, geometría, organicismo.

La Arquitectura se dio la mano con la T(t)ierra y con el ser humano.

Ahora el ser humano es un hacedor de mundos, un creador artístico en la amplia paleta del universo.

¿Cómo sería pasar un día en La era del Cristal?

(Suspiro y vuelvo a mirar hacia arriba)


CUALIDAD

La cantidad acaba convirtiéndose en cualidad.

Y por tanto en uno u otro significado.

Por eso es tan importante la medida de las cosas.


CUESTIÓN

La cuestión no es destruir o sustituir sino reintegrar, complementar, transmutar (aprovechar para otro uso).

La cuestión no es dar sino “compartir” o “permitir pasar a través de mí”.

La cuestión no es “como perdono” sino “por qué me aferro o apego a ese dolor”.

La cuestión no es “presumir de lo que poseo o sé de conocimiento” sino “lo que cuido responsablemente y con Amor o lo qué aprovecho para el servicio a los demás”.

La cuestión no es lo que te vaya a pasar sino como lo vayas a vivir.

La cuestión no es que estoy necesitado, sino que precisamente necesito dar más.

La cuestión no es luchar por cambiar a los demás sino trabajar el proceso interior (que irradia inevitablemente a los demás).

La cuestión no es “Poder o control”, la cuestión es “Agradecer y Fluir”.

La cuestión no es cuando llegar sino cómo viajar.

La cuestión no es quitarse el hambre sino llenar el cuerpo de sustancias ricas que den energía y bienestar.

La cuestión no es “sentir” Amor sino “darlo”.

La cuestión no es “ponernos una etiqueta” sino “caminar juntos en el instante”.

La cuestión no es si las cosas son malas o las cosas son buenas sino que las cosas “salen como esperábamos” o “no salen como esperábamos”.

La cuestión no es buscar la “felicidad” sino “estar en paz con uno mismo”.

La cuestión no es esto o lo otro (dualidad) sino la medida de lo que tienen en común.

La cuestión no son los “imperativos” sino las “preguntas”.

La cuestión no es “el qué” sino “el cómo.”

La cuestión no es “ayudar” sino “fluir junto a”.

La cuestión no es ser más bueno sino respetar el propio proceso personal.


CULPABILIDAD


¿Por qué preferimos no cambiar y sentirnos culpables a disfrutar celebrando el cambio a mejor?


CURIOSIDAD

¿Actúan los duendes en los cajones y en los bolsillos liando los cables?



DEBATE

Esto o lo otro.

¿Por qué no todo a la misma vez?

O de derechas o de izquierdas, o la culpa es de él o de aquel otro, o ecología o economía, o Perico o Fulanito, o el individuo o el sistema.

¿Por qué nos obsesionamos con que la respuesta a un problema siempre tiene que ser una única solución o un único responsable?

La realidad es multi-causal y eso implica encarar la complejidad con pensamientos complejos en vez de tratar de simplificar las cosas desde debates infantiles de bandos.

Siendo así. ¿Por qué le cuesta tanto a tantas personas asumir su porcentaje de responsabilidad en los conflictos o sucesos?


DÉBIL

Débil es aquella sometida por la historia.

Débil es aquel intrauterino sobre el que se especulaba su más o menos conveniencia.

Débil es aquel que por no saber hablar es esclavizado en granjas de hormigón y en jaulas de tamaño minúsculo.

Débil es el más pequeño, el que crece, el que todavía no perdió la inocencia.

Débil es el que no tiene elección.

Débil es el amordazado y sediento de justicia.

Débil es el que inmóvil y seco contempla como se queman sus compañeros hasta el horizonte.
Débil es el que suda sin parar hasta la extenuación.

Débil es el inválido, el invisible, el olvidado.

¡Lo que ha tenido que luchar el más débil durante toda la historia por la falta de solidaridad del más fuerte!


DELICIA

Abrazar.

Chocolate.

Una caricia.

El segundo beso.

Correr, bailar, gritar.

Estrellas, búhos y grillos.

Abrigarme cuando hace frío.

Hacer el amor, juntos y sin fin.

Andar descalzo sobre la hierba.

Sentir el agua, la brisa y respirar.

La arena tibia y el cuerpo desnudo.

Escuchar el gorgoteo de un riachuelo.

Quedarse atónito al crepitar de la hoguera.

Reír entre amigos hasta el dolor de barriga.

Tener sueño y cama y mantas, sin despertador.

Truenos, relámpagos, lluvia y viento. Guarecidos.

Caminar con los ojos cerrados respirando aire limpio.

Contemplar la puesta de sol al son de los lilas y los rosas.

Revolcarse por los suelos con los niños como juegan los felinos.


DEMOCRACIA

Bien entendida por las comunidades indígenas.

El vestido de moda que se quiere poner el bipartidismo. Aunque peor es una dictadura oficial. Porque como decía Galeano, con este tipo de democracia lo más que podemos elegir es la salsa con la que seremos cocinados.

Y luego están las dictaduras de las corporaciones y grandes bancos, con mejores atuendos.
A la democracia de las sociedades “desarrolladas” le quedan unas cuantas décadas para madurar de verdad. En pequeña escala, en un bosque o una estepa es fácil de poner en práctica. Pero en sociedades interconectadas de millones y millones de ciudadanos parece algo más complejo.

Ni siquiera un referéndum es el mejor ejemplo de democracia. Pues siempre son unos pocos los que proponen la pregunta. Y una pregunta en sí, ya es un tipo de decisión que “álguienes”, que no todos, tomaron. Y lo peor, es que la respuesta es “Sí” a todo o “No” a todo, en contraste con la realidad, más compleja en matices.

Muchos movimientos de izquierda han querido proponer formas de autogestión y autodeterminación. Pero la variabilidad de cabezas pensantes vuelve a convertirse en un problema. Casi parece más fácil que esa variabilidad de formas de pensar, en vez, de ser respondida con grandes y simples soluciones, se vea respondida también con una paleta de también pequeñas y muchas soluciones. Y curiosamente esto viene ocurriendo desde siempre. Y no es precisamente desde los altos estamentos políticos. Sino desde la vida misma. El intercambio, el compartir, el ahorrar y el donar. Conceptos procedentes de la economía y lo social.

Si hay un terreno donde la democracia parece ser una democracia, en cuánto a poder de elección y consecución, es el terreno socioeconómico. El verdadero terreno desde donde se asienta la sociedad. El único terreno, que actualmente y de manera coherente, mantiene cosidos a todos los individuos del planeta.

Sus urnas son las tiendas, los lugares de encuentro, el espacio donde satisfacemos nuestras necesidades. Y sus votos son la compra, la adquisición y la satisfacción de necesidades. Estamos hablando del consumo. Un acto que practicamos todos los días. Y que desde que sale el sol hasta que se pone va moldeando el mundo en toda la superficie terrestre.
¡Somos libres de comprar lo que queremos! Más en unas cosas que en otras, lamentablemente. Pero actualmente en muchísimas, en relación a épocas pasadas.
Somos libres de adquirir, intercambiar, compartir y regalar.

Esto para mí tiene bastantes visos de ser auténtica democracia.

No perderé más el tiempo discutiendo que es o no es democracia. Llevo practicándola mucho tiempo, desde que tengo capacidad de decidir cómo me alimento, como me visto, como me cobijo, como me transporto, como me relaciono…

El consumo. La decisión personal de optar por una u otra cosa. Este es el voto, que a través de sus tentáculos y encadenamientos de causa efecto social, sigue co-creando el mundo entero, en pos de una gran máquina llamada globalización o muchas y menores máquinas, llamadas localismos.

El consumo que manda un mensaje al entorno: - Necesito. Hágase. Transfórmese.

Nuestro dinero y la ausencia de él llevan siglos transformando el mundo. Es el dinero que financia lo más bello. O el dinero que boicotea lo más feo. Es el yo te cedo, tú me das. Nosotros compartimos. Yo te ayudo. Los dos o más nos encontramos. Un consumo que otras veces es relación. Algo que está ocurriendo aquí y que interacciona con allí. Y mientras vivo esto construyo todo. Porque no existo solo. Lo que yo hago, tú lo haces. Lo que yo hago, lo hacemos todos. Y porque somos todos los que hacemos y transformamos, todo es político. Y porque tenemos poder para elegir, tenemos consecuencias colectivas. Y aunque no le ponga nombre, todo es democracia.

Lo más cotidiano se vuelve democracia.

Y hoy…

 vuelvo a votar.

¿Alguien más me acompaña a las urnas?


DENTRO

La estrategia más eficiente para cambiar las injusticias no es enfrentarse a ellas desde la lucha, el poder y el ego sino desde la expansión del espíritu y eso en términos físicos se llama construcción de alternativas positivas. Frente a las palabras y las armas está la cooperación y construcción de hechos.

Mientras ahí fuera se labra una lucha por dominar el mundo ilusorio los mansos siguen brillando y trabajando en silencio.

Será cuestión sólo de tiempo que las realidades en pos del bien común terminen por desplazar a las realidades labradas meramente desde el egoísmo. Lo peor, simplemente quedará obsoleto y relegado por lo mejor.

Es posible que antes de ese momento las cosas parezcan empeorar pero matemáticamente si la única dirección del espíritu es la evolución hacia delante, en algún momento del tiempo esa evolución tendrá que alcanzar suficientes cotas de paz y bienestar global.

Lo que en el mundo de los fenómenos físicos llamamos sometimiento en el mundo espiritual es pulido. El espíritu se engrandece en la adversidad. Nada habrá perdido cuando las cosas parezcan ir lo peor posible porque el triunfo nunca será de lo efímero y temporal,  propio de ese mundo físico de fuera, sino de lo que nunca se acaba y siempre permanece dentro de cada uno, la consciencia.


DEPRESIÓN

Si no puedes cambiar lo que sientes, si puedes cambiar lo que haces.

Haz algo hermoso, dar, regalar, empezar una nueva actividad bella, bondadosa o satisfactoria.
Cuando haya pasado el tiempo comprobarás que este comienzo ha crecido en frutos y si miras para atrás, llegarás a decir: si no hubiera sido por aquel dolor tan inexplicable no hubiese llegado hasta aquí ni hubiese vivido las cosas hermosas que estoy viviendo ahora.


DESACELERANDO

Hacia lo profundo se llega desde la velocidad al revés, la aceleración hacia la lentitud, hacia el nanosegundo, hacia donde seguramente no habrá más que silencio.

Alejados de nuestra era de la rapidez que no deja sentir ni vivir.


DESCUBRIMIENTO

Cuando descubrimos un nuevo paradigma o punto de vista que contradice al anterior, es fácil, por la emoción que suscita el ser poseedor de algo nuevo, el negar o condenar lo anterior. Y lo curioso es que la mayor parte de las veces, ambos puntos de vista pueden coexistir.

Si hay algo que enseña la vida es que es la diversidad de realidades la que da lugar a un mundo más rico y avanzado.


DESEO

La vida es más lo que ocurre que lo que deseamos. Aunque curiosamente lo que deseamos es parte de lo que ocurre.

¿Hasta qué punto nuestros deseos los decidimos nosotros?


Dos tipos de deseos existen. El que te empuja a vivir y el que te lastra con su apego a lo que no es.


DESFASE

El sufrimiento es el desfase entre lo que nos gustaría que fuera y lo que es.

Esta diferencia es debida precisamente a la diversidad. Diversidad implica diferencia.

Es lo que tiene vivir en este mundo de la división.


DESGASTE

Y entonces es cuando descubres que la seriedad es levedad.

Juzgamos al mundo con el más riguroso de los rigores hasta convencernos que podemos poner nombre a lo que es causa y a lo que es efecto. Trazamos así múltiples líneas de lo que antecede y de lo que provoca. De lo que recibe y de lo que percibe.

Pecado. Culpa. Responsabilidad. Malo. Equivocado.

¡Cuán atrevido resulta hacerse descubridor de lo errado y de lo acertado!

Son tantos y laberínticos los intrincados caminos que se cruzan, solapan y trenzan.

Son tantos y laberínticos los intrincados pensamientos que dan lugar a todo lo demás.

¿Es realmente tan responsable el ser humano de sus actos?

¿Tienen realmente tanto peso moral como multitud de ideologías nos hacen creer?

A estas máquinas de vivir, que somos, la variabilidad de acontecimientos condicionada a su vez por la variabilidad de sucesos es tan alta, que empiezo a sospechar que lo que entronizamos como serio tal vez sea más leve de lo que imaginamos.

Vivir ya supone desgastar, aumentar entropía a nuestro alrededor, fulminar ingente vida microscópica a nuestro paso, consumir nuestra frágil salud.

¿Qué pecado existe en experimentar con vehemencia, vivir con intensidad hasta quemarse, en hacerlo mal por querer hacerlo bien, en abrazar las emociones más caras y en tomarle el pulso a la vida?

Hoy quiero homenajear a quienes peor lo hacen, porque de ellos será el triunfo del existir.
Saber perdonarse a sí mismo. El perdón más valiente de todos.


DESPERTAR

¡Un momento!

¡Párate y mira a tu alrededor, incluso tus preocupaciones!

Tanto lo que deseas como lo que temes es temporal. Eso prueba la naturaleza onírica e insustancial de lo que llamas realidad. Al descubrir que ambas cosas son externas a ti y no son tú mismo, descubres que lo único que existe es tu consciencia.

Si ahondas un poco más, te das cuenta que tu única realidad es el presente y que tras las puertas del presente sólo hay luz esperando a ser destapada.


DESPILFARRO

Despilfarros hay muchos.

Demasiados.

¿Pero qué pasa con los despilfarros que no son explícitos?

La comida que sobra tras el descomunal banquete, que nadie te pidió que hicieras.

La luz desorbitante que ilumina calles, carreteras, polígonos industriales. En definitiva que tantas veces ilumina nada hasta contaminar todo, el cielo, tapando la poética luz de las estrellas. ¡Cuánto petróleo se quema para iluminar… nada! Esas luces que se ven desde el espacio cuando miramos a nuestra esférica casa no son sólo un gracioso plantel de luces, son petróleo ardiendo.

Despilfarro es que los presupuestos en armamento sean desmesuradamente tan grandes en comparación con lo que necesitaríamos para acabar con el hambre en el mundo.

Porque hay grandes y pequeños despilfarros. Pero los pequeños también son grandes porque se suman a muchos otros pequeños hasta ser grandes. ¿Cuántos de estos protagonizamos la gente corriente cuando nos empeñamos en llenar neveras y despensas a tope en vez de racionalizar meticulosamente lo que compramos y realmente ingerimos?

Y ¿Cómo no? Esas fiestas de cumpleaños que ahora convertimos en indecentes actos sociales donde los peques son desbordados de regalos con los que nunca llegarán a jugar. ¿Qué mensaje les estamos transmitiendo al rodearlos tan ávidamente de tanta materia?

El despilfarro es el pecado de la sociedad opulenta que se ve miopemente así misma como algo simplemente normal. Es lo normal, dicen. Lo habitual.

¿Y tomar un avión simplemente para ir a tomar fotos y bañarse en las antípodas de tu casa, en unas aguas que siguen estando compuestas del mismo hidrógeno y oxígeno que la playa de al lado?

Despilfarro es la escala grande que no cabe en la T(t)ierra hasta acabar echándola fuera como quién saca al pajarillo del nido. Es crecer y crecer sin límites, más, más y más. Despilfarrando el aguante mental de trabajadores, condenándolos al más absoluto estrés. Es el despilfarro las grandes (empresas) cuya avaricia no conoce límites. El capital se adueña de las mentes de sus dirigentes y accionistas y ya no se conoce lo comedido, la escala humana, el don de la afectividad justa que se sabe en su medida y lugar.

Despilfarro es consumir, consumir y consumir. Porque ya no hay planeta que lo aguante. La sangre de la Tierra se acaba, los minerales escasean, el agua limpia se agota y la tierra se exprime hasta quedar vacía de nutrientes.

Cuando se normaliza la barbarie hasta verla como lo normal, como el ¡no es para tanto! es cuando dejamos de ser habitantes de la gran casa y pasamos a convertirnos en extraños, usurpadores y colonos.


DIFERENCIAS

Convivimos con las diferencias. Y eso nos hace más humanos, tolerantes y enriquece la diversidad social. Ser capaces de respetar diferentes puntos de vista da mucha paz de espíritu, nos aleja del ensimismamiento del “tener la razón”. A fin de cuentas más vale ser feliz, que tener razón. Tener razón puede resultar hasta ridículo. La verdad es inefable y la complejidad de la realidad difícilmente se hace asible con unas simples palabras. Pero creo que hasta aquí hemos tratado con “palabras”. Y no realmente realidades.

Digamos que en las tertulias nos podemos permitir exponer nuestros argumentos y respetar los de los otros.

Pero ¿Qué pasa cuando las diferencias de puntos de vista trascienden la mera tertulia y ponen en juego la vida misma?

¿Serían respetables los puntos de vista de los causantes de terrorismo, tortura de animales, explotación de personas o de la quema de un bosque?

Es fácil “hablar” de respetar las diferencias cuando lo que está en juego sólo es una conversación pero cuando están en juego más cosas todo se complica. Y entonces si queremos hablar de querer aplicar el Amor, la búsqueda del bien común y el respeto al libre albedrío, entramos en un conflicto. ¿Cómo se podría aplicar, por ejemplo, el respeto al libre albedrío del otro, cuando atenta e intenta hacer sufrir a otro tercero? Tratar de detenerlo podría incurrir en cierta violencia. Si nos enfrentamos a él podríamos caer en la paradoja de aplicar dolor en nombre del Amor. ¿Cómo se puede aplicar el Amor o la búsqueda del bien común, entonces?

¿Dónde está la frontera en el respetar las diferencias?

¿Hasta cuanto se pueden respetar las diferencias?

¿Qué pasa cuando los puntos de vista del otro no son causantes directos de las más duras realidades, pero si indirectos a través de la indiferencia, del consumo irresponsable o del apoyo intelectual?

¿Qué pasa, entonces?

¿Son entonces respetables las diferencias o llamamos simplemente “respeto a las diferencias” a una cómoda o hipócrita diplomacia de salón de tertulias?


DIFERENTE

Decidimos a través de una mente programada múltiplemente donde cada segmento de pensamiento está determinado por una mejor opción, según nuestra experiencia pasada.

Todos estos segmentos se unen en una compleja cadena o multi-estructura determinada.

De tal manera que cada segundo de nuestras vidas están siendo precipitado por el anterior, que a su vez es precipitado por otro sub-anterior, de acuerdo a una estructura de pensamientos yacentes en nuestra mente.

Si a esto sumamos que las circunstancias que nos encontramos fuera vienen impuestas.
¿De qué grado de libertad gozamos?

¿Tan responsables somos de lo que pasa en nuestras vidas?

Al igual que no puedes volar, ni puedes alcanzar objetos más allá de la extensión de tus brazos, ni trasladarte instantáneamente de donde estás a donde imagines, las decisiones que pensamos que son nuestras de alguna manera pertenecen a lo dictado por nuestra programación mental, nieta directa del universo.

De hecho si no fuera así, en nuestra rutina diaria, ante la complejidad de este mundo, nos quedaríamos parados, sin avanzar, sin movernos, esperando hallar la mejor opción.
Y sin embargo, nos dejamos llevar. Porque sabemos, que en parte, es lo más razonable.
Pero también sabemos que en medio del contexto de nuestra mente determinada, siempre podemos optar por una actitud diferente ante lo que nos encontramos, demostrando más compasión, capacidad de perdonar, humildad, ecuanimidad, contemplación, empatía.
Existe un punto minúsculo y a la vez infinito que es nuestra voluntad, verdadero panel de mandos de la mente. Aunque tan a menudo ¿olvidado?

Tal vez la verdadera libertad resida ahí. No en lo que traemos pegado a nuestros cuerpos, mente e historia. Sino en lo que somos capaces de ofrecer desde el instante presente de la presencia, otra manera de mirar, otra manera de pensar.

Simplemente rompiendo la inercia, negando al pasado, renunciando a lo que se espera, contradiciendo al mismo determinismo, inventando lo contrario, retando a la mente programada, desobedeciendo al mundo, dando donde los demás quitan, amando en vez de ajusticiando, mirando como si fuera la primera vez.

Tal vez la verdadera libertad se geste haciendo algo diferente.

O mejor dicho…

pensando algo diferente.


DIGNIDAD

Dicen que una vida sólo es digna de existencia cuando son dignas sus circunstancias.

Aunque yo digo que una vida es digna por el mero hecho de existir y ser vida.

A veces se confunde, incluso dignidad, con autonomía y concordancia con el entorno.

Pero cuando me quedo mirando un bebé o infante, con su aún “inmadurez” en relación a su entorno “adulto”, desprovisto de cualidades para resultar políticamente “correcto” ...

Cuando me quedo mirando un anciano cuyas facultades de raciocinio y memoria empiezan a mermar…

Cuando me quedo mirando una persona de movilidad reducida y dependiente…

Cuando me quedo mirando esas imágenes de fetos en gestación con minúsculos corazoncitos palpitando…

Cuando me quedo mirando desde el animal más evolucionado hasta el bichito más pequeño…
Pienso…

No son las facultades fisiológicas y sociales lo que nos hacen más o menos humanos o más o menos vivos, o más o menos dignos de seguir vivos, sino un algo invisible llamado tal vez vida, consciencia, alma o esencia, algo que significa grandeza y transcendencia, algo sobretodo invisible y monumental, algo sagrado y glorioso,
eso que se justifica a sí mismo…

la dignidad.


DILEMA

Denunciar y no aceptar una injusticia es una forma de lucha, con toda la carga enjuiciadora que supone el oponerse y enfrentarse a algo que queremos cambiar. En definitiva el querer invadir algo externo con nuestra voluntad. El enfadarse, el indignarse. Una emoción negativa.


Pero no aceptar una injusticia y trabajar por cambiarla también es una forma de bondad, de compasión, de búsqueda del bienestar del otro, un tributo a los grandes ideales, un verdadero sentido del vivir, trabajar por un mundo mejor, la revolución. Una emoción positiva.

¿Es normal que convivan emociones tan opuestas en el mismo hecho o existe una tercera vía que provea de absoluta paz en sus medios y fines?


DINERO

Cuánto más dinero, más poder.

Gastar el dinero nunca fue algo neutral.

Algunos piensan que sólo importa el cómo lo ganes. Pero no el cómo lo gastes.

Cuando gastamos el dinero nos convertimos en inversores, financiadores, co-creamos el mundo a donde llega.

Cuán grande se hace la responsabilidad de tener dinero en cuánto las sumas poseídas crecen, se ahorran y compran cosas.

Cuánta especulación destructiva de tejidos sociales.

Cuánta codicia y engaño.

Cuánta explotación humana y animal.

Cuánta contaminación.

Cuánta crisis y podredumbre económica genera el dinero que se congela en ahorros suntuosos o se pone en movimiento en la compra inconsciente.

Ya no sólo es más o menos ético el dinero que se gana sino el que se usa.

Y cuántos nuevos paraísos sociales, lazos cooperativos y bienestar biológico surgen de la apuesta, la innovación y la credulidad hacia otro mundo posible.

¿Por qué cuesta tanto entenderlo y seguimos tratando el dinero con el pragmatismo e indiferencia del que sólo busca beneficio y servicio propio, sin mirar lo que construye allí donde llega?


DIRECCIONES

La distancia entre lo ideal y lo real, entre lo perfecto y lo imperfecto, entre lo que es y lo que deseamos, crea una tensión, una contrariedad o conflicto.

Ante ello tenemos cuatro opciones:

Todas ellas se podrían representar en dos direcciones y cuatro sentidos.

La primera opción: Es horizontal y hacia la derecha, hacia delante. Reaccionar con egoísmo, haciendo daño a las personas implicadas o que se ponen por delante.

La segunda opción: Es horizontal y hacia la izquierda, hacia atrás. Huir. Sin enfrentamiento pero sin resolución, ni vivencia de la experiencia. Esta queda pendiente, pues.

La tercera opción: Es vertical y hacia abajo. Resignarse. Quedarse quieto sufriéndola. Hundirse con ella.

La cuarta opción: Es vertical y hacia arriba. Trascender. Aceptación con Amor, cambio del punto de vista y pro-actividad. Perspectiva amplia y desde arriba. Con el consiguiente aprendizaje, mayor unión con las personas y elevación de la vibración del espíritu.


DISEÑO

Incluso en las miles de millones de vida de este planeta.

¿Es casualidad que la rutina se estire y los eventos en emociones intensas confluyan habitualmente? (Aquello que las desgracias vienen juntas o la fortuna)

¿Es casualidad que unos sean afortunados y otros experimenten épocas donde avanzar en la vida es como atravesar una charca de fango?

¿Es posible que la historia y las personas lleven su propio ritmo y no podamos acelerar los cambios más allá de los límites del ritmo?

¿Es posible que nazcamos con una lista de objetivos, con una misión más personal y otra más social?

¿Nos relacionamos las personas con personas predestinadas?

¿Realmente hay tanta casualidad o realmente la inteligencia que emana de todas las leyes físicas es extensible a la lectura inteligente que emana del recorrido genuino de la vida de cada persona?


DISONANCIA

¿Qué diseño ilusorio dota a las relaciones, actividades y conversaciones humanas de sentido?
Cualquier movimiento mental en este mundo es un consenso social, la urdimbre sutil que convierte en nota discordante o salida de tono una cosa o en triunfal otra.

Así se trenzan relaciones, política, encuentros, grupos de amigos, proyectos profesionales.
Resulta tan endeble, frágil, a veces ridículo, lo que consideramos normal o razonable y lo que no.

La palabra realidad, tan desgastada y denostada, me cansa. Me cansa porque siempre se refiere a constructos ilusorios, contratos ilusionantes. A disposiciones pactadas, a formas intemporales. Y es porque, simplemente, suena con fuerza y se impone visualmente a lo que se refiere, por lo que le damos crédito.

Empiezo a sospechar que por encima, por detrás o por debajo de todo esto hay algo más, hay algo más donde todo es perfecto y no hay peros, ni disonancias, ni conflictos, ni encontronazos. Donde simplemente estamos y somos, en comunión con todos, sin más teatros, ni puestas en escena, ni deberes, ni leyes, ni causalismos.

Donde simplemente todo es paz.


DISTANCIA

Las cosas vistas desde fuera se idealizan, atemorizan o se juzgan.

Es de dentro desde donde realmente se ven.

¿Cuántas cosas sobre las que sufrimos, anhelamos u opinamos son cosas que realmente vivimos desde dentro?

Nos sorprendería comprobar que una ínfima parte, relacionadas con nuestra rutina laboral o social. Las cuestiones verdaderamente sobre las que nos toca vivir el presente, y en definitiva vivir de verdad.

El resto…  un espejismo.


DISTINTO

¿Por qué nuestra sociedad tiende a marginar en un primer momento al que, o lo que, es diferente en vez de engalanarlo con la mejor de las admiraciones por ser especial y original?


DIVISIÓN

La historia del universo conocido es la historia de la separación, de la fragmentación, la división. Mirad si no, como de un único átomo de hidrógeno salieron el resto de elementos atómicos. De cómo de una estrella salen varios planetas orbitando alrededor de ella. De como de una célula salen tal cantidad de seres vivos.

Nos emocionamos ante la diversidad.

Pero ¿Quiere competir la diversidad, tan llena de conflictos, con la unicidad llena de armonía?

Y seguimos. Porque uno de los hijos del universo decidió seguir dividiendo.

El ser humano es un genio de seguir separando lo que previamente yacía unido.

El principio activo de la planta, el animal de la naturaleza, la persona de su comunidad, el sexo del amor, la información del conocimiento, la fotografía de lo fotografiado, el dinero del trabajo, el tiempo del trabajador, la especialidad de lo integrado.

Cosas y más cosas, mercancías y más mercancías. Cada vez el mundo se puebla de más cosas, que no son otra cosa que más y más divisiones.

Y cuánta más separación más oportunidad de sacarle beneficio a ese puente que queda roto o ese nuevo valle ante el que hay que construir un puente nuevo.

Y sin embargo, es tanto el anhelo y la sed de integración, comunión y reencuentro.


Todavía intuyo y anhelo, que en algún lugar de la existencia futura yace todo unido, como una gran unidad cósmica que se recrease así misma en infinita armonía.


DOLOR

Algunos dicen que valorar el dolor es cosa de “catolicismo trasnochado”.

Pero ¿qué pasa cuando el dolor llama a nuestra puerta?

No podemos vivir dándole la espalda constantemente al dolor.

El dolor es compañero en varios momentos de nuestras vidas.

Y tarde o temprano aparece.

¿Qué es el dolor exactamente?

¿Una distancia excesiva entre la propia homeostasis corporal en estado de equilibrio interno y un entorno físico que impide dicho equilibrio?

¿Una distancia excesiva entre la codificación mental individual y la codificación del entorno social?

Por alguna o varias razones se crea esa “incoherencia” entre lo que deseamos y lo que ocurre.
Es entonces cuando el dolor se hace “inevitable”, cuando toda una suerte de enfoques se hacen útiles.

Tal vez cuánto más fuerte es el dolor, más excusa para hacer lo único que podemos hacer en ese momento de angustia adherida: Amar.

Amar es un acto volitivo procedente de aquella parte inexpugnable de nuestro cuerpo-mente, la consciencia con capacidad de decidir. El amor nunca podrá encarcelarse.

Si no podemos controlar las circunstancias o la enfermedad si podemos optar por hacer arder nuestro corazón con cualidades amorosas como el darnos a los demás o agradecer, por absurdo que parezca.

Saliendo de mí, estando pendiente del otro, empiezo a olvidarme de mí, y por tanto del dolor que yace en mí.  Pongo mi atención hacia otro lugar.

Si te duele es que “estás vivo”.

El dolor existe porque el placer existe y es digno de ser vivido igual.

Si huimos de él es porque está haciendo de motor para nuestra evolución.

Tal vez dejándonos sentir el dolor en nuestros cuerpos y aceptándolo abriríamos las vías a la percepción.

Tal vez las contrariedades, los problemas, el dolor los use nuestra parte mental más transpersonal para avisarnos de algo a aprender.

Tal vez sintamos dolor cuando nos aferramos a nuestras expectativas, ofreciendo resistencia al verdadero rumbo, a la realidad que es. Entonces el dolor es un indicativo de que nos habíamos salido del camino o de que no estamos teniendo una percepción correcta y transcendental.

Tal vez tratando con agradecimiento esa contrariedad empecemos a ver sus bondades. Ese es uno de los premios más inmediatos.

Tal vez “el sufrimiento” sea un miembro más de nuestro “ser holístico” que nos “sirve” para transmutar nuestro ser humano primitivo hacia el “ser despierto”. Y a veces, cuando no se puede superar, simplemente se puede integrar como si fuera una parte más de nuestro cuerpo, normalizándolo.

Tal vez el momento más doloroso podría ser el aviso definitivo para dar ese salto de consciencia a y donde la segunda mente es la que triunfa: la mente del Amor, la mente que no juzga el dolor sino que se permite navegar por él, que lo observa de lejos.

Tal vez el dolor más insoportable sea el que me saque de mí mismo para llevarme al Amor que está por encima de mi sentir corporal y me obligue a Crecer. Un dolor físico o mental muy intenso nos puede obligar a “descender” a las aparentes inexpugnables profundidades de nuestro ser, donde sólo reside la paz.

Y en el momento en el que parezcan flojear nuestras fuerzas, proferir y repetir: ¡Yo tengo el poder!

¿Las sensaciones de angustia son la forma ignorada de “Iluminación”?

¿Es el sufrimiento las cosquillas del alma? ¿Una forma de ”placer” tan compleja que sólo se revela al final de su plena experimentación?

¿Es el dolor una forma de aprendizaje y sanación avanzadísima, no consciente, por los altos niveles que supone?

¿Acaso no se raja el vientre de la madre para dar a una nueva vida o la fiebre mata al invasor microscópico para devolvernos la salud?

¿Qué es exactamente el dolor?

¿Algo de lo que huir o algo a comprender?


En la medida que el dolor rompe la autocomplacencia nos podemos desconectar de la búsqueda de felicidad en el mundo físico y de los fenómenos.

Y ahí es cuando se abre ese espacio interior cuya única naturaleza es la consciencia.

Entonces corroboramos que el contentamiento viene de dentro, no de fuera, viene de estar en paz con uno mismo, conectado con nuestro interior. Lo que ocurra fuera es irrelevante.


DOS

Dar la espalda a los acontecimientos sociales y al ser político que llevamos dentro en nombre de la trascendencia espiritual o dar la espalda a la espiritualidad y la visión holística de la existencia en nombre de la implicación y la acción social.

He conocido los dos grupos de personas.

¿Por qué no las dos cosas a la vez?

¿Por qué no el abrazo de la vida terrenal con la inspiración profunda de lo invisible?

¿Por qué tantas dicotomías y bandos de conocimiento?

¿Para cuándo todo?


DUALIDAD

Si haces esto dejas de hacer lo otro.

Si alabas a esta persona condenas a aquella otra.

Si te pronuncias en aquello olvidas lo de más allá.

Si sigues esta ideología desprecias la otra.

Si amas a unos eres indiferente a otros.

Si juzgas no aceptas.

Si aceptas dejas de mejorar.

Si eres uno no eres el otro.

Si miras esto te pierdes el resto.

Incluso con la mejor de las intenciones vivir en este mundo es vivir en un laberinto lleno de espejos donde ser luz implica crear sombra.

Hay algo que se nos está pasando por alto.

¿Cómo se transciende esta dualidad?

¿Es la mente y su mundo tan sólo una opción más de la Consciencia Pura?


DUDA

Si la ética que entendemos algunas personas impela a hacer razonamientos y llevar acciones acabo que favorezcan a los demás.



¿Cómo con esos mismos razonamientos de hacer las cosas bien podemos entender y aceptar que otros las hagan mal a sabiendas del daño causado?

Puedo entender que se hagan mal desde la ignorancia y desde la inconsciencia. Pero y cuando la falta de ética se sistematiza e institucionaliza como cosa sabida y premeditada.

¿Qué tipo de forma de pensar puedo generar para poder perdonar esa falta de ética? Puesto que el tipo de pensamiento que me lleva a hacer el bien no entiende cómo se puede hacer el mal. Aceptar el daño causado ¿no sería alienarme con esa forma de pensamiento carente de escrúpulos? ¿No sería una forma de masoquismo al consentir en mí lo que no deseo para el otro?

¿Dónde está la frontera entre el defenderse y el perdonar?


DULCE

Me hablaron de Ti cuando era pequeño.

La verdad es que me contaron muchas cosas pero las que realmente calaron en mí fueron las que emocionaban mi corazón. Curiosamente las que compartieron mis padres, abuelos y tío conmigo.

Ocurría cada noche, cuando ya en la cama y con la luz apagada empezábamos a Recitar a la misma vez. Y luego, con dulzura, mi madre me contaba.

Yo me quedaba muchas veces imaginando. Imaginando lo feliz que sería estar en Su presencia.

Ahora me he hecho mayor. Y de todas las palabras turbulentas que oí en tantos sitios sólo me queda lo que en su momento me llegó al corazón. Lo que dulcemente me susurraban en casa.

Ahora pienso en Él a menudo. Le pregunto, le pido. Tal vez demasiadas veces. Pero también Le pienso, Le considero, Lo anhelo. Y cuando soy capaz de parar y hacer el silencio… una puerta se vuelve a abrir.

Hubo en un tiempo, Alguien que nos habló de Él con verdadera pasión. Ocurrió hace dos milenios en una tierra, hoy maltratada por el rencor.

Ese Alguien, Maestro de maestros, Rabí, Hermano mayor, nos recordó con fuerza el fin último del alma, que a la vez, es presente continuo, el Amor incondicional. Ese precisamente que le cuesta tanto a mi espíritu impulsivo.

Pienso en Él, también, con especial cariño. ¿Cómo no amar a Aquel que ama sin condiciones, que siempre tiene una mirada para ti, un regazo, unas manos tibias, un abrazo persistente y que con tanto ahínco nos hablaba del Padre y nos recordaba que podíamos ser cómo Él?

En las bajas horas de la humanidad, que parecen haber durado un suspiro pero se estiran desde los tiempos más polvorientos de la ignorancia, necesitamos tanto recordar Su ejemplo. Siempre fue así de sencillo. Pero nosotros lo hemos complicado tanto creando ideologías, codicia, indiferencia, miedos. Aunque entiendo que vivir cansa, cansa mucho. Y todo es muy complicado.

Siento que este momento crepita como la leña del hogar, que se enciende cálidamente al son seguido de estas palabras.

Esta vez no lo ocultaré. Es Navidad.

Gracias por Seguir ahí.


ECOLOGÍA


Adaptar nuestros deseos en equilibrio con la naturaleza y las necesidades esenciales comunes.



ECONOMÍA

Nos pasamos la vida intercambiando con nuestro entorno.

Es lo que nos mantiene con vida y añade historia a nuestra historia personal.

Hasta tal punto que el esperar justicia de las relaciones es algo que se da por añadido en nuestro sentir colectivo. Nos preocupa muchísimo lo justo. El equilibrio entre lo que damos y recibimos. Aunque curiosamente el Amor sea capaz de transcender esta expectativa, dando sin esperar recibir a cambio. La extensión del alma desde la generosidad.

Economía: Dícese del intercambio de energías de diferente forma pero similar esfuerzo.
Poseer un tipo de energía determinado tiene que ver con haber desarrollado el esfuerzo necesario para conseguirla.

Obtener una nueva forma de energía es aumentar el cómputo de experiencias personales.

¿Intercambiar podría ser una manera de relacionarnos y por tanto de manifestar la vocación de los seres humanos a la unión entre ellos?

Experiencia e intercambio se convierten, así, en el propósito del espíritu humano.


EDAD

Yo no veo niños, ni ancianos, ni adolescentes, ni adultos.

Yo veo, simplemente, seres humanos.


EDADES

Los mayores están en el mundo para ayudar a caminar a los pequeños y los pequeños vienen  al mundo para recordarles a los mayores lo que habían olvidado.


EDUCACIÓN

Una educación basada en el aleccionamiento de datos y más datos, que la mayoría olvidamos al cabo de un año. Donde se le llama educación a tener a treinta alumnos en posición sentada durante horas mirando en la misma dirección (hacia el profesor), por no contar las que les quedan en casa haciendo “deberes”.

Manifiesto que muchos echamos de menos que se preste mayor atención al desarrollo de cualidades como el sentido crítico, la salud emocional y corporal, la creatividad, la “emprendeduría” e iniciativa, la expresión de las emociones, el seguimiento de los alumnos víctimas del acoso entre compañeros, una verdadera educación en valores sobre ecología y derechos humanos con miras a la situación global y actual, una educación donde el aspecto físico del cuerpo (que no la competición) tenga mayor presencia, así como el desarrollo de los oficios y el uso de las manos, donde los alumnos inter-actúen más entre ellos en el aula, donde en las edades más tempranas se ofrezca más libertad de movimientos y trabajos al aire libre.

En vez de este manifiesto tenemos incontables materias, necesarias sí, pero excesivas en datos.

Materias seleccionadas del cúmulo de saberes del planeta, que de seguro excede esta selección.

En vez de este manifiesto tenemos un ministerio más preocupado por programas educativos enfocados a la universidad y al convertirnos en mano de obra diestra para grandes empresas, que en formar individuos independientes con ganas de “crear” empresas, proyectos y repensar la existencia y otra sociedad.

En vez de este manifiesto tenemos la castración vital de niños y adolescentes, que para cumplir y ser buenas personas, se pasarán toda su juventud calentando el cerebro en pupitres y mesas de estudio olvidando otras realidades.

Yo me siento agradecido en parte al sistema, porque creo que le saqué partido, pero entiendo que no se debería generalizar un único sistema a millones de individuos genuinamente diferentes.

Tal vez el fracaso escolar tenga que ver con estas cosas. Y basta ya de echarles la culpa a críos, que para algunos son “adultos” en formación, pero que para otros son seres humanos que sólo quieren ser felices. ¡¡Y ser más inteligentes y tener más memoria no es garantía de felicidad!!

La prueba del sistema educativo actual es la sociedad que tenemos (sin quitar responsabilidad a los padres, a los medios de comunicación y a las grandes corporaciones).

Sólo aquellos individuos que ya de por sí tienen sensibilidad son los que se replantean las cosas, el status quo. Y el sistema educativo debería garantizar que fueran todos, porque, a fin de cuentas, los actores sociales que se atribuyen la palabra educación son las guarderías, colegios, institutos y universidades.

Mi pregunta, nada retórica y si revestida de profundo interés es:

¿Entran todos estos planteamientos expuestos, que si hacen referencia a una verdadera educación, con tanto énfasis en las múltiples reivindicaciones de los profesores de este país?



EGO

Lo he mirado.

Ese constructo mental, amasijo de pensamientos inacabables.

Siempre juzgando, presumiendo, quejándose, esquivando, embelesado con este mundo de ilusiones impermanentes que aparecen y desaparecen. Ilusiones de experiencias, ilusiones de personas, ilusiones de formas.

Siempre me da razonamientos para desear otra cosa diferente a lo que es.

Me ha acompañado largo tiempo con su pequeña visión de la existencia.

¿Cuántos eones lo arrastro?

Lo miro y parece como una pequeña nube de encadenamientos psicológicos.

Se pasa la vida acechando y opinando. Siempre opinando y haciéndome creer que es importante, incluso que él soy yo.

El otro día empezó otra vez. Y entonces dije: – Voy a aceptar las cosas como son. Creo que no le hizo ninguna gracia. De hecho, pareció que se daba la vuelta y se marchaba algo compungido.

Hoy no lo oigo mucho. Lo veo así como un poco en la lejanía. Y sin embargo yo me siento relajado. De hecho he empezado a olvidarme un poco de mí mismo. Y qué curioso. Es tan relajante.

Olvidarse de uno mismo es tan relajante.

Olvidarse de juzgar es tan relajante.

Olvidarse de esta carcasa fabricada de materia de ilusión es tan relajante.

Sentirse en paz como observador es tan relajante.

Descubrir que no soy pensamientos sino consciencia pura es tan relajante.

Comprobar que desde la nada de pensamientos es cuando se puede desplegar el Amor sin límites. Y… que es tan relajante. 

Y es que… Estuvo dándome tanto la tabarra que al final ¿sabéis lo que hice?
Mandé “a tomar por el culo” al ego.



(Con todo mi respeto hacia esa práctica sexual. Es una expresión)


EGOISMO

El egoísmo es pegajoso, sigiloso y anestesia.

Siempre disfrazado y tantas veces oculto bajo la apariencia de sufrimiento.

Porque el egoísmo es sufrido. Es exigente y siempre espera más.

No puede nuestra realización y transcendencia depender de algo externo que pueda o no pueda ocurrir.

Si es transitorio… es prescindible.

Entonces… ¿Qué es lo que permanece?


Una vez más… nuestro ser amor.


ELECCIÓN

Amor o demanda.

Canto o queja.

Aceptación o deseo.


EMOCIONES

¿Es el ser humano un cazador de emociones?

Es posible que unas sirvan para aprender.

Pero ¿Y otras? ¿No serán tal vez otra forma de golosinas?

Cada historia de circunstancias es un cuerpo de emociones. Unas veces tratamos de evitarlas, otras las padecemos, otras las ansiamos, en otras nos deleitamos, otras las buscamos ferozmente. Pero no dejan de ser realidades inventadas, estructuras de ilusiones, experiencias con este nombre o aquel otro.

Si estas experiencias con nombre son el qué. El cómo decidamos sentirnos y responder en cada una de ellas es el cómo.

Somos los escultores de “el cómo” y los habitantes de “el qué”. Pero la mayor parte de las veces nos obsesionamos con ser los escultores de “el qué”, cuando resulta que el qué es tan fútil, etéreo, contingente e “impermanente” como la sombra de un árbol.


ENAMOR

Hay un tipo de Amor que no consiste en adorar la forma-ilusión que creemos que es la persona que tenemos delante sino que consiste en “responder de llama a llama”.

Como dos velas ocultas bajo sus ropajes que se tocan a través de un fuego invisible.


ENAMORAMIENTO

No se trata de simplemente escoger un objeto ilusorio sobre otro (enamorándonos como nos enamoramos de atributos: físicos, personalidad, gestos, circunstancias, virtudes, palabras) sino de ser capaces de profundizar en el amor hacia la persona o personas que tenemos delante de nosotros en nuestra cotidianeidad.

El amor de pareja entendido de la primera manera o se convierte en un complaciente medio de llegar a alguien o puede llegar a convertirse en una trampa de insatisfacción constante. Pues lo ilusorio (propio de los sentidos) es tan etéreo como una nube. Tanto por cuánto cambian nuestras sensaciones en el tiempo como que el otro no es eso que percibimos sino la consciencia invisible que anida en él. Nos enamoramos tantas vece del efecto que causa el otro en nosotros.

Sólo el amor da sentido a las relaciones. Sólo el amor que se siente en la medida que se da y no en la medida que se ensueña o espera ser sentido, pues esperar apela a recibir, buscar para sí. Y amar es sólo dar.

¡Cuántos enamoramientos platónicos se ahorrarían en aquellos que aman a quien no es cotidiano!

¡Cuántas parejas en crisis que dicen no sentir ya nada se amarían con más fuerza aún!

Es el amor del alma frente al simple amor que llaman del corazón (o la mente).

Enamorarse, enamorarse es cuando lo que sientes se puede convertir en ofrenda, expandiéndose hasta más allá, sin nombre ni apellidos, saltando condicionamientos y velando con mimo y cuidado al ser con el que el amor puede ser compartido.


ENFERMEDAD

Somos física, energía, mente y espíritu a la misma vez.

No es de extrañar que muchos problemas de salud que acaezcan en una de estas partes puedan ser resueltos desde otra.


ENTENDERSE

Cada ser humano sostiene una suma de percepciones del mundo, un grupo de percepciones. Toda una colección particular de limitaciones o condicionamientos.

Por ejemplo. Yo puedo ser izquierdas y ser amante del baile, afín al cristianismo y forofo del mar.

En la medida que estas percepciones se hacen comunes a grupos de personas, se establecen climas de equilibrio y paz. Nos entendemos.

Existen de todo tipo: profesionales, sociales, amistosas, culturales, religiosas, geográficas, aficiones.

Cuando nos relacionamos con personas de similares puntos de vista perceptivos nos llevamos bien. No es meritorio. Es limitativo.

Y ¿Por qué funciona el mundo? Porque creamos una telaraña repleta de intersecciones de conjuntos de grupos de percepción personales donde “casualmente” sólo se crean los enlaces entre personas que comparten una percepción común. Gracias a ello el mundo “funciona”. Pero frágilmente.

¿Estamos llamados a transcender esta limitación?

Somos una especie en vías de evolución pero nos falta algo más que un hervor.

Cada uno con su cantinela y en su grupo de similares.

Formamos mini-grupos de limitaciones o condicionamientos.

¿Para cuándo algo más?



ENTRE



Vivo entre el extremo de la introspección y el extremo de la globalidad del planeta, ese lugar donde es común el soñar.


EQUILIBRIO

Nuestra naturaleza individual nos obliga a mirar por nosotros.

Necesidad de supervivencia, búsqueda de satisfacción.

Cada cosa que hacemos por nosotros es cosa que dejamos de hacer por el entorno o cosa que hacemos contra el entorno. Entendiendo entorno como personas, seres vivos y amplio espectro de la naturaleza.

Es la física de nuestra realidad. No tiene que ver con la maldad ni con el egoísmo malsano. Simplemente somos coherentes y consustanciales a nuestra esencia individual. Debido a ello cada día pienso que más que absolutos responsables de lo que pasa en el mundo somos parte de ese mundo.

No somos cada uno de nosotros contra el mundo. Somos el mundo.

Sin embargo, como todo, existe un equilibrio.

Nuestra dedicación al entorno empieza donde terminan de satisfacerse nuestras necesidades individuales.

El equilibrio entre lo que nos damos a nosotros en razón de justicia individual y lo que damos el mundo en razón del bien común. Porque dando al bien común recibimos recíprocamente. No podemos existir en absoluta individualidad. Y porque dando al bien común nos transcendemos a nosotros mismos a través del Amor.

Ideologías políticas y diferentes pensamientos filosóficos tratan de dirimir donde se encuentra esa frontera entre nosotros y el entorno.

Nos debamos a nosotros mismos o nos debamos al mundo existe un equilibrio. Y ese es el equilibrio al que estamos llamados.

Siempre el equilibrio.

La frontera, la ecualización, la templanza, la balanza que convierte las cosas en desastre o las cosas en sostenibilidad.

El equilibrio que nos llama incesantemente incluso a la puerta de la rutina, pasando por al lado de la ventana del mundo. Cuidarse o abusar. Trabajar o descansar. Organización o esparcimiento. Introspectivo o social. Particular o comunitario. Natural o artificial. Artesanal o tecnológico.

Complaciente o solidario…

Por eso ya no hay excusas para olvidarse del mundo ni proselitismo para convertirnos en absolutos culpables de lo que pasa.

Sólo queda el pulso, la cuerda individual sobre la que cruzar el turbulento, retador y amplio valle de la vida.

Queda así…

el ser humano…

frente al equilibrio.


EQUIVOCACIONES

Vivamos nuestras imperfecciones perfectamente.

Respetemos nuestras equivocaciones.

Crezcamos con nuestros errores.

Porque la evolución es un sistema de crecimiento por escalones y esa fragmentación de su linealidad se manifiesta en constante movimiento de “autotrabajo” tan sólo realizable a través de la experimentación (péndulo de aciertos y errores). Las equivocaciones son la experimentación de los límites del péndulo.

Las equivocaciones son naturales, vienen consecuéntemente del poder de decisión, que es la capacidad de avanzar, evolucionar en la vida. Por ejemplo, un niño pequeño aprende a hablar y a andar lanzándose sin prejuicios ni miedos, aunque sepa que se va a caer, aunque sus primeras palabras sean balbuceos o palabras fonéticamente simplificadas.

¿Por qué sí perdonamos a un niño su “imperfección” y no se la perdonamos a un “adulto”?
Por esa razón la duda, el miedo y el reproche no siempre son necesarios.

No hay nada más grande que el perdón. Y eso incluye el perdón a uno mismo.

Nada hay incorrecto.

Si te equivocas se crea una nueva realidad. Qué esa realidad sea algo negativo o no depende de la actitud con la que la manejemos. Por lo que un nuevo eslabón aparentemente errado se puede convertir en una maravillosa oportunidad para aprender algo nuevo, crecer espiritualmente, amar en una nueva modalidad o construir una gran y nueva vida.


ERRORES

Cometemos errores muchas veces porque la mente necesita relajarse.

Tratar de evitar los errores con una atención o control excesivo del entorno no nos hace felices.

Y al final resulta que lo que llamamos errores no es más que la creación de un significado o acción que no encaja con lo pactado, con el consenso, con lo decidido a priori por uno mismo o por el colectivo social.

Los “errores” en sí no son más que una interpretación específica de la realidad.

¿Cuánto de lo que llamamos errores desde una perspectiva mayor (o simplemente a destiempo) acaban siendo aciertos?

Y cuando descubrimos que somos capaces de perdonarnos por el “error” cometido la sensación de liberación y Amor a uno mismo se hace inmensa y transcendentalmente más grande que el suceso ocurrido.

Lo que entienden nuestros sentidos como “la lógica y sentido del mundo” no es más que un vehículo para alcanzar algo superior, nuestra capacidad de sentir que somos Amor.

Errores. Otra oportunidad para descubrir lo que realmente somos, por encima de los… errores.


ERUDICIÓN

El “qué” no puede ser más importante que el “para qué”.

El “para qué del propósito” imbuye al “qué del conocimiento” de ética y transcendencia.
Es entonces cuando uno se cuestiona cuál es la cantidad de conocimiento que resulta realmente útil para vivir cualidades morales.

Pienso en los sabios de las tribus que no poseen internet, en los ancianos que vivieron sin libros, en los valientes y aventureros, que despojados de cualquier academicismo decidieron aprender por cuenta propia. Y ahora pienso en los activistas que,  indignados ante el sufrimiento, no esperaron a poseer la verdad absoluta para ponerse en marcha a luchar por un mundo mejor.

¿Es lo sabio lo que es capaz de dictar qué conocimiento y cuánto conocimiento es necesario para simplemente vivir honorablemente y extender la felicidad al resto del mundo?

¿Hay un tamaño de conocimiento óptimo para aquel que es capaz de cuestionarse la realidad e imaginar una realidad mejor?

Si el tamaño es minúsculo, lo más posible es que sea el pesimismo el que tome el mando. Las cosas son como son y yo no puedo cambiarlas. Y menos si no entiendo absolutamente nada de lo que está pasando.

Si el tamaño es intermedio, uno accede a la cantidad justa de conocimiento que permite plantearse combinaciones, de los elementos de la realidad, distintas. Con el suficiente conocimiento uno empieza a entender lo necesario para poder imaginar algo distinto, para terminar de reconstruir aquella parcela de la realidad que sí es susceptible de modificación. Los activistas suelen encarnar este tipo de patrón. Averiguan, investigan e intuyen lo suficiente como para ponerse a la acción. El tiempo que podrían dedicar a más teoría lo usan para la práctica. Se rigen por una especie de sentido común planetario.

Y pasa a veces, y no siempre, que si el tamaño es excesivo la interpretación de la realidad se empieza a tornar rígida. ¡Se toma lo que podría ser variable por constante inamovible! Los discursos que se crean asumen la injusticia, el deterioro medioambiental y los valores perniciosos como algo intocable. El número de posibilidades de cambio de la realidad se reducen. ¿Cuántos intelectuales, economistas, políticos y poderosos siguen pues justificando lo injustificable? Como que el desarrollo del tercer mundo será cuestión de tiempo como lo fue el del primer mundo (que por cierto se cimentó sobre el subdesarrollo de este primero) o como que el mercado global es sagrado (abusando, sepultando y codiciando hasta diezmar al más débil).

No me canso de aprender y de seguir buscando. Pero el día que empiece a asumir que las cosas no se pueden cambiar tal vez sea el día en que tenga que dejar de aprender.

Mientras, con la bandera de la utopía, seguiré abriendo, en las estancias de mi mente, las puertas a la imaginación y a pensar que las cosas siempre pueden ser diferentes.

¡Que la erudición nunca me robe la capacidad de soñar!


ESCENARIO

Ansiosos porque el mundo supere la enfermedad, la pobreza, las guerras, la delincuencia, las injusticias y los desastres naturales, un posible y futuro inmediato escenario podría dar exacta respuesta a tales inquietudes.

¿Alguien se ha parado a pensar que mitigar toda esta accidentada contrariedad podría pasar por una coherente unidad armónica de todas las partes, por un sistema social diseñado al efecto, por un “nuevo orden”? ¿Y qué pasaría si ese orden, en nombre de evitar dolor, injusticias y violencia condicionara la libertad de todos sus ciudadanos con tanta sofisticación como el orden de “paz” resultante? ¿No podríamos acabar aterrizando en un escalofriante mundo predeterminado, esterilizado y carente de la “riqueza” emocional y creativa actual? ¿Cómo se entendería la libertad entonces? ¿Qué pasaría con las personas que quisieran experimentar otras posibilidades, imaginar otros mundos, atreverse a ser creadores?

Estoy seguro que tarde o temprano llegará el mundo de paz y felicidad que ansiamos. No el descrito. Pero este mismo descrito podría ser un posible eslabón hasta llegar al otro. Y tendríamos que ser muy conscientes de esa posibilidad, para evitarla o superarla lo más rápidamente posible.


ESCURRIDOS

El zumo es la fruta escurrida.

La electricidad es el sol, viento, elementos naturales radiactivos o estratos fósiles, escurridos.
Los medicamentos son las plantas vegetales escurridas.

Las salchichas de Frankfurt son los animales escurridos.

La decodificación del ADN humano es el ser humano escurrido.

La nanotecnología son los procesos moleculares de la materia escurridos.

El dinero es la energía escurrida del sistema, susceptible de manipulación.


ESFUERZO

Esfuerzo es la diferencia entre lo que poseemos y lo que tenemos que conseguir. Y tiene una sola dirección: Hacia delante.

En medio, queda la voluntad, sumada a la incomodidad del trabajo en movimiento que tiene que elevarnos sobre nosotros mismos.

Siempre hay un esfuerzo pendiente. A cada cual en diferente grado.

Porque siempre hay un tener que caminar hacia delante.

“Esforzarnos, lejos de ser incómodo, es el deporte que fortalece nuestra alma y nuestra mente”.


ESPERANZA

Son tantas las ideas, ideologías, corrientes y formas que, no conformes con el mundo actual, proponen alternativas. A cada cual más convencida por sí de tener la solución perfecta. Aunque personalmente pienso que la solución perfecta es la suma de todas ellas.

Lamentablemente el mundo es complejo. Complejo porque somos más de 7000 millones de personas. Complejo porque las leyes físicas a las que estamos sometidos son las que son. Y una cosa tan tonta como que un mismo espacio no pueda ser ocupado por dos objetos diferentes lleva causando muchos y serios problemas desde el principio de la existencia de este universo conocido. Así como que una tendencia inevitable al desorden llamada entropía se llega a convertir en un gran problema para los homo sapiens que nos pasamos la vida soñando con un orden superior. Por no contar que nuestra visión del mundo siempre es parcial y limitada debido a nuestros condicionantes culturales y educativos y a nuestros limitantes fisiológicos y cognitivos.

Cuando pienso que debido a esta fricción y restricción física que supone estar vivo el sufrimiento es compañía fiel para todos los seres sintientes del planeta, tan sólo me queda una cosa que tenga suficiente poder para trascender todo esto. Muchas religiones lo llamaron Amor. Es seguro que yo personalmente no haya alcanzado el suficiente estado de madurez para hablar sobre esta cuestión, pero no por ello dejo de mencionar al Amor como un posible camino para superar las turbulencias que suponen estar vivo en este universo. Por ello, el Amor siempre acaba creando cosas nuevas y buenas.

Tal vez la semana que viene todas las buenas intenciones de tantas formas de pensar del planeta no consigan evitar todo lo “malo” del mundo, pero siento e intuyo desde lo más profundo de mí, que atreverse a imaginar otro mundo pensando en el bienestar de todos los seres, merece la pena. Tal vez no consigamos arreglar esto en un día, pero seguro que habremos puesto los ladrillos para que ello ocurra en un tiempo más alejado.

Algunas personas me dicen que lo que existe es necesario. Qué aunque un millón de niños trabajen en minas, el Amazonas haya sido arrasado hasta casi su mitad o los animales vivan encarcelados, es necesario fabricar barcos con los metales que se extraen de las minas, es necesario fabricar casas con la madera extraída de los bosques primarios o es necesario alimentarse con carne. Y yo sé que todo ello es el sustento económico de muchas personas. Todos los componentes del sistema están entrelazados con una física fuerte y a la vez frágil y dependiente. Parece que todo es “necesario” para que podamos existir.

¡Pero las cosas se pueden mejorar!

Entiendo que cambiar pueda causar más sufrimiento. Todo cambio a un estado superior implica conflicto y más fricción. Sin embargo cuando los cambios son lentos, ese conflicto y fricción se atenúan. Por ello entiendo que la convergencia que mantiene todo unido y hace que “funcione” el mundo debe darse la mano con la divergencia que clama mejoras y justicia. Para que no haya dramáticas fisuras. Ni la guerra, ni las dictaduras, ni el terrorismo fueron alguna vez la solución.

Pienso que un cambio posible consistiría en que camináramos todos, todos juntos y lo hiciéramos lentamente. De la mano de la paciencia, el perdón, la humildad, la compasión y la diligencia. Por ello, sigo pensando, que merece la pena seguir imaginado un mundo mejor. Que cada cual lo haga a su manera, pero eso sí, equipados de acción, de mucha acción. Porque este mundo en el que vivimos, queramos o no queramos, además de mente es física. Física cuyo movimiento y transformación sólo entiende de acción. Y no está ya para sólo recreaciones, elucubraciones y contemplaciones. Necesita acción. ¡Existen tantos tipos de acción como de personas! Que cada cual encuentre la suya o las suyas.

Se me ocurre que una solución más entre tantas podría consistir en que mientras nos vestimos con el traje del mundo mayoritario real que existe, sigamos imaginado y subsiguientemente co-creando ese otro mundo minoritario real que hacemos existir. Y que no paremos, que no paremos de seguir haciéndolo. No se trata de negarlo todo y hacerle la guerra al mundo sino se trata de aceptar que vivimos atados a un sistema físico social cuyo movimiento es comparable al de una gran tortuga, que de grande se mueve lenta. Pero que cada una de sus células, nosotros, cada ser humano, sí que puede, en la medida de sus posibilidades, hacer que la gran tortuga siga moviéndose hacia delante y no decaiga en la hipnosis de quedarse parada.
De igual manera que el niño no se hace adulto de la noche a la mañana, ni la semilla en árbol, ni el principiante en atleta, tampoco así se hace la humanidad. Es sobre el mismo cuerpo carente de habilidades del atleta, por ejemplo, sobre el que nace el cuerpo que triunfa en la pista. El último no niega al primero sino que lo transforma, como la mariposa al gusano.
Por ello es coherente seguir viviendo en este mundo imperfecto mientras vamos construyendo ese otro mundo más perfecto. Y casi seguro que llevará tiempo, que moriremos sin ver la regeneración planetaria entera. Pero habremos sido parte de la historia, habremos puesto los cimientos para las generaciones futuras. Y mientras, este mundo seguirá gozando de cada vez más cosas buenas creciendo en medio de las “malas” que existen, porque física y socialmente es inevitable que ahora mismo así esté pasando.

Por eso merece la pena caminar mirando hacia delante.

Por eso merece la pena crear cosas buenas en medio de cosas malas.

Por todo eso…

siempre mereció la pena.


ESTIMULADOS

El alto número de personas existentes en el planeta, y en sus ciudades especialmente, es lo que está co-creando un mundo hiper-estimulado en experiencias.

El exceso de todo, más que un problema de moral consumista o de culto a los sentidos y al entretenimiento, es la consecuencia natural del aumento de población y el aumento de relaciones entre sus individuos.

La cuestión versa en cómo puede y podrá digerir psicológicamente esto cada individuo partícipe, a la vez, de esa situación, sin acabar frivolizando el sentido más profundo de la existencia.


ESTUPIDEZ

Ignorancia + orgullo  = estupidez


ÉTICA

La ética pertenece a los mundos de las causas-efectos, al mundo de los pensamientos, los pensamientos siempre creadores.

Démonos cuenta que, por ejemplo, en el mundo de los sueños, donde no hay consecuencias, la ética carece de valor.

Pero mientras vivamos en un mundo de consecuencias estaremos al borde del precipicio, de lo que consideramos mal o bien.

¿Dónde queda la ética, pues, cuando no puedes escoger, cuando eres tú o el otro, cuando lo que está en juego y más cerca de ti es tu propia supervivencia?

Pero ¿Qué pasa cuando sí puede escoger, cuando la única disyuntiva es optar por la menor o mayor complacencia de una situación?

¡Llevemos lo más lejos que podamos la ética los que tenemos el privilegio de poder escoger!

No somos mejores. Nadie es mejor que nadie. Simplemente, más afortunados.

Compórtate lo mejor que puedas según tu entendimiento y tus posibilidades.


EUREKA

A veces para resolver un problema necesitas encontrar más problemas.

Pues es en lo que todos tienen en común donde se desvela la solución.


EVOLUCIÓN

La evolución del universo está llena de interrogantes.

Si atendemos a observar el como la vida toma posesión del estéril mundo mineral, encontramos que el reino evolutivo menos evolucionado ha resultado ser el más generoso y vivificante de nuestro planeta, dentro de la gran paleta de la vida.

El reino vegetal que co-creó la atmósfera hasta dotarla de su característico color azul y, henchida de oxígeno, permitió que otras criaturas florecieran.

El reino vegetal, que se extendió sobre la roca y la tierra llevando el frío mundo inerte a un escalafón superior de experiencia cósmica.

El reino vegetal, que alzado hacia el cielo creó los maravillosos árboles. Los seres más generosos de la Tierra. Sus frutos, sus ramas, sus hojas pasarían a convertirse alimento, cobijo y guardián de los que vendrían.

Son precisamente los que vendrían, un subsiguiente escalón más de evolución, los que dotarían a la consciencia del primer suspiro de auto consciencia. El reino animal, que avanzaría sobre el quieto reino de los vegetales, dio un paso más, el movimiento, la posibilidad de experimentar la libertad y la interacción.

Es aquí donde encuentro la gran paradoja de nuestra existencia porque precisamente para que el reino animal sostenga la vida tiene que cimentarse sobre la muerte. Desde el pequeño depredador que se alimenta de plantas hasta el gran depredador que mata a otro animal para poder subsistir. Es en este punto en el que no entiendo por qué el universo que nos relata su historia de la evolución se contradice y, por primera vez, nos dice que para que la vida prospere tiene que morir otra vida. Si la vida es la más grande creación del universo ¿Por qué se empeña en destruirla seguidamente? Es este atolladero arrollador y dramático el que me revela que nuestro mundo material o está por seguir evolucionando o alberga un gen que le impide estar a la altura de su última creación, los más maravillosos pensamientos del ser humano, que aspira al equilibrio, la paz, la armonía, la unidad, la belleza y el bienestar de toda la creación.


EXCEPCIONES

Nos llenamos la mente de la palabra amor cuando se trata de dárselo solamente a aquellos que nos dolería perder.

¡Cuánta necesidad hay de practicar ese amor, no sólo en los que tenemos cerca, sino en los que no conocemos, cercanos o lejanos, en ese planeta que clama ser atendido, hoy y en las generaciones futuras!


EXISTIR

Las cosas por existir ya tienen su razón de ser.


ÉXITO

Normalmente el éxito de una parte que es a costa del fracaso de otra parte no es más que otro tipo de mierda.


EXPECTATIVAS

¿Qué pasa cuándo regalamos cosas a los demás en nombre de “nuestro propio amor” sin tener en cuenta si lo que regalamos realmente lo necesita o desea la otra persona?

¿Qué pasa cuándo nos ofendemos y juzgamos si los demás no hacen “lo que” nosotros creemos que está bien?

¿Qué pasa cuándo llamamos “amor” a la emoción agradable que nos hace sentir una persona y si nos la niega nos está traicionando, pues “está obligada” a seguir procurándonosla por haber comenzado?

¿Es acaso traición “cambiar” o no cumplir las expectativas hacia otra persona?

Las expectativas como los deseos sirven para caminar pero nunca debieran tomarse como el fin, sino como un motor más para moverse por la vida.


EXPERIENCIAS

¿Hasta qué punto tenemos la obligación de experimentar experiencias si todas son contingentes?

Si a fin de cuentas si experimentas una cosa dejas de experimentar otra.

Si la mayor parte de las experiencias son experiencias sensitivas, acuerdos sensitivos entre personas.

Entonces ninguna persona puede chantajearnos exigiéndonos que le ofrezcamos tal experiencia, ni nosotros debemos sufrir por estar perdiéndonos algo.

Saber esto nos podría dar la libertad de no necesitar experimentar nunca más y entregarnos a la paz del espíritu, entregarnos al ser, a la contemplación, al amor radiante, a la mirada serena y hermosa hacia todo lo que nos rodea, dejándonos llevar por lo que la vida nos ofrezca exactamente en cada momento.

Esa experiencia sería la justa y la perfecta.

Se acabó la necesidad de buscar o ansiar experiencias.

Viviremos las que nos toque exactamente vivir.

Y con esa paz de no tenernos que esforzar en buscar o recrear las experiencias, nuestra vida será perfecta en cada paso que demos, y por fin volveremos al presente.

Aceptar lo que nos pase en cada momento de nuestra vida.


EXPUESTO

“Estar vivo” supone “estar expuesto”.

No debería eso ser nunca motivo para dejar de experimentar, interrelacionarse y amar.


Lo importante, pase lo que pase, es que sigas respirando.


EXTREMOS

Está claro que hay que rediseñar este sistema llamado humanidad. Un ovillo de lana lo suficientemente liado como para llevar trabajo recomponerlo en una hebra reconocible. Y evidentemente cortar nunca es bueno. Produce daño.

Pero más escabroso resultar descubrir que el mundo se organiza entre perezosos y codiciosos.


Los codiciosos arguyen que se han ganado su posición por el esfuerzo.

Y los perezosos simplemente se quejan.

Ambos pueden hacer más de lo que hacen.

Sin embargo siguen haciéndose partícipes y cómplices de la maraña.

Los codiciosos olvidan que incluso un exceso de esfuerzo, no es meritorio. Sólo es eso, otra forma más de codicia.

Y los perezosos olvidan que esa maraña no la va arreglar ningún dios ni ningún supermán. 


Y mientras, la entropía sigue haciendo sus estragos y premiando al que peor lo hace.

Sólo nos queda una, esforzarnos por rediseñar la maraña, cada uno desde su lugar, dando todo lo que pueda dar de sí.

Todos somos partícipes en todo lo que ocurre en el mundo porque, hoy, todos estamos conectados. Algunos le llaman globalización.

Buscar el equilibrio, en vez de atrincherarnos en las más burdas y obstinadas dualidades, es la cuestión. Y desterrar los cómodos extremos, que sólo nos mantienen en disputas y no soluciones.


FELICIDAD

El reto es ser feliz.

La cuestión es que el tipo y cantidad de trabajo para conseguirlo diferirá según las personas.
Pero el ser humano vino al mundo a ser feliz.

Espiritualidad: La sabia y trascendental gestión de la mente para alcanzar la felicidad.


FINES

Primer aserto. Los fines que acaban convirtiéndose en el medio.

Si le preguntas a los fines para qué sirven te das cuentas que en el fondo los fines son un medio.

Los fines no son importantes en sí mismos como fines. Los fines son medios disfrazados.

El “¿Para qué?” progresivo, in crescendo y aplicado consecutivamente a todo lo que hacemos, va demostrando que los aparentes fines no son más que un medio para otros fines.

¿Y hasta donde podríamos llegar?

Probemos a hacer la pregunta “¿Para qué?” a cualquier comportamiento y cuando hayamos dado una respuesta, volvamos a formular la pregunta.

Que cada cual saque sus conclusiones.


Segundo aserto. Los fines que motivan el medio.

El deseo de alcanzar los fines ensoñados es el que nos pone en marcha.

Es entonces cuando la vida se desenvuelve.

Y entonces conseguimos esto o lo otro, levantamos catedrales, ganamos un título o construimos relaciones.

Pero como arte inexplicable llega un momento en el que las catedrales se demuelen, los títulos ya no sirven o las relaciones llegan a su fin. Ya sea por muerte, por cambio o por transformación.

Y es cuando parece que nada tiene sentido y que la vida se va a acabar.

Pero también es cuando, como por obligación, te das cuenta de una cosa.

Los fines no están para ser convertidos en el nuevo becerro de oro. No están para entronizarlos, presumir de ellos o rendir toda nuestra felicidad a sus faldas. No están para decir yo soy esto, tengo aquello o he conseguido lo otro. Los fines se acaban. Siempre se acaban. Porque todo es impermanente.

Los fines realmente están para poner en marcha los medios. Tú necesitas un medio para caminar hacia los fines. Es ese medio lo realmente importante.

Los fines, palabra y sostén del mundo ilusorio, están realmente para movernos, para servirnos de empuje, de motor para vivir. Son como el viento, como la zanahoria al burro, como el horizonte y hasta la utopía. Son los caballos que nos ponen en movimiento.

Y es en el movimiento donde se desarrollan la manera, la actitud, el medio.

¿Y para qué sirve, entonces, moverse?

Para experimentar.

¿Y para qué sirve experimentar?

Para vibrar.

¿Y para qué sirve vibrar?

Para seguir subiendo por la larga escalera de la existencia.



FÓRMULA



El/ella actúa así debido a su pasado y sus condicionamientos. No es él/ella el/la que actúa sino la identificación con su pensamiento.



Aunque los hechos siempre se pueden cuestionar no es sano juzgar al prójimo.



Perdona a las personas.



Acepta lo que no puedes cambiar.



Y trabaja para cambiar lo que si puedes y podría ser mejor.

FRACASO


Al igual que el éxito, es sólo un concepto mental. No te obsesiones demasiado con ellos. Lo relevante es amar-ser-existir.

FRAGMENTACIÓN

Intervenir un aspecto de la realidad supone alterar otro.

Esperar que todo brille en armonía pasa más por moverse desde la sencillez del Amar absolutamente que por el razonar cada problema separadamente.

Entender que tan sólo basta con la frecuencia del “Amor” para que las cosas se aten y ocurran por sí solas lo mejor posible y con la garantía que lo harán en integralidad con la Vida y no polarizándose en aspectos fragmentados.


FUERZA

Nuestra rutina es el artífice de la globalidad.

Transformemos nuestra mente, transformemos nuestra rutina y el mundo se transformará.




FUTURO

Es sorprendente que cuando fantaseamos con el futuro nos vengan a la cabeza imágenes relacionadas con diseños sofisticados de coches, ciudades y gadgets en vez de pensar que el único futuro posible pasa por una revolución en la manera de pensar, sentir y relacionarnos, todos ellos ámbitos asociados a lo invisible, intangible e inmensurable. 


GASTRONOMÍA

Que cosas tan simples y cercanas orquestan en el silencio la cocina mediterránea.

Ocurrió cerca de mí, a dos cuadras de los fogones, en la otra orilla de mi casa.

La chispa de la cocina: Cebolla sofrita con tiempo que se carameliza. Fondo de sopas, guisados, tortillas y hasta de una dulce crema de calabaza.

La gran sorpresa: de chorizos, sopa de mariscos, caldero y algo más. Ajo encamisado al aceite caliente, que acaba con tomate triturado, rojo pimentón picante y toque brillante de sal.

Capas de cosas, horneado rápido: sobre una rebanada de pan simple hacemos una cama de tomate, recostamos al queso fino en loncha y amueblamos al gusto con verduras para acabar con la hierba preferida, sal y chorro de aceite de oliva.

Mejunjes de todo tipo: Sofríase lo de siempre, inúndese de buena agua y llénese de verduras repletas de minerales y vitaminas y cereal con legumbre, que son la proteína completa. Según las hierbas y las especias el brebaje ofrecerá colores y sabores.

Zumos sin desperdicio: ¿Quién necesita licuadora para la sandía, la naranja, la ciruela o el melón? Batir el sólido hasta transformarlo en líquido. Y luego bébase. Nada sobra y todo llena.

Ensaladas infinitas: Combinado de hojas al que se le aporta la densidad del aguacate, el frescor del tomate fresco, la dureza del fruto seco, el crujiente del pan tostado y el salteado del piñón, la almendra laminada y el queso a punto de derretido. Si a esto se le añade ligamento, salsa y vida nada más hace falta. La hoja también puede ser alga, coliflor o pepino. Espolvorea gomasio (sésamo machacado con sal) o levadura de cerveza y para el día acompaña de legumbre o pasta. ¿Quién necesita devorar al compañero de granja cuando tu plato se convierte en tal paisaje de fragancias, historias y colores?

Arroz, arroz y arroz. E integral: Acompaña zanahorias, ensaladas, potajes. Sólo o en crema. El arroz nuestro de cada día. El cereal, base de culturas. El sostén de músculos, tendones y cerebro. Vida, depuración y mucho más.

Sopas y gazpachos: Tú mezcla, bate, alcanza el punto del líquido, sirve y reconfórtate. En el frío o en el calor.

Y si entre marmita y olla te entra hambre… plátanos, nueces, golosina de cereales y lo que quieras. A fin de cuentas… el placer es tuyo.


GENERALIZAR

Generalizar es una torpe manera de querer obtener una sensación de control sobre las cosas a través de una simplificación del conocimiento.

Existen singularidades, especificidades.

Tomar la parte por el todo no nos ayuda ni les ayuda.


GÉNESIS

Empieza siendo un enamoramiento, o una ensoñación, o un “acaramelamiento”.
Ilusión, deseo, percepción… sentida con gran fuerza.

La puedes seguir. Y se te metes con la suficiente fuerza dentro de ella, un día te encuentras con que se convirtió en una realidad.

Pero sí solo la hueles, apenas le pasas la mano o la detienes allí, lejos de ti, desde la observación lejana…

seguirá siendo una ilusión.

¿Cuántas veces danzamos de una a otra ilusión como el velero entre las olas, sin llegar nunca a sumergirnos? En la superficie de la tempestad todo es vaivén y nada es nada.

En la profundidad, más abajo, en el crisol donde la ilusión se convierte en realidad,
todo es…

realmente real.


GIGANTISMO

Detentar una gran cantidad de capital sólo en un par de manos invita a la gran inversión, a la creación de una gran realidad por parte de una sola mente. A la construcción de la gran mole (tarea altamente emocionante para el promotor) frente a lo sostenible, saludable e integrado de que ese gran capital estuviera repartido en muchas manos con iniciativas personales propias y variadas.

Las grandes empresas obligan a una gran subdivisión del trabajo. Ello implica tareas basadas en la hiper-especialización y la repetición. La especialización y la repetición son propias de las máquinas y del servilismo. La especialización y la repetición están alejadas de lo orgánico. Lo orgánico es multi-diverso. Lo orgánico es flexible, líquido, adaptativo, ofrece diversidad de experiencias. Lo orgánico es propio de la escala pequeña. La naturaleza concibe escalas pequeñas integradas en escalas grandes. Pero las escalas grandes son consecuencia de la suma de escalas pequeñas. La escala de la vida, de una experiencia llena de emociones positivas y holísticas, es propia de lo pequeño, lo colectivo, lo comunal. Y no de lo grande, individual e individualista.

¿A qué modelo estamos dispuestos a rendirnos?


Cómo consumidores ¿No estamos, de alguna manera, favoreciendo un tipo de modelo u otro, al mostrar interés por un tipo de experiencias y objetos sobre otras y otros?



GOBIERNO

El mundo no lo gobiernan los políticos sino los grandes empresarios, accionistas, inversores, brokers y banqueros.

En definitiva los que detentan el capital, los capitalistas.

¿Por qué nos empeñamos en seguir poniendo nuestras esperanzas de cambio en un partido político u otro?

¿Por qué?

P.D. ¿Quiénes alimentan a los capitalistas con su dinero?

A.- El maná celestial

B.- La máquina de hacer billetes.

C.- Los consumidores

¡Da que pensar! ¿No?


GRATIFICACIÓN

Si ofrecer gratificaciones a los demás es tan loable como para llamarse Amor ¿Por qué buscar las gratificaciones para uno mismo debe entenderse como menos loable, hasta llamarse egoísmo?

Si experimentar ciertas gratificaciones en este mundo material es sinónimo de salud ¿Por qué la palabra gratificación en general debe entenderse como algo que nos aleje del mundo espiritual? ¿No es acaso la salud algo espiritual?


GUERRERO

La lucha del guerrero interior.

Aquel que mencionara Castaneda, Ramiro Calle, Coelho. El guerrero pacífico que protagoniza Nick Nolte en su película. Los mártires espirituales. Los contra corriente. Los mansos y silenciosos que respiran persistentemente cuando parece que todo tiene que callar o ser como debe ser.

La lucha del guerrero interior no es contra el mal.

La lucha del guerrero interior es contra el determinismo.

Ese determinismo que campa en las más complejas estructuras de circunstancias y encadenamientos de sucesos. Ese determinismo en el que aterriza uno al nacer y como río dirigido te empuja hacia delante.

¿Por qué si no las cosas son como son?

Son porque la inercia es como el huracán. No tiene piedad. Tan fría como maquinal.
Por eso el guerrero interior sabe que no hay malos ni buenos sino los que se rinden a la inercia y los que comulgando con ella miran más allá y, en cuánto pueden, cambian alguna cosa de sitio.

Son los que abolieron la esclavitud, las que emanciparon a la mujer, el que murió por hablar de Amor incondicional, el que dio un lugar a los afroamericanos o el que se lo dio a los sudafricanos, el que habló de la no violencia, aquellos que se atrevieron a pensar distinto,  y tantos, que decidieron dejar de reaccionar contra el mundo y ofrecieron a cambio la compasión, la ecuanimidad, el silencio y el trabajo humilde.

La lucha del guerrero interior se fragua bajo la piel. A veces pasa desapercibida, otras está llamada al grito y al canto. Pero nunca es contra el otro. Nunca contra nadie que no sea uno mismo. No hay más enemigo que la propia inconsciencia. Es la lucha contra la ignorancia… ¡Peor! Contra el determinismo.

Por eso en la más absoluta y obstinada pregunta de ¿Por qué…?

Al guerrero interior siempre le quedará el ¿Y si…?


HABLAR

El último juego psicológico del primate despierto de la era del Homo Sapiens.

Repetitivo hasta ser cuestionado.

Da que pensar que muchas relaciones dependan y se basen con tanta fuerza en conversar. Conversaciones, tantas veces ilusorias, banales o incluso altaneras.

Los niños juegan, se revuelven, corren, gritan y no dejan de relacionarse.

Los jóvenes bailan cuando bailan y hacen el amor cuando lo hacen.

Los que realmente conviven y piensan en ti, comparten, simplemente comparten.

Los mayores… lo que esperan es que los toquen y estén a su lado.

Si existe otra vida después de esta vida no la imagino llena de parloteo.

Creo que ya va siendo hora de que el ser se encuentre con el ser y el júbilo de relacionarse sea algo más que pensar y ponerle sonido a nuestros pensamientos.


HABLÓ

El perro me habló sobre el “ser”.

Saber “ser” sabiendo “estar consigo mismo”.

Él estaba erguido lamiéndose las patas con esa dignidad.

“No deseaba”.

También me habló sobre el “estar”.

Igual corría por el campo que de pronto olía, jugaba contigo o ladraba.

Se dejaba llevar en “cada” instante de su vida.

La semilla me habló de la arquitectura.

¡Y pensar que dentro de una sola semilla se encuentra toda la arquitectura de un árbol!

Sin necesidad de hormigoneras, ni de talar otros árboles, ni de fatigados obreros.

Las hormigas me hablaron de la importancia de trabajar en equipo.

El pájaro me habló que los límites sólo nos los ponemos nosotros mismos.

Los tallos de las plantas me hablaron que ser resistente depende de ser flexible.

Los capullos que pasan a flores me hablaron del potencial de ser bellos que llevamos dentro.


La crisálida que pasa a mariposa me habló de la transformación interior.

¿Es la mirada despierta del ser humano la que ve o la naturaleza es algo más que ella misma?

¿No es demasiada casualidad que la naturaleza sea lo suficientemente diversa como para estar hablándonos continuamente y tener mensajes tan precisos y múltiples?


HERIDO


¡Cuán peligroso es aquel dolor, que sin previo aviso acaba convirtiéndose en ataque!


HÉROE

¿El elogio al “héroe”, no supone desprecio al “individuo”?

Héroes, héroes… son los que no se llaman héroes.

Héroes, héroes… son los que no se ven.

No tanto los que brillan como sí los que pasan desapercibidos.

No tanto los que salen en la tele, como sí los que silenciosamente callan cuando la ira llama a la puerta o te impele a la vuelta de la esquina.

No tanto los que son galardonados con premios, como sí los que madrugan, crían noche y día, honradamente trabajan y pacientemente siguen junto a sus compañeros de vida.

No tanto los benefactores de muchedumbres como sí los sencillos que aman y soportan sin descanso la repetición, la imperfección y la rutina de la misma persona.

No tanto los que hilan historias con grandes hazañas como sí los que miman, moldean y están en el detalle de lo pequeño. No es “el más”… ni siquiera “el mejor”... Es el saber estar.
No tanto los que salen en los libros como sí los que hacen de su vida un libro (de letra uniforme y seguida, no necesariamente grande e intempestiva).

Se equivocan a veces. Incluso alzan alguna queja (ante lo injusto). Pero siempre están dispuestos.

Héroes, héroes son los que invisibles como el viento, están, pasan y se quedan.
Si hubiera un Cielo, ellos serían sus santos.

Si nos dieran otro planeta, este estaría a salvo con ellos.

Son como estrellas, diminutos a la vista y grandes, cuando te acercas.
Son padres, abuelos, amigos, vecinos, compañeros.

Son los que te ceden el paso y la palabra.

No tienen adjetivos, sólo nombres propios, o mejor dicho, comunes.
Si los encuentras, serás bienaventurado.

Si eres uno de ellos, no hace falta nada más que decir…

Ya lo sabes sin saberlo.


HIPÓTESIS

Hipótesis 1: Hacer daño o fallar el tiro.

Espiritualización o animalidad.

Una persona que tiende a hacer daño o ensimismarse podría no ser más que una consciencia que cede a las pulsiones animales de los instintos, a la mente condicionada y llena de memorias encadenadas o la “egoicidad”.

Entonces, planteo. Hacer mal no es más que la debilidad que tiende hacia lo denso, lo instintivo y lo egoico, la máxima concreción de la individualidad.

Es como si la consciencia se identificara con el cuerpo y la mente, inmerso en la gran y densa telaraña del mundo, hasta identificarse con ambas, olvidando realmente lo que es en esencia.

Trascender, sutilizar, henchir de Amor, elevar la materia a un nivel superior. Si yerra no incurre tanto en lo que llamamos lo inmoral o lo malo sino en el hecho causal, el mundo de los efectos y las historias, la máxima y densa condensación de la existencia.

Vivir en este mundo es aceptar sus incomodidades y un tipo de incomodidad es precisamente el errar en consciencia. Algo que desde la decisión primigenia se sabía que ocurriría. Pecar no sería maldad, pecar sería causalidad precedida de debilidad a la hora de tomar las elecciones.


Hipótesis 2: Pasado o presente.

¿Es absolutamente intrascendente el haber obrado bien o mal en tu pasado, tanto como receptor como actor? Tanto los actos más deleznables hasta los más nobles son intrascendentes para el momento presente.

Que se entienda que esta afirmación no justifica el obrar mal en el presente porque precisamente de lo que se trata es de obrar lo mejor posible en el presente desatándose del pasado. Y es precisamente el presente lo que se busca conquistar con este texto, el buen presente, el único presente donde la consciencia puede lucir con infinito brillo.

Si eres el actor. Atarse a los actos más deleznables es perderse en el laberinto mental de la culpabilidad. Atarse a los actos más nobles es perderse en el laberinto mental de la vanidad.
Si eres el receptor. Atarse a los primeros es perderse en el laberinto mental del resentimiento. Atarse a los segundos es perderse en el laberinto mental del apego.

Una consciencia que se encuentra a sí misma en el único espacio posible para encontrarse, en el presente, es una consciencia salida de la tempestad para navegar por nuevos páramos de océanos tranquilos. Un velero que mira sólo hacia delante y flota sobre las aguas.

Hipótesis 3: El plan

Si aceptamos la existencia del espíritu y de realidades más vastas, las perspectivas de nuestra existencia podrían dar respuestas mayores a las vicisitudes de la vida.

¿Podrían existir dos vías de vida, entonces?

“Vivir desde la mera razón y la mente.”

“Vivir desde el espíritu.”

Con la primera ocurre que como nuestros sentidos son limitados y nuestras capacidades cognitivas también, siempre tenemos una visión de la existencia parcial.

Esto sumado a una falsa ilusión egoísta de concebir el mundo, nos lleva a la búsqueda del interés propio, el control y el poder, desembarcando en el conflicto.

Con la segunda ocurre, que siendo conscientes de que esta realidad no es la única sino parte de una realidad más vasta, esto nos lleva a deducir que podría existir un plan cósmico que abarque la globalidad.

Que lo que nos esté ocurriendo esté perfectamente diseñado para nuestra evolución espiritual, lo que supone que la “providencia divina” existe.

En tal caso, el individuo que escoge esta vía, conjuga sus decisiones en base a la “ACEPTACIÓN” porque sabe que pase lo que pase será perfecto para su evolución espiritual, que es el fin último de nuestro objetivo en la vida terrenal.

Debido a esto, el individuo no se obsesiona con tratar de entender el mundo, sufrir por posibles carencias futuras, o buscar los meros intereses personales, que atiendan a entender su limitada mente, sino que acepta las situaciones.

De esta manera evita el conflicto con otros individuos, la guerra, la violencia y la muerte, y camina feliz por un camino, que supone el más perfecto, en detrimento de suponer ingenuamente que existe una mejor opción que atender desde un buen razonamiento.

Esto no quita que uno deba dejarse avasallar, sino simplemente que cuando uno ha conocido el límite de sus propias posibilidades de control e interacción con el entorno, acepta lo que se encuentra.

De esta manera se traza un sendero e historia personal por la vida, en perfecta sincronía con ese plan.

Y el paso por la vida se hace menos denso.


HISTORIAS

Asumimos como contexto lo que posiblemente sólo sea un contenido más de todo lo existente.

Los seres humanos nacemos, somos niños, crecemos, nos convertimos en jóvenes, adultos, maduros y ancianos.

El tiempo se divide en estaciones.

El espacio que ocupamos tiene días y noches.

Por la noche se duerme, por el día se trabaja o se aprende.

La gente grita, llora y ríe.

El cielo está arriba y el mar abajo.

Los relojes marcan el paso de las horas y el planeta sigue orbitando sin parar.

Normalizamos todo esto y lo convertimos en escenario. Y sobre ese escenario escribimos nuestra poesía, creyendo que las historias que contamos y vivimos son la melodía que palpita sobre el pentagrama del universo.

Sin embargo y muy posiblemente, el pentagrama que creemos ser el único espacio sobre el que escribir nuestros versos dramáticos, cómicos o triunfantes, no sea más que otra de las melodías que escriben, quién sabe quién, sobre el verdadero y más basto pentagrama, el de la existencia.


HISTÓRICO

O dicho de otra manera, que sale en los libros de textos de los niños.

Dícese también de aquel/aquella que con el suficiente genio y posición social logra algo admirable en una época de la historia donde el número de habitantes del planeta es lo suficientemente pequeño como para que dicha persona destaque sobre las demás y por tanto cobre reconocimiento.

Hacer lo mismo actualmente, seguramente, lo más que te dé sea una posición en medios de comunicación de masas y de moda, para pasar al más absoluto olvido en lo subsiguiente o formar parte simplemente de una lista anónima de genios.

¿Cuántos grandes artistas, científicos, inventores, activistas y pensadores del siglo XXI jamás serán conocidos por los pupilos del siglo XXII?


HUMANO

Lo recuerdo. Fue en primaria. Me hablaron de él sobre un dibujo.

Varón. Comprendido entre  25 y 35 años. Gozando de salud. Y mirando al horizonte.
Resulta, que conforme te paseas más por la vida compruebas que ser humano no es una constante, o un constante.

Si nos fijamos bien, un ser humano jamás tiene la misma forma. No es un objeto pulido y brillante que tenga la misma apariencia de manera inmutable.

Un ser humano varía en tamaño y en superficie.

Unas veces goza de salud, otras no, algunas nunca.

Lo más dramático y lo más olímpico concurren en una especie que no deja de sorprendernos.
Hoy bebé, mañana adolescente, pasado mañana anciano.

Hoy enfermo, mañana condecorado.

Ella mujer, él hombre.

No es la “perfección” lo que da relevancia humana al ser humano.

Donde la debilidad y la fortaleza se alternan por periodos y sujetos, hayamos la dignidad, la grandeza y la esencia.

La amenaza del posthumanismo y la eugenesia están a la vuelta de la esquina.

Por eso es importante que no nos dejemos de hacer la pregunta, quién es el ser humano, quienes somos, por encima de cómo nos pensemos.




IDEA

Tener una idea no es tal.



Es la idea la que te posee a ti, cuando aparece.



Pues clama por ser manifestada y materializada.



Y sólo hasta que esa idea baja a la materia es cuando la idea te libera.



Tener una idea no es lujo de personas creativas sino compromiso de personas trabajadoras.

Entonces… ¿Quién posee a quién?


ILUSIÓN

¿Qué es la realidad?

¿Es real la experiencia fenoménica, sensitiva, material y cognitiva que tenemos los seres humanos pensantes?

¿Qué consideramos real? ¿Simplemente lo que podemos codificar con nuestro cerebro y cinco sentidos?

Cuando pienso en la palabra real pienso en algo consistente, con cierto carácter de inmutabilidad, en algo que permaneciese por la eternidad del tiempo, por siempre. En algo que preexistiese con independencia de pensarlo yo u observarlo. En algo que fuera el todo, para que no dejara resquicio y límite que impugnara su omnipresencia.

Porque de no ser así, si estuviera condicionado a una duración y a ser observado sería parcialmente real y por tanto no sería real. ¿Una ilusión, tal vez?

Desde el extremo oriente del Nepal y la India hasta el extremo occidente del chamanismo americano y las actuales teorías de la física cuántica los hombres de conocimiento han sostenido que lo que llamamos real es ni más ni menos que una ilusión. Una ilusión que puede ser modificada por nuestra decisión de percibir de una u otra manera. Los más altos psíquicos traerían a colación proezas humanas sin explicación, los más eruditos hombres de ciencia traerían a colación la capacidad de transformar el mundo material a través de tecnologías. Sea una o de otra manera, queda probado que nuestra mente de observadores es capaz de transformar lo que llama realidad. Un acto lo más parecido a crear una película de ilusiones que a realmente crear, en el sentido esencial de la palabra. Estamos constantemente enhebrando lo que llamamos realidad, tejiendo una ilusión que se sostiene así misma de la misma materia de ilusión y de la misma capacidad ilusionante del ser humano de co-crear mundo.

Sin embargo, este ensayo no pretende reverenciar a este mundo, que no considera más que una ilusión. La ilusión metafísica y física jamás orquestada en toda la existencia.

Nuestro mundo es efímero, temporal. Un mundo, donde podemos hallar principios y finales. Donde las cosas, cuando son unas cosas dejan de ser otras, por lo que no pueden serlo todo. Un mundo con límites temporales y espaciales.

En el momento que encontramos personas sensitivas que testifican experiencias transpersonales, fuera de los límites del cuerpo. Y las vivencias se cuentan en miles y miles, en absolutamente todas las culturas del mundo. En ese momento es cuando podemos empezar a plantearnos que la realidad completa de la existencia esté extendiendo sus horizontes mucho más allá del mundo conocido. Es en ese momento en el que si hallamos una mínima posibilidad de que esta vida no sea la única vida, que este mundo visible no sea el único mundo, es en ese momento, cuando podemos empezar a conjeturar, cuestionarnos y replantearnos que no siendo esta realidad la única y no albergando memoria de otras, muy posiblemente esta realidad yazca en un nivel inferior de existencia, un nivel lo más parecido al sueño, a la ilusión. A fin de cuentas somos nosotros, los habitantes de este mundo material conocido los que no recordamos ninguna otra realidad subyacente o preexistente, de igual modo que el ser humano durmiente reposa sobre su cama soñando los amplios páramos de su propia ficción cerebral sin sospechar el lugar donde se halla. Nadie puede dudar que, en un orden de valoración, la vigilia es mucho más real que el subterráneo mundo onírico. Y ante este hecho entendemos la diferencia entre “realidad” e ilusión. Pero, si queremos ir más allá, por lo que se ve, nuestro dormir diario tiene muchas más cualidades parecidas a nuestro vivir diario de las que imaginamos: Transitoriedad, relación directa entre el observador y lo observado, ignorancia del funcionamiento del espacio donde nos movemos, olvido de donde estamos realmente, de dónde venimos. Este parecido podría estar resultando estremecedoramente revelador.

Vivimos nuestras vidas desconociendo nuestro origen, quienes somos, a donde vamos. ¿No resulta sospechoso que esta tónica de ignorancia sea lo cotidiano, la norma? ¿No sería esperable para un ser inteligente tener respuesta a cuestiones tan fundamentales? ¿No parece, pues, que… estemos dormidos?

Cada día que pasa y me quedo atónito observado el bamboleo del mundo estoy más convencido que todo esto es un sueño. Un sueño tal vez con peso moral, con entidad de “causalismo”, a diferencia del tradicional sueño de dormitorio. Pero a fin de cuentas un sueño. Un sueño que tiene principio y final como las ilusiones. Un sueño mortal, temporal, cargado de mutabilidad, con formas y nombres precisos que fragmentan constantemente el todo, en el caso de que fueran resultado de ese todo. Formas que desaparecen corroídas, tan fútiles como las imágenes de mis sueños, sólo que más lentas en su descomposición. Lo que fue ayer ya no es hoy, ya no es presente, el único momento del tiempo real que existe.  Un sueño que sólo me permite percibir de acuerdo a un mundo de puntos de vista y no de omnisciencia. Un mundo de partículas subatómicas que cambian constantemente de posición. Un mundo de diversificación, de dualidad. Un mundo donde cada forma ocupa un lugar diferente y por ello se priva así misma de la omnipresencia, característica más fiel a una realidad que fuera inmutable y realmente real. Un mundo, que al ser muchos elementos, deja de ser el uno, la unidad.

Las mentes nos relacionamos a través de la materia de la ilusión, hasta el punto de enamorarnos de nuestros efímeros vestidos, los rostros o la personalidad. Nos ponemos de acuerdo en dotar de realidad a las mismas ilusiones, como consenso para poder jugar este juego de la vida. Unas veces las ilusiones (bien pactadas) nos sirven para ponernos en relación de manera ordenada, para poder comunicarnos (¡construimos sociedades, humanidad y habitamos el mundo!). Pero a fin de cuentas todos estamos jugando al juego de lo etéreo, construyendo castillos de arena, que sólo existen por ser observados. Mientras, se nos va escapando esta existencia entre los dedos como el viento a través de los árboles. Incluso, otras veces queremos ir más lejos con nuestros pretendidos actos creativos y generamos artísticas ilusiones sólo para deleite de nosotros mismos.

Si un ser humano contingente y limitado como yo es capaz de plantearse estas cuestiones. ¿No sería posible que esta concepción transpersonal y trascendental de lo que es real fuera cierta? ¿Podría acaso plantearse en una limitada cabeza como la mía la posibilidad de existencia de algo que me superara si no fuera porque realmente este algo tiene atisbos de ser cierto?

¿Es posible que todo este tinglado fuera realmente un sueño, una ilusión? En un contexto tal, aceptado como cierto, tal vez nuestra forma de codificar el mundo cambiase completamente, dando más importancia a las únicas cosas que pueden yacer en nuestra consciencia pensante, séase la actitud con la que vivimos la vida, el perdonar lo que tan sólo es ilusión (o sea todo lo que está ocurriendo en el mundo ahora mismo), la capacidad de unirnos en pensamientos a los demás, de amar, de practicar las virtudes más profundas del ser humano. Todo lo demás, todo aquello que nunca nos podremos llevar con nosotros tras el término de este mundo de ilusiones, incluso durante la vida (puesto que las cosas siempre cambian), todo eso no tendrá más importancia que ser usado como un lenguaje o herramienta para practicar todo lo demás, lo concerniente a la consciencia. A esa misma consciencia, que al principio de esta disertación, vislumbrábamos como viajera, más allá de este mundo de ilusión. Un mundo, que en el momento que corramos el velo y lo desenmascaremos, dejará de ser el contenedor y pasará a convertirse en el contenido, presto en nuestras manos a tomar el lugar que siempre debería haberle correspondido en la consciencia.


ILUSORIO

Tan acertado es ser hortera como ser elegante con gusto.

Tan relevante es una boda por todo lo alto como el debut del niño en el equipo del colegio.

Tan sentido de plenitud tiene un orgasmo simultáneo como una carcajada colectiva.

Tan trascendente es la mejor condecoración como la mejor fregaza de platos.

Tan importante es compartir una afición como no tener nada en común.

Tan importante es la persona amada como el vecino de arriba.

Tan emocionante es esa música como la chicharra insistente del estío.

Tan lógica es la geometría de un rostro como la disposición de las piedras en un camino.

Tan congruente es la visión de un hermoso paisaje como el garabato en la libreta.

Tendemos a pensar que nuestras apetencias, puntos de vista y pasiones son lo más importante, incluso lo único, lo razonable, olvidando que respiramos esta vida a través de un velo ilusorio, de la estructura de ilusiones más grande jamás orquestada.

Acordamos en consenso grupal el cómo mirar al mundo para que nuestro paso por la vida tenga sentido y aspire a un recorrido saludable y fraternal y nuestras relaciones humanas sean lo más parecido a un verdadero diálogo.

Pero sospecho que nuestro mundo no es más que un lienzo más en la infinita paleta de posibilidades de creación del universo entero.

Seguramente nos sorprendamos cuando, al final de este viaje, demos el último paso y atravesemos la última puerta.


IMAGEN

Cada vez que un actor o un músico de pop luce modelo en una pasarela, haciendo como por vender al mundo que su imagen representa al ser humano pienso en la imagen que le estará dando al retrete mi vecino de arriba cuando oigo sonar su cisterna.

¡Misterioso esto del mundo representativo de la imagen que parece querer usurpar su puesto al mundo mismo!


IMPORTANCIA

Míralo todo a la luz de tu muerte.

No esa muerte que busca el que se rinde o aquella que interpretamos como final, sino la muerte que acontece en el último instante de tu vida, la que te pone frente a tu verdadero horizonte.

Mira lo que tanto te preocupa a la luz del instante presente. Porque la muerte se abrirá en un instante.

Mira lo que te hace sentir resentimiento a las dos luces, la del presente y la de la muerte.
Y después dite quién tiene más importancia, tu yo etéreo, inmortal e invulnerable o esa ilusión añeja, pegajosa pero intemporal, que insiste en nublar tu mente.



IMPRESCINDIBLE



El hecho de que no podamos vivir todas las experiencias posibles prueba que ninguna de ellas es imprescindible. 



Hace pensar sobre lo que nos exigimos a nosotros mismos o lo que los demás esperan de nosotros. 



Mejor, si cogemos y nos relajamos.



Vive y deja vivir.


INCONDICIONADO

El equilibrio es algo político.

El equilibrio son límites balanceados.

Cada cual entiende la posición de sus límites en una medida u otra.

Y por ser personal esa decisión, disponer esos límites es algo político.

Cuando hablamos de amor también hablamos de límites. De equilibrio.

La práctica de lo que llamamos amor en nuestro mundo siempre viene conducida por una dirección. Y eso es un limitante.

Decidimos amar en esta o aquella dirección. Amarnos más o menos a nosotros mismos que a los demás. Amar más a una persona, animal, causa, obra o páramo paisajístico en concreto que a otros coetáneos.

Según lo que entendemos por amor no se puede amar en todas las direcciones. Al menos a nivel de materialización.

Amar a nivel terrenal siempre conlleva una decisión, una dirección específica, una condición.
Pero. ¿Qué es Amar, en el sentido profundo de la palabra? ¿Satisfacer las necesidades o apetencias de un otro? ¿Completar su complacencia? ¿Cumplir las expectativas del prójimo?

¿De qué tipo de amor estamos hablando cuando decimos amar si amar a algo o alguien supone dejar de amar a otro algo o alguien?

Para amar es necesario dejar de amar si entendemos amar como regalar nuestra atención.
No se puede atender a todas las personas y seres de este mundo a la misma vez. Nuestro amor-atención es limitado.

Y un amor limitado ¿es siempre amor?

Se pone así en tesitura la razón de ser del amor mismo, la naturaleza del verdadero amor, el significado del amor. Pues el tipo de amor al que estamos acostumbrados en nuestro mundo no rendiría honor al concepto del verdadero amor, un amor omniabarcante, un amor puro.
A veces se habla del amor incondicional. Amor que creo casi posible simplemente cuando se practica en la presencia del vivir el presente. Amas cada cosa que te ocurre en cada instante.
¿Pero realmente es tan incondicional?

Nos encontramos con lo mismo. Te centras en una sola cosa, lo que tienes próximo. No puedes amarlo todo. Y al no poder amarlo todo, tu amor vuelve a ser condicionado.  Y además según códigos morales culturales, no universales.

No niego la universalidad de algunos derechos humanos y del no hacer daño. Nadie duda, por ejemplo, que torturar es algo muy alejado del amor.

Pero cuando entramos en el día a día, en la convivencia rutinaria, en lo que los demás esperan de nosotros y lo que esperamos nosotros del mundo, todo parece relativizarse más. Y la práctica del amor no es tan universal sino más bien cultural.

Incluso si entendemos como amar el tener pensamientos positivos hacia el mundo y sus habitantes, nuestro intelecto en su imaginación sólo puede abarcar un número limitado de objetos mentales.

¿Qué es el Amor, realmente, entonces?

¿Ofrecer atención hacia algo externo?

¿Cuidar de nosotros mismos y de los demás?

¿Un amor condicionado puede ser realmente amor?

¿O apenas la sombra, soplo o el hijo menor del verdadero amor, inalcanzable en este mundo?


¿Tal vez una ensoñación, una ilusión, una emoción generosa?

¿Es el Amor algo más que el simple acto de darnos hacia fuera? ¿Algo más profundo, metafísico y procedente de la misma razón de existir de las cosas?

Sabiendo que todo puede estar bien, que el peor de los conflictos puede convertirse en la mayor de las bienaventuranzas, es cuando se me ocurre disociar el concepto de satisfacción, atención bondadosa, o interpretación de lo que está bien, del concepto de amor. Porque…

Donde yace el dolor se subleva la fortaleza.

Donde el egoísmo campa el perdón se levanta.

Donde se extiende la miseria florece la compasión.

Donde llega la muerte aparece otra vida.

Donde aparece la enfermedad surge la voluntad y la fortaleza.

¡Cuán y más misterioso se hace el significado del amor!

¿Queda el verdadero Amor así más cerca del concepto de aceptación que del concepto del dar? ¿De la rendición ante lo que es? ¿Es el amor huésped de los territorios del ser? ¿Ser y amar es lo mismo? ¿Reside el amor sin límite en todo lo que nos rodea?

Puede que nuestra decisión no consista en decidir amar o no amar sino simplemente en empecinarnos en creer que somos algo separado del todo o simplemente dejarnos ser.

Y al volver a respirar, ser y vivir, por fin encontremos al verdadero Amor, puro, sin límites, sin equilibrios, sin decisiones.

El Amor que supone simplemente ser en cada momento.

El Amor…

incondicionado.


INCONDICIONAL

“El Amor incondicional es incondicional porque supone practicarlo cuando menos apetece”.


INDIFERENTE

El lujo no es un pecado.

Simplemente resulta indiferente a lo que es el espíritu.


INDIVIDUALISMO

Actuación des-sincronizada de varios individuos buscando el beneficio particular sin límite.
En vez de trabajar en armonía y cooperativamente estamos todos como locos tratando de llamar la atención y vender individualmente, ya sea nuestra fuerza de trabajo o nuestro producto. Las relaciones humanas acaban convertidas en un mercado. No es de extrañar que esto engendre frustración, explotación y ansiedad. Salimos del colegio como churros y ¡ala! ¡A buscarse cada uno la vida! ¿Alguien se ha parado a pensar en eso? ¡A bus-car-se ca-da u-no la vi-da! ¿No da que pensar que nuestra sociedad esté diseñada para que cada uno se busque la vida? Tantos siglos de historia para no haber sido capaces, como sociedad, de organizarnos, de convertir el colectivo social como un gran abrazo para cada uno de sus individuos, a modo de muchas comunidades indígenas. 

Creo que todavía está por venir y tendrá que llegar una sociedad donde cada uno ocupemos nuestro lugar de manera armoniosa, fluida y serena. Y sintamos el gozo de trabajar felices en una sociedad pacífica.

¿Cómo construiremos esa sociedad? ¿Qué nuevo nombre tendrá?

Falta coordinación, falta planificación, falta consenso, falta conocimiento y consciencia para llevar todo eso a cabo de manera lúcida  e inteligente. Falta remover y cambiar los cimientos y estructuras de esta sociedad, de raíz. Un cambio completo. Porque por muchos maquillajes que queramos hacer, tratando de hacer lo mejor posible lo mismo de siempre, siempre faltará algo. Esa sensación inocente de poder sentirnos todos juntos como un grupo de niños jugando a vivir. Esa sensación de vivir sin miedo al mañana, sin miedo al otro, sin miedo al fracaso, sin miedo a la carencia.

Esa capacidad de saber estar en el mundo como familia humana.


INFANCIA

¿Quedamos a tomar un café?

El día que dejamos de ser niños.

Ese fue el día que dijimos adiós al pilla-pilla, a polis y cacos o a jugar al espionaje o al escondite.

El día que cambiamos el soñar por el hablar, el juego por la disertación.

Desde entonces no volveríamos a relacionarnos con el cuerpo y el movimiento sino con el consumo y el hablar, hablar y más hablar.

La nobleza de siglos atrás lo sabía. Los más acomodados de las clases de más allá del tiempo sabían que la mejor manera de divertirse era jugando. Los campamentos, campos de trabajo y las modernas dinámicas de grupo de hoy en día también lo saben. Y como la más bella prolongación, los nuevos movimientos en transición de economías colaborativas, cooperativas de grupos y creaciones conjuntas lo viven en el día a día. Ese trabajo desinteresado y solidario donde todos se ponen a construir colectivamente. El juego de la gente grande, como dijera mi amigo Salva.

¡Cómo sonrío cuando puedo volver a hacerlo con sobrinos y gente menuda! Cuando vuelve la emoción de no ser descubierto, de correr de aquí para allá, de gritar, de planificar el siguiente movimiento.

Cuando éramos niños bostezábamos y nos estirábamos en público, sudábamos, nos emocionábamos con cualquier cosa y situación, nos íbamos a mear juntos.
Todo era natural.

Vivir, más que pensar, era sentir y sentir. Todos los días sentir.

Y luego llegó un día que alguien, por “el que dirán”, porque “nos hemos hecho mayores”, porque “es lo que se hace”, dijo, “ya no somos niños”. Ahora tenemos que pararnos.

Pararnos.

Y empezar a conversar y más conversar. Y más…

Si la vida es un juego ¿Por qué no podemos volver a jugar?

Jugar es celebrar, es expandirse, emocionarse, es, sobretodo sentir al contrincante o al acompañante o al que construye a tu lado. Como aquellas cabañas que hacíamos en los solares descampados. O aquellos locos inventos que portábamos con nosotros como el mejor tótem.

Jugar es tomarle el pulso a la vida, es derrochar alegría, energía y renovación.

Los adultos, a veces, son aburridos. Se conforman, repiten, se ponen serios, juzgan, se preocupan.

¡Quiero seguir siendo niño y volverme a escapar en las noches volando por mi ventana y correr aventuras y llegar más allá del mar hasta habitar mundos fabulosos y reencontrarme con los amigos!

para no volver a salir del sitio del que nunca debía salir,

el lugar que debería ser siempre celebración,

la infancia.


INFORMACIÓN

Existen dos tipos de información.

La activa ante la cuál puedes participar y aprender. 

Y la pasiva ante la cuál te conformas con quejarte.


INSOMNIO

Ahora no se oye nada.

Las neuronas más despiertas que nunca tejen su propio trabajo creativo de lo múltiple.

La hora de las luces.

Allá abajo sólo se sienten los pitidos para invidentes de los semáforos. Ni siquiera pasa coche alguno. El asfalto rezuma humedad y soledad.

Sin embargo, la ciudad está rebosante de almas.

¡Todas haciendo lo mismo y a la misma hora!

Jamás fue el ser humano capaz de ponerse de acuerdo para algo tan común.

Es ahora cuando todos nos hacemos iguales.

Ya no hay diferencias entre ricos y pobres. Salvo la cama más mullida o más acartonada. Más cálida o más fría. Pero en la ausencia de cualquier movimiento sólo queda la esencia. Y esa esencia no cuenta la diferencia.

En el fondo se constata que todos… somos iguales.

Con la misma expresión, similares respiraciones, párpados cerrados con la suave y doble sonrisa pestañeada.

Es posible hasta que nos estemos encontrando en algún lugar distante, en otro cielo, en el lugar donde habitan los sueños.

Se acabó. Ya no hay malos ni buenos. Ni verdugos ni víctimas. El mundo loco y agitado se vuelve a parar.

Y así lleva millones de años haciendo cada noche al ritmo sincronizado del giro del terráqueo orbe. Desde que existe el animal que duerme y despierta.

Es en estas horas de silencio, recogimiento y placidez donde los miles de cabezas posadas de esta gran ciudad me vuelven a recordar que no somos tan opuestos, que somos como niños jugando a vivir, simplemente llamas de velas que crepitan al unísono.

Tan iguales, tan inocentes, tan vivos.

Cuando la ciudad duerme, este grito de vastedad de hormigón mudo se hace de un eco tan apagado que sobrecoge. El sonido hueco del theta y delta. Tan grande y tan pequeño su suspiro. Porque ahora sólo hay silencio, paz,

y nuevamente…

el reencuentro de los iguales.


INTEGRACIÓN

Hay medidas combinadas de las cosas que permiten el equilibrio.

Desde la integración más primitiva del ser humano con su ser y la naturaleza hasta la integración integral futura tenemos que pasar por este momento. Ahora nos toca la crisis de tenerlo todo separado. Pero sólo para dar el siguiente paso, unirlo.

La medida sostenible de cómo el Ser humano trató a la naturaleza y se trató a sí mismo conoció su umbral con la creación de los imperios y, más cercanamente, el descubrimiento de América y la revolución industrial europea que le siguió.

En muchos lugares de la periferia europea la medida social de comunidades y pueblos (antes y todavía ahora) en constante relación con la tierra permitía al individuo vivir y tener consciencia y relación de todos los aspectos como ser humano (razón mental, cuerpo físico y espiritual) y como ser social y consumidor. El amerindio norteamericano, por ejemplo, cuando cazaba, su cuerpo hacía actividad física, su mente cobraba atención y estrategia y su espíritu trataba con respeto y consideración al animal. La capacidad de experimentar las consecuencias de sus actos de “forma inmediata” le permitía percibir la realidad globalmente. Si hacía daño en la comunidad no se podía esconder, si le faltaba se le ayudaba, si tomaba de la manada o del árbol sabía que tenía que ser lo necesario y suficiente para que hubiera para sus hijos y sus nietos. Eso era una consciencia con capacidad de abarcar todo lo que es un ser humano y como se relaciona con su medio (sociedad y naturaleza.). Pretender experimentar más olvidando esto es lo que nos ha pasado a nuestra civilización. Y bueno, añadiría y más fácil de experimentar ética e integralmente.

Si la atención se polariza tan sólo en uno de los aspectos de todo este círculo comienza la des-integración:

“Supersticiones sin ciencia” o “ciencia sin ética ni visión holística”.

“Erudición e intelectualismo, separadas de psiquis y cuerpos sanos. Véase intelectuales sin músculos u obreros analfabetos."

“Poder y control de la naturaleza sin Amor ni relación física cotidiana con ella”.

El rápido “desarrollo” del mundo desde el Renacimiento, que propició el hombre europeo, vino de la polarización de uno sólo de esos aspectos, la “razón de la mente” (unos trabajan para que otros piensen es una forma de des-integración llamada “jerarquía moderna”.)

La “energía” apropiada por unos pocos en detrimento de muchos (desigualdades en el reparto de recursos) primero se llamó “Poder” de la nobleza/ señores feudales frente al pueblo llano, más tarde “Dinero” en la burguesía/ terratenientes frente a la clase obrera, para actualmente pasar a llamarse “Dinero y conocimiento” en las clases acomodadas frente a los menos favorecidos (3er mundo, 4º y 5º mundo). 

La única diferencia respecto al pasado es que ahora la población ha crecido tanto que podemos vivir dentro de una de estas clases sin percibir las demás y pensar que todo marcha bien. Por lo que necesitaremos de grandes dosis de imaginación e información o comunicación para darnos cuenta de las consecuencias de los comportamientos de los que detentan más energía material, llámese recursos, dinero, posesiones y “conocimiento” sobre el medio ambiente y los que tienen menos.

Es importantísimo reconocer que el estado natural de las cosas es un estado integrado y que el conocimiento científico de ellas debería servir para encontrar una relación armónica del hombre con la naturaleza a través de la asociación de sus partes, y no el beneficio industrial de unos pocos a través de la disociación de cada parte.

No es lo mismo conocer las propiedades de una planta para curar y transmitir esa sabiduría que tomarse el trabajo de sacarle sus principios activos para vender estos separados, más tarde, como la panacea de un nuevo medicamento.

Esto se traduce en unir/ asociar/ integrar lo que ya ha hecho la naturaleza creando una nueva realidad en la que el ser humano se integra sano y feliz. En vez de aprovechar oportunistamente la vulnerabilidad del ser humano ante ella para generar los ligamentos artificiales con el sobrenombre de “salvadores” que si pueden ser intercambiados por dinero.
Estamos en un momento fascinante de la historia. Actualmente la historia humana conocida no ha conocido precedentes de tal des-integración, fragmentación o separatividad.

Y a la vez está creciendo un pensamiento holístico que promulga justo lo contrario: la integración, la unificación, al multidisciplinariedad, la asociación, la cooperación.
Son como dos fuerzas humanas que se baten como olas en medio de un océano social donde cabe todo. 

La des-integración o fragmentación es palpable. Se crean grandes cosas de gran tamaño que se dedican a una sola cosa y además en un número pequeño. Mientras se dejan de lado o anulan pequeñas cosas que se dedican a muchas cosas y que son mayores en número, pero que lamentablemente están en condiciones inferiores de subsistencia. 

Piensen en por ejemplo las empresas y corporaciones. Piensen por ejemplo en nuestros hábitos de vida. Piensen en las formas de las ciudades o del mismo mundo agrícola.
Frente al paradigma capitalista de pocas cosas de gran tamaño, de funciones especializadas y separadas tenemos el paradigma conciliador de muchas cosas de pequeño tamaño, de funciones híbridas y mezcladas. 

La mejor metáfora para entender esto es observar la forma de un barrio de oficinas. Sólo grandes edificios acristalados. Nada más. Y ahora observen un bosque. Tiene árboles, pájaros, pequeños mamíferos, riachuelos, llanos, altos, arbustos. La naturaleza mezcla y por eso subsiste. Coopera mucho más de lo que compite, aunque eso quieran, relegarnos, los evolucionistas.

Un policultivo tiene mayores posibilidades de resistir una plaga que un monocultivo.

Un medio campestre que incluya animales en su paisaje es más sostenible y equilibrado que un campo que sólo cosecha separado de una granja de ganadería industrial. El último panorama necesita de insumos fertilizantes, insumos de piensos y de un gran problema para deshacerse de los purines. Por no hablar de la vulnerabilidad a las plagas de los grandes monocultivos, que carecen de pequeños depredadores animales, para acabar gratuitamente con ellas.

Una ciudad compacta que mezcle usos ahorra desplazamientos y crea tejido social. Una ciudad extensiva de sólo chalets sumada a otra ciudad pletórica de edificios de oficinas y a otra ciudad, más, llena de grandes complejos comerciales lo que consiguen es que en algún momento del día cada una de ellas esté completamente vacía.

Un cuerpo al que se le presta atención en todos sus aspectos está sano. Un cuerpo que sólo atiende el síntoma, sólo consigue eso, erradicar el síntoma, y temporalmente.

Un barrio que mezcla gente de mucho tipo, aproxima a las personas. Una ciudad que crea guetos genera desconfianza entre sus individuos.

Una vivienda que incorpora producción de energía y captación de agua es autosuficiente. Una vivienda que sólo es vivienda vive enchufada a un sistema energético más costoso.

Una familia o grupo social con miembros de distintas edades genera comprensión. Un grupo social de miembros de una única edad le queda pendiente el entenderse con los “otros”.

¿Las mujeres con las mujeres y los hombres con los hombres? Ustedes mismos. Seguro que ya han comprobado las diferencias. ¡Mejor todos juntos!

¿Ciencia? con espíritu.

¿Religiones? O todas a la vez o ninguna.

¿Razas? Pues, mestizaje.

¿Azada o libro? Los dos, por favor.

¿Introspección o “extrospección”? Bailemos por turnos con ellas.

¿ONG o empresa? Proyecto creativo solidario y sustentable. ¿Por qué no las dos cosas a la misma vez?

Podríamos seguir sin parar.

Personalmente creo, que a partir de ahora, le toca el turno a la Integración, la integración de muchas cosas y pequeñas. 


INTELIGENCIA

El mundo funcionaría mejor si la usáramos más.

No es cuestión de tener más inteligencia. La mayor parte de las veces se tiene pero no se usa.
La cuestión es usarla más a menudo.

Usándola más, el sentido común sería más común de lo que es.


INTERACCIÓN

Es en la interacción donde se experimenta la densidad…

La densidad de este mundo supone experiencia/separación/distancia/desconocimiento/diferencia/interacción y por tanto conflicto.
No deberíamos tomarnos como algo personal los conflictos.

Son inevitables, debido a la densidad del sistema existencial en el que vivimos.


INTERÉS

El mundo fenoménico tiene muchas caras.

Y muchas de ellas obedecen al interés.

Nuestros puntos de vista, tan particulares, nos hacen movernos por la vida en base al interés.
Podemos disfrazarlo como queramos, ponerle los nombres que se nos antojen.

Pero ¿qué ser humano no se levanta cada mañana interesado en algo? Desde lo más nimio hasta lo más fraternal o grandilocuente.

A muchos intereses le llaman Amor.

El interés de complacerse con una amistad y no otra.

El interés de complacerse con el sexo y la compañía.

El interés de que te cuiden y te mimen.

El interés de complacerse con lo mío, con lo que a mí se me ocurre, con lo que a mí me gusta, que es lo que vale, lo loable, lo moralmente superior.

El interés de decidir qué es lo que doy y a quién se lo doy.

El interés de triunfar, de ser halagado, de convertir mi idea en algo físico y social, de llevar el control todo lo lejos posible, haciendo que mi ilusión sea la ilusión de todos.

¿Cuán lejos puede llegar el interés disfrazado con otros nombres?


INTERRELACIÓN

¿Existe una interrelación de todas las cosas en niveles crecientes de existencia, de los cuales apenas conocemos nuestra realidad conocida?

Si hacemos el ejercicio escalonado y persistente de preguntar ¿Por qué y para qué? descubriremos que tiene que haber algo más que el puro azar en la creación de este universo.


INTOLERANCIA

La intolerancia es la forma manifiesta en el mundo psicológico humano del orgullo encubierto del espíritu.


INVENTOS

Acorda: Agenda cuyas páginas no van enhebradas por un lateral sino consecutivas haciendo una forma desplegable tan larga como la suma de los anchos de cada página.

Antimedusas: Especie de receptáculo movible formado por un anillo de tamaño variado (según sea para familias, pareja o individuo) que flota sobre el mar gracias a unos flotadores anillados a él y que deposita una red lastrada hasta el fondo, evitando el paso de medusas u otro tipo de animales marinos peligrosos mientras se bañan los húespedes.

Biabrigo: Abrigo, chaqueta o gabardina un poco más ancha de lo normal, de tal manera que una pareja la puede calzar a la misma vez, cruzando los brazos por detrás, dentro de la misma pieza textil.

Bisiento: Diferentes tipos de sillas o sillones donde la figura de una pareja se acomoda a la misma vez, desde apoyar las dos espaldas hasta subirse uno encima del otro a horcajadas trabajando sobre sendos escritorios prolongados desde los respaldos.

Bisilla: Esquinera de goma con forma tetraédica y cóncava por la cara más amplia, que se pone en las esquinas de las habitaciones en contacto con el suelo para que no se acumule la suciedad.

Caricotes: Caras yuxtapuestas sobre objetos con la intención de dotarlos de personalidad y expresividad a modo de los cuentos de niños.

Carotadas: Ir dejando a tu paso de manera humorística, poética, metafórica, fantasiosa, mensajera y provocativa objetos fuera de contexto.

Comeplato: Plato comestible elaborado de cereal que se deglute tras acabar su contenido evitando así que sea convertido en un residuo o tenga que limpiarse más tarde.

Comista: Dibujante de cómic que trabaja por encargo de proyectos que consisten en convivir durante una temporada en un espacio social y convertir todos los entresijos humanos de este espacio en un cómic donde son caricaturizados desde las personas hasta las situaciones.

Densifón: Lámina impermeable enrollada en espiral con sus caras agujereadas, y un recipiente inferior, que condensan la humedad ambiental hasta conseguir agua líquida.

Fotonera: Lámina enrollada en espiral con cierto espacio entre sus caras coloreadas de pintura fosforescente y tapada por sus extremos con dos tapas que se abren según queramos acumular luz o emitirla posteriormente.

Frutegón: Bandeja de frutas con cascadas de zumo, pinchos con trozos y estructuras con las cortezas.

Indiorama: Escafandra de unos dos metros de diámetro como mínimo, colgada del techo, en la cual se recreen paisajes en miniatura que se puedan contemplar metiendo la cabeza por su parte inferior.

Musigrama: Nuevo lenguaje musical basado en diagramas de varios colores representando los diferentes instrumentos, alturas tonales, duración e intensidad según sean de mayor espesor o no cada línea.

Olorano: Instrumento con diferentes percutores, botones o teclas que expele diferentes tipos de olores.

Oloritorio: Salón de actos con butacas donde se expelen diferentes tipos de olores siguiendo una composición artística intencionada.

Organicación: Reformas arquitectónicas del interior de espacios que consiguen muros, suelo, techos y mobiliario con formas curvas, sinuosas y continuas dotando al espacio de un ambiente naturista muy parecido a las madrigueras o el útero materno.

Parestática: Lámina de plástico enrollada en espiral con sus esquinas opuestas conectadas a conductores, que funciona achuchada por el viento para así obtener electricidad estática.

Persogalo: Regalo personalizado caracterizado por su gran calidad artística, evocadora y gran capacidad de homenajear a la persona que lo recibe, soliendo tener constantes referencias a recuerdos compartidos, rasgos de su personalidad y cosas bonitas.

Submaritrón: Especie de scalextric que en vez de pistas tiene tuberías transparentes conectadas por tramos, que en vez de coches tiene pequeños submarinos y todo accionado por una manivela que hace circular el agua a presión.

Transregalo: Dícese de la broma de envolver cualquier objeto con papel de regalo y entregarlo a su destinatario como si fuera especial, tras lo cual descubre que es de su propiedad.

Triptalión: Juego de mesa para tres cuyo tablero de juego se eleva en vertical con forma de cruz de tres aspas y no permite ver a los jugadores nada más que a través de pequeñas ventanitas.

Ventórgano: Instrumento musical similar al órgano de iglesia donde la entrada y salida de aire a través de los diferentes tubos tonales es protagonizada por corrientes de viento naturales.